Familia

Bebés prematuros, el primer asalto de la vida

En los últimos 50 años la tasa de prematuros ha aumentado por el envejecimiento de las madres y la reproducción asistida, pero ha aumentado drásticamente su supervivencia.

Bebé prematuro en una incubadora.

Bebé prematuro en una incubadora. EP

De las primeras cosas que suele hacer una mujer tras descubrir que está embarazada es calcular su fecha probable de parto, 40 semanas después de su última regla. Ella empieza ahí a prepararse para convertirse en madre, aunque el embrión que resultó de la fusión del óvulo y el espermatozoide semanas antes lleva ya semanas sumergido en una actividad frenética de división de células, formación de órganos y maduración para la vida fuera del útero.

En España un 7% de los bebés nacen de forma prematura, una tasa que ha aumentado en los últimos 50 años

Una vida para la que el feto sólo está 100% preparado a partir de la semana 37, aunque lamentablemente no siempre suceda así. Es lo que le ha pasado a Irene Montero y Pablo Iglesias, que acaban de tener a sus gemelos en la semana 26, pero también la realidad del 7% de los recién nacidos en España.

Se consideran prematuros dentro de ese 7% a los bebés nacidos antes de la semana 37, la tasa de grandes prematuros – nacidos antes de la semana 32 – está entre el 0,5 y el 1%, datos de la Sociedad Española de Neonatología (Seneo).

“Contra lo que se pueda creer, la tasa de prematuros en España no ha caído en los últimos años, sino que ha aumentado, fundamentalmente debido al aumento de la edad materna y a los tratamientos de fecundación in vitro”, afirma Juan Luis Delgado, portavoz de medicina perinatal de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).

¿Por qué me puede pasar a mí?

Mucho se ha comentado estos días sobre que Irene Montero estaba en el Congreso la tarde antes de dar a luz y si el estrés pudo influir en el adelanto del parto. Delgado, sin embargo, se muestra rotundo. “Afortunadamente en los últimos años la ciencia ha derribado muchos tópicos sobre las causas de la prematuridad, como la actividad física, el cansancio o estrés o la práctica de sexo”, asegura el también jefe de la Unidad de Medicina Maternofetal del Hospital Vírgen de la Arrixaca de Murcia, la maternidad más grande de España.

Ni el cansancio ni el estrés influyen en que la madre tenga un parto prematuro

Delgado explica que la razón fundamental de los partos prematuros es la infección o inflamación de la placenta o la bolsa amniótica, tras lo cual influyen también otros factores como los embarazos múltiples (por la sobredistensión del útero), una mayor edad materna o la raza (las mujeres africanas son más propensas que las caucásicas). “Las infecciones las pueden producir gérmenes, infecciones de orina o incluso otras como foco lejano como periodontales. Es importante porque a veces no son detectables en los cultivos”, explica el ginecólogo.

Lo que se puede hacer para prevenir un parto prematuro

El portavoz de la SEGO afirma que no es posible evitar un parto prematuro y que prevenirlo tampoco depende totalmente de la madre, aunque hay algunos factores que pueden influir.

“El tabaco sí se ha demostrado como un factor de riesgo, ya que degrada las membranas y puede afectar al sistema inflamatorio. Además hay algunas técnicas actualmente en estudio, pero cuya efectividad no está avalada científicamente. Por ejemplo, administrar progesterona a las mujeres con cuello de útero acortado, el cerclaje – coser el cuello del útero – o el pesario vaginal, que es un anillo de silicona que se introduce en la vagina para evitar la presión del niño sobre el cuello del útero”, añade Delgado.

Buena supervivencia desde la semana 24

En Europa Occidental, los médicos calculan el mínimo para que un bebé sea viable a partir de la semana 24 de embarazo. “Decimos que es en este momento porque es cuando los pulmones, que son los órganos que causan más problemas a los neonatos, están suficientemente maduros como para salir adelante con los medios técnicos que poseemos en la actualidad”, explica Máximo Vento, presidente de la Seneo.

