El mapa de la malnutrición infantil en el mundo es muy desigual, abarca desde el sobrepeso al retraso en el crecimiento, como puede verse en este mapa. Los países que no presentan datos, como España, Italia o Francia, no figuran porque sus estadísticas no destacan en ninguno de los dos aspectos, según los datos de la ONG. El mapa que aquí mostramos, elaborado por Esri España, muestra su incidencia por el globo.

La malnutrición es la responsable de una de cada tres muertes infantiles en todo el mundo, según los datos de Unicef. Mucho más amplio que el problema del hambre, el de la malnutrición abarca las dietas pobres en nutrientes, la falta continuada de unos mínimos energéticos para afrontar el crecimiento y el día a día y enfermedades que dificultan la absorción de vitaminas y minerales. Hablar de niños malnutridos es también hablar de sobrepeso y obesidad.

Según Unicef, se puede hablar de "malnutrición hereditaria" en sentido figurado, pues aunque no se transmite por los genes, tiene un impacto "tan dramático en el desarrollo de una persona que consigue saltar generaciones y perpetuar el ciclo de malnutrición, enfermedad y pobreza de padres a hijos". Esas consecuencias son tanto problemas  físicos como retrasos en el aprendizaje y desarrollo cognitivo, que afectan de por vida.