"Tenemos un método que funciona contra el tabaquismo y España mira hacia otro lado". Así de rotunda se muestra Carmen Escrig, doctora en Biología Celular y Genética por la Universidad Autónoma de Madrid que este miércoles defiende en Barcelona el papel del cigarrillo electrónico en la lucha contra el tabaquismo, un hábito que mata cada año, según la OMS, a siete millones de personas.

Escrig es también presidenta de MOVE, una organización internacional de sanitarios con 500 socios de 20 países. Son conscientes que "luchan contracorriente", especialmente en España, donde la legislación es restrictiva con este tipo de productos, que se legislan de forma similar al tabaco convencional aunque los estudios realizados hasta la fecha muestran que son aproximadamente un  95% menos perjudiciales para la salud.

Que el nivel de toxicidad es un 95% menor es un hecho que ha concluido el prestigioso Real Colegio de Médicos de Reino Unido"

"Que el nivel de toxicidad es un 95% menor es un hecho que ha concluido el prestigioso Real Colegio de Médicos de Reino Unido. La reducción del daño es plausible", defiende Escrig en puertas del primer congreso científico del sector del cigarrillo electrónico, que se celebra este miércoles en Barcelona en total ausencia de sociedades médicas o administraciones públicas, que según Escrig - que forma parte de la organización - han declinado participar. "Llevamos cinco años tratando de dialogar con las principales sociedades médicas y las administraciones sanitarias sin respuesta. Por eso hemos decidido organizar este  primer congreso por nuestra cuenta y esperamos que puedan unirse a siguientes ediciones", indica.

El Congreso está organizado por ANESVAP (Asociación Española de Usuarios de Vaporizadores Personales) y MOVE (Organización de Médicos en Apoyo del Vapeo) aunque cuenta con expertos de distintos países.

Reino Unido, su ejemplo a seguir

El principal argumento de los defensores del cigarrillo electrónico es la reducida toxicidad, aunque lo cierto es que diferentes estudios plantean controversias en este sentido. Sin embargo, ellos defienden que el cigarrillo electrónico es un producto exclusivamente para adultos fumadores que tiene un objetivo principal: ayudarles a dejar de  fumar.

En ningún momento los cigarrillos electrónicos están orientado a no fumadores y menos a jóvenes

"En ningún momento este producto está orientado a no fumadores y menos a jóvenes, son sólo para adultos fumadores. Los estudios muestran que el número de usuarios con estas características es muy residual", afirma Escrig, "lo que dicen los detractores es que entran algunos jóvenes, pero ese hecho mínimo no puede  privar a millones de  personas fumadoras de la oportunidad de salvar sus vidas", añade la presidenta de MOVE.

Sobre si el cigarrillo electrónico puede ser  una puerta de entrada al tabaquismo, el congreso cuenta con la presencia de Linda Bauld, directora Adjunta del Centro de Estudios sobre Tabaco y Alcohol del Reino Unido. El país británico es el que abandera la introducción del cigarrillo electrónico en las estrategias contra el tabaquismo y según los últimos datos del Ministerio de Sanidad británico, la evidencia no respalda que los jóvenes entren al tabaco a través de estos dispositivos porque, a pesar de  su promoción, las tasas de fumadores jóvenes siguen cayendo. Además, afirman que los cigarrillos electrónicos se asocian con mejores tasas de abandono del tabaco y estima en más de 20.000 casos anuales de  éxito.

Reino Unido estima que el cigarrillo electrónico contribuye a que 20.000 personas dejen de fumar cada año

El Congreso que se celebra en Barcelona también cuenta con la presidencia de Riccardo Polosa, Director del Instituto de Medicina Interna de la Universidad de Catania (Italia). Polosa presenta un estudio que habla sobre la reversión del daño causado por el tabaco en pacientes con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) que se han pasado al cigarrillo electrónico, total o parcialmente. Los resultados obtenidos mostraron que los pacientes que cambiaban el tabaco por el vapeo tenían menores posibilidades de recaída y, además, se redujeron sus exacerbaciones de la EPOC y se atenuaron sus infecciones respiratorias, al tiempo que mejoraba su estado de salud en general, según Polosa.

Por otro lado, el director del Departamento de Láseres y Haces Moleculares del Instituto Multidisciplinario de la Universidad Complutense de Madrid, Ángel González Ureña, expone los resultados de su investigación sobre el efecto del vapor en terceras personas. Según sus conclusiones, las personas situadas cerca de un vapeador inhalan cien veces menos nicotina que un fumador pasivo, "unos niveles insignificantes que descartan la existencia del vapeador pasivo".

Estudios contra el uso del cigarrillo electrónico

La evidencia científica, no obstante, también cuenta con datos que desaconsejan el uso del cigarrillo electrónico. Un estudio reciente publicado en European Respiratory Journal aseguraba que estos dispositivos elevan el riesgo de sufrir una neumonía ya que el vapor ayuda a las bacterias a adherirse a las células que recubren las vías respiratorias.

Otros estudios hablan también de la capacidad adictiva de los cigarrillos electrónicos o las sociedades científicas sitúan directamente a algunos dispositivos - como Iqos - como "tan tóxicos y dañinos" como el tabaco.