Si mencionamos la palabra ‘Gremlin’ a todos nos vienen a la cabeza las superproducciones de Spielberg de mediados de los 80 y de los 90 en la que unas pequeñas criaturas, aparentemente bondadosas, se convertían en unos seres malignos con piel de reptil cuando no tenían los cuidados necesarios.

En Medicina han querido realizar un paralelismo entre estas malvadas criaturas y el reciente descubrimiento de una proteína, a la que han llamado ‘Gremlin’, que creen que podría favorecer la fibrosis renal. En concreto, la investigadora del Instituto de Investigación Sanitaria de la Fundación Jiménez Díaz (IIS-FJD) Marta Ruiz-Ortega, junto a expertos del Hospital Universitario de La Paz, en un estudio en realizado en cooperación en la Red de Investigación renal (RedinREN), ha descrito los cambios producidos por esta proteína en la morfología y en la función de las células renales.

Los resultados de este trabajo, publicado Frontiers in Pharmacology, podrían orientar sobre un posible tratamiento paliativo para el daño renal crónico, a día de hoy imposible de curar, y que obliga a estos pacientes a someterse constantemente a diálisis o incluso a un trasplante de riñón.

Este hallazgo también es importante porque uno de los problemas que suelen presentar los riñones es que, si comienzan a funcionar mal, pasa muchísimo tiempo hasta que se detecta el daño. De hecho, la enfermedad renal no hace que la persona se sienta enferma hasta que el problema es grave e irreversible, y ya prácticamente dejan de funcionar, advierte el Instituto Nacional de Salud (NIH) estadounidense en este sentido.

En concreto, las personas tenemos dos riñones, uno a cada lado de la columna, y con forma de frijol. Son del tamaño de un puño. Podemos vivir con un solo riñón, si lo hemos donado o perdido ante un traumatismo o enfermedad, pero previsiblemente no viviremos de la misma manera en el largo plazo.

Entre sus funciones, según describe el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos, destaca la de filtrar la sangre, eