Men Marías quería escribir un thriller ambientado en Andalucía, esa tierra luminosa de “gentes alegres” que no es el lugar en el que uno espera que se cometan atrocidades. “La mayoría de los thrillers están encuadrados en el norte porque son sitios que se prestan más a la oscuridad por el tema del clima, pero yo quise mostrar que se podían hacer historias muy turbias y oscuras en Andalucía”. Cuando en su nueva novela -La última paloma (Planeta)- aparece una mujer mutilada y con unas alas cosidas a su espalda, esta joven escritora granadina deja también, junto al cuerpo sin vida, unos pocos tópicos.

Con esa idea en mente, sólo tenía que dar con una historia y le apetecía una que “tuviese que ver con la realidad”. La luminosa Rota, en Cádiz, se convirtió en el contexto perfecto para ennegrecer su novela. Lo hace en dos momentos diferentes, el actual, “narrado en primera persona por los investigadores del crimen”; y el de la Rota de la base naval, en sus años de esplendor, “en tercera persona por un narrador omnisciente”. 

“Hay muy poca información sobre cómo fue la llegada a Rota de los americanos, apenas un documental [Rota’n’Roll] y poco más”, afirma la autora. De esta forma no le quedó más remedio que plantarse allí y buscar la información. “Me encontré un pueblo con gente maravillosa y con muchas ganas de hablar de lo que había pasado allí”, afirma. Así que gran parte de la documentación de su novela parte de testimonios de los vecinos.

En los años más oscuros del franquismo, el dictador ofreció la localidad gaditana para que EEUU creara una base que le facilitara sus operaciones militares en plena guerra fría. En pocos años la localidad gaditana vivió una transformación que en otras partes ha necesitado décadas.  “En los años 50 Rota era un lugar formado por cuatro calles en la que se usaban burros con alforjas, el agua venía de pozos  y  no había luz eléctrica. Y allí llegan los Estados Unidos con la Coca-cola, la música y los soldados con ganas de fiesta”.

La desaparición de muchas mujeres de la localidad y de fuera es es algo que me cuentan muchas del pueblo".

Men marías

La escritora destaca los efectos positivos de aquella llegada como el influjo cultural y económico, pero por los testimonios de los habitantes de la localidad había mucha impunidad. “En aquella época funcionaba la policía militar americana y esta cubre lo que están haciendo mal los marines”, afirma Men Marías. 

“Estas historias un poco oscuras son las que inspiran la novela, como la desaparición de muchas mujeres de la localidad y de fuera, que es es algo que me cuentan muchas del pueblo. Los americanos llegaban con mucho dinero y ganas de fiesta y en el pueblo aparecieron prostitutas de todas las nacionalidades, había 43 pubs, muchos de ellos burdeles”, explica.

Además de las historias de la base naval, La última paloma se alimenta de otras leyendas de la zona. Es el caso de la casa Mongoli, un guardés de una casona antigua que, de un día para otro, desapareció y la casona quedó abandonada. “Un lugar lleno de leyendas al que los roteños no les gusta acercarse”, afirma. Pero que a Marías le sirve para poner el punto de partida de su adictivo thriller andaluz.