Familia

Otitis, conjuntivitis y otras -itis del verano

Son algunas de las enfermedades más comunes de la estación estival y en muchos casos se pueden prevenir.

Otitis, faringitis y otras -itis del verano.

Otitis, faringitis y otras -itis del verano. EP

Estamos ya en pleno verano y más allá de las vacaciones, el chiringuito y el bronceado, el estío trae también algunas enfermedades propias que nos pueden fastidiar las vacaciones. Porque el calor y el cambio de hábitos son los principales responsables de estos males que, en muchos casos, son provocados por infecciones y se pueden prevenir.

Otitis

Es la inflamación del oído. Es mucho más frecuente en verano y se asocia al baño en ríos, piscinas, mares o lagos. La provocan sobre todo bacterias y hongos que se mueven en el medio acuático.

“Consiste en la infección e inflamación del epitelio que recubre el conducto auditivo externo”, explica Manuel Manrique, de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), en su web. Este epitelio o piel, que protege de la infección de bacterias y hongos, añade, “sufre una maceración como consecuencia de la humedad y el calor, lo que facilita la actuación de los gérmenes”.

Los principales síntomas derivados de otitis son dolor, molestias al masticar o bostezar, picor, sensación de taponamiento, una leve pérdida de audición y percepción de humedad en el oído, a veces en forma de supuración. La ausencia de cerumen puede favorecer su aparición ya que éste actúa como protector del conducto auditivo, “de ahí que lo recomendable sea no extraerlo de forma sistemática. En aquellos casos en los que la persona tiene tendencia a formar tapones que ocluyen de cera o queratina de forma completa el conducto, es importante que la limpieza sea realizada por un profesional sanitario antes de la llegada del verano”, explica Manrique.

Conjuntivitis

Es la infección de la conjuntiva del ojo, el tejido fino y transparente que cubre el interior del párpado y la parte blanca del ojo. Llama la atención porque la inflamación provoca que los vasos sanguíneos sean visibles al adquirir un color rosado o rojizo, según informa en su blog Clínica Baviera. Además, es bastante habitual que surja una secreción del ojo (legañas) de color blanca, amarillenta o verdosa, lagrimeo excesivo, mayor sensibilidad a la luz, irritación con sensación de tener arena en los ojos y ardor o picor intenso en los ojos.

La conjuntivitis puede ser alérgica, infecciosa (bacteriana o vírica) o tóxica, y con el fin de evitarla en verano, es importante usar gafas para nadar y bucear, evitar tocarse los ojos sin haberse secado las manos o si se ha estado en contacto con el césped o con la arena. Además, ducharse al salir del agua, usar toallas limpias y si es posible de uso individual, no compartir productos solares para la cara y ponerse las gafas de sol para proteger los ojos tanto de la  radiación solar como del polvo, la arena y las partículas en suspensión.

Gastroenteritis

Son más frecuentes durante el verano y se transmiten por diferentes causas, especialmente virus o por la contaminación a través de alimentos en mal estado. Si no es grave, se cura en uno o dos días, tan sólo siguiendo una dieta blanda. La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc) recomienda, en cado de contraerla, los siguientes consejos:

  • Lavar las manos frecuentemente, especialmente después de las comidas, de ir al retrete o de cambiar pañales
  • Beber abundantes líquidos, especialmente agua aunque también se puede tomar limonada, agua de arroz o de zanahoria. En caso de vómitos, esperar una hora antes de comer nada y empezar con una cucharada de líquido cada 10 minutos para ir comprobando la tolerancia.
  • Empezar a comer poco a poco, evitando ayunos de más de 12-24 horas, y eligiendo comidas suaves como arroz hervido, pollo sin piel, jamón york o pescado blanco. También recomiendan manzana asada, plátano maduro o yogur.
  • La Semfyc recomienda acudir al médico en caso de fiebre alta (más de 38,5 grados), si se siente dolor intenso, se ve sangre y moco en las heces o si la diarrea no se cura en tres días tras seguir estos consejos.
  • La diarrea del viajero es también un tipo de gastroenteritis, originada cuando se viaja a un país con peores condiciones higiénico sanitarias. La Fundación Española del Aparato Digestivo ofrece recomendaciones específicas para este tipo de enfermedad.

Tanto en esta como en el resto de enfermedades típicas del verano, si se detecta algún error o retraso en el diagnóstico, el portal de Reclamador recomienda recibir asesoramiento legal y reclamar.

Faringitis y bronquitis

Los aires acondicionados y los cambios bruscos de temperatura son los principales culpables de que estas enfermedades se extiendan en verano. Según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), un 20% de los cuadros catarrales, faringitis, bronquitis y laringitis se producen en verano por esta causa.

La Separ recuerda, no obstante, que la mayoría de estos catarros no suelen causar fiebre, sino otros síntomas como estornudos, rinorrea y congestión nasal. Ante ello, recomiendan “no tomar antibióticos, pues se trata habitualmente de afecciones de origen vírico” sino estar correctamente hidratados y tomar precauciones respecto al aire acondicionado o los baños en agua fría. La sociedad pide especial cuidado a los pacientes con enfermedades crónicas respiratorias, los niños y los ancianos, ya que son los más vulnerables a las consecuencias del mal uso de los sistemas de climatización.

Cistitis

La inflamación de la orina en la vejiga es otra de las inconveniencias que, especialmente las mujeres, suelen sufrir en verano. En El Independiente ya te contamos las 10 claves para prevenirla pero es importante subrayar que no conviene permanecer mucho tiempo con la ropa de baño mojada, beber mucha agua, evitar el estreñimiento y orinar de forma frecuente.

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