La industria musical es una especie de ave fénix capaz de reinventarse una y otra vez sin llegar a morir nunca. A finales de la última década de los 2000, las ventas de discos se desplomaron y la alarma se instaló en el sector de la música grabada sumiéndolo en una profunda crisis. De repente, la música en streaming se convirtió en una especie de panacea capaz de reflotar el negocio y el apocalíptico final del disco físico terminó quedando en anécdota. De hecho, en los últimos años hemos podido ver una especie de revival nostálgico con los vinilos, al que ahora parecen sumarse también los casetes.

Spotify, iTunes, Deezer o incluso Youtube se han convertido en los principales medios de escucha para casi todo el mundo, llegando a marcar el ritmo de las grandes listas de éxitos. Sin embargo, el acomodamiento y la popularidad de este tipo de plataformas ha evolucionado de una forma inversamente proporcional a los ingresos que reciben los artistas, haciendo que cada vez más voces se rebelen contra 'la dictadura del streaming'.

La llegada de TikTok y su facilidad para convertir canciones en auténticos fenómenos virales ha sido la gota que ha colmado el vaso. Tanto es así que incluso un gran sello como Universal ha retirado su inmenso catálogo de la red social china. Este choque de trenes ha provocado que artistas como Taylor Swift, Elton JohnMadonnaMariah Carey Justin Bieber se hayan quedado fuera de TikTok.

Uno de los artistas más críticos con la situación de los artistas en este contexto ha sido el cantante británico James Blake. «Si queremos música de calidad, alguien va a tener que pagar por ella. Los servicios de streaming no pagan correctamente, las etiquetas quieren un corte más grande que nunca y simplemente se sientan y esperan a que te vuelvas viral, TikTok no paga correctamente, y las giras se están volviendo caras para la mayoría de los artistas», escribía el artista en su cuenta de X.

«Si tienes la suerte de volverte viral, usa tu exposición para generar ingresos de otra manera. Los músicos deberían poder generar ingresos con su música. ¿Quieres buena música o quieres lo que pagaste?», añadió en una serie de comunicados bastante críticos con la situación actual de la música.

Tras publicar estos mensajes e invitar a unirse a su reivindicación a otros artistas como Ye, Blake anunció el lanzamiento de una posible solución. Su propuesta, lanzada en la tarde de este miércoles consiste en la creación de VaultFm, una nueva forma de compartir música más equitativa y horizontal.

"Esto es lo que un artista gana con las reproducciones en streaming: entre 0,003 y 0,005 dólares por reproducción, dependiendo de la plataforma, lo que implica que un millón de reproducciones equivale a 3 dólares. Y si estás firmado por un sello, esa cifra se queda en un 50%, a lo que hay que restarle el 15% o 20% de impuestos. Esta situación no es sostenible para que el artista se pueda centrar en su arte", denuncia Blake en un vídeo publicado en sus redes sociales en el que habla de la creación de la nueva plataforma.

VaultFm funcionará como una especie de plataforma de micromecenazgo similar a otras que se utilizan en el sector de los streamers de entretenimiento como Onlyfans o Patreon. A través de una cuota de cinco dólares, Blake ofrece a sus fans contenido inédito de estudio, sin intermediarios y con la certeza de que su trabajo recibe una justa compensación.

De momento, solo el cantante británico aparece en el catálogo VaultFm, con la esperanza de que este formato de escuchas en streaming se pueda consolidar de forma general. Ahora mismo parece una utopía complicada de conseguir, pues ya nos hemos acostumbrado a pagar muy poco o nada por poder escuchar de forma inmediata a miles de artistas. Sin embargo, algo se está agitando de nuevo en el negocio de la música y está por ver cómo resucita esta vez ese gran ave fénix que es la industria musical.