En Europa Occidental, los médicos calculan el mínimo para que un bebé sea viable a partir de la semana 24 de embarazo

En esa semana 24 – que no llega a los seis meses de embarazo – el feto suele pesar alrededor de 500 gramos y sus posibilidades de sobrevivir están entre el 70 y el 75%, aunque hacerlo de manera íntegra – “con un desarrollo intelectual y motor normales”, aclara Vento - está entre el 50 y el 60%.

Entre las 26 y las 28 semanas los bebés que nacen se consideran aún grandes prematuros o prematuros extremos, y su peso está entre los 700 y los 1.200 gramos. Sin embargo, su supervivencia ya supera el 85% y las posibilidades de desarrollo íntegro están en el 80%.

Entre las 26 y las 28 semanas los bebés tienen una supervivencia de más del 85%

El cambio radical en la supervivencia del que habla Delgado se ha producido por dos razones fundamentales, “el control del embarazo y la administración de corticoides a la madre antes del alumbramiento”, indica Laura Castells, jefe del Servicio de Neonatología en el Hospital Universitari General de Catalunya. Los corticoides administrados en las 48 horas previas al parto (si éste no es de urgencia y se puede aguantar a la madre con los síntomas) acelera la maduración de los pulmones, los órganos clave para la supervivencia del bebé.

Primeras 48 horas críticas

La mayor vulnerabilidad de un bebé de menos de un kilo de peso está en sus pulmones. “Cuando nace antes de tiempo, el bebé no tiene capacidad respiratoria y tiene tendencia a ahogarse, por eso lo principal es estabilizarlo con ventilación artificial y oxígeno y mantener su temperatura corporal, a lo que llamamos reanimación neonatal”, explica el presidente de la Seneo. Aquí, tanto la administración de corticoides como de surfactante artificial, un líquido que el bebé produce naturalmente a partir de la semana 34, son vitales para la supervivencia.

La mayor vulnerabilidad de un bebé de menos de un kilo de peso está en sus pulmones

Delgado resume además en cinco las complicaciones graves que el prematuro está en mayor riesgo de sufrir durante las 48 primeras horas. La primera es la hemorragia cerebral, “causada por problemas de oxígeno en sangre, y que sufren aproximadamente el 5% de los bebés de menos de un kilo de peso", asevera. Además, la llamada displasia broncopulmonar, que ocurre a la mitad de los niños de ese peso y que favorece patologías pulmonares por la falta de maduración.

La falta de desarrollo del sistema digestivo también hace que en esas primeras horas haya un grave riesgo de necrosis del intestino, lo que en el 10% de los casos obliga a operar para quitar el trozo de intestino dañado. En el mismo porcentaje puede afectar a los niños la sepsis neonatal, una infección favorecida por la falta de desarrollo del sistema inmune. Por último, también son relativamente frecuentes las secuelas oculares por el uso de oxígeno.

Los neonatólogos reivindican un sistema nacional de transporte neonatal, que ahora solo hay en algunas regiones

Vento incide aquí en que si el parto ha ocurrido en un hospital no especializado, “el tiempo es oro y se necesitaría un sistema de transporte neonatal, algo que actualmente solo está en algunas comunidades como Madrid, Cataluña o Valencia. El SAMUR no está preparado para transportar a un bebé de 26 semanas y esa es nuestra reivindicación. La Administración tiene que entender que es más barato prevenir con estos sistemas de transporte que cuidar luego a un enfermo de por vida”.

El método canguro y la leche materna

Superadas esas 48 horas críticas se entra en otro período, el de los 15 primeros días, que también será clave para el bebé, según los médicos. “Aquí es fundamental que el pequeño pueda empezar a respirar solo y que su sistema digestivo se vaya adaptando, lo normal es que al principio necesite alimentación por gotero, y es fundamental que pueda disponer de leche materna, ya sea propia o de un banco de leche”, afirma el presidente de Seneo.

“Si sabemos que la leche materna es importante para los bebés, aún lo es mucho más para los prematuros, puesto que resulta más fácil de digerir, protege mejor de las infecciones y previene la necrosis del intestino”, añade Castells. La importancia de los bancos de leche materna reside en las dificultades añadidas que tienen muchas madres de los prematuros para amamantar, al no tener el bebé suficiente fuerza para succionar y subyacer una lógica situación de estrés tras lo ocurrido.

El otro pilar que ha conseguido mejorar el pronóstico de los prematuros y que es fundamental en la Unidad de Cuidados Intensivos es el contacto del bebé con sus padres o lo que los médicos llaman el “método canguro”. “Antes las UCIS estaban cerradas a los padres, ahora se abren las 24 horas y se les anima a practicar el piel con piel con el bebé, además de que aprendan a estimularlos y hacerles los cuidados básicos. Esto favorece que no caigan en depresión por lo ocurrido y está demostrado que es beneficioso para el desarrollo físico e intelectual del bebé”, explica Vento.

Consecuencias a largo plazo y atención temprana

El hospital se convierte en el primer hogar para los prematuros que se quedan, de media, entre 70 y 80 días tras el parto. “Las complicaciones son más comunes en las dos primeras semanas pero pueden ocurrir durante todo el tiempo. También al alta, le podemos dar a los padres un pronóstico en base a lo que hayamos visto, pero el seguimiento hasta los seis o siete años seguirá siendo necesario”, indica el presidente de la Seneo.

Los controles a los niños son especialmente necesarios cuando el nacimiento ha sido por debajo de las 32 semanas. “Se requerirá una vigilancia estrecha, con visitas a todos los especialistas implicados – neurólogo, oftalmólogo, otorrino, etc – al mes, a los seis, 12, 18 y 24 meses, y luego con mayor periodicidad hasta los seis o siete años”, afirma Vento. “A partir de la 32 también es necesaria esa vigilancia aunque de forma más laxa”.

Menos del 40% de los niños prematuros son analizados conforme sería necesario”, dice el presidente de la Seneo

Aquí es donde los prematuros españoles encuentran más problemas. Según explica Vento, “según un estudio realizado en España menos del 40% de los niños prematuros son analizados conforme sería necesario”, un problema que puede traducirse en “consecuencias irrecuperables”.

A través de un hilo de twitter estos días lo confirmaba la Plataforma por la Atención Temprana y los Derechos de la Infancia con Diversidad Funcional de Madrid, que reivindica que esta atención pase a la cartera básica del Sistema Nacional de Salud y se convierta así en un derecho de todos los ciudadanos. “Actualmente cada comunidad lo regula como quiere, en algunas como Canarias ni aparece y en otras como Madrid se regula desde Asuntos Sociales y las listas de Espera son infernales”, explica Óscar Hernández, portavoz de la asociación. “Yo llevo un año y medio de espera y como no quiero privar a mi hija de la atención que necesita pago 300 euros al mes entre el logopeda y la terapeuta ocupacional”, añade.

La neuropediatra María José Mas incide en que aunque el niño prematuro no sufra ninguna complicación en sus primeras semanas de vida, "se enfrenta al mundo con gran fragilidad e inmadurez, lo que le hace muy vunerable. Infecciones, insuficiencia respiratoria o renal... cualquier cosa puede comprometer su pronóstico final, incluso después del alta. Por eso es necesario seguir su neurodesarrollo cuando ya estén en casa y que la atención temprana esté bien dotada de medios".

El tiempo es oro para los bebés y la falta de atención temprana es un "escándalo" para algunos expertos

Mas, autora de La aventura de tu cerebro, considera un "escándalo" la ausencia de la atención temprana en la cartera de salud: "Todas las comunidades autónomas están gestionando esto muy mal y en un momento en que en España el número de defunciones supera al de nacimientos, deberíamos tomarnos muy en serio a la infancia y sus problemas", añade.

Vento coincide en que el tiempo es oro en el caso de los bebés. "Un adulto puede esperar meses para operarse, pero no es tolerable que un niño tenga que esperar ese tiempo. El pronóstico puede cambiar radicalmente. Los hijos de Irene Montero, por ejemplo, tienen todas las posibilidades del mundo de ser niños normales gracias a que sus padres pondrán los medios para que así sea. De haber nacido en una familia pobre, sus complicaciones se multiplicarían por 10", concluye el presidente de la Seneo.

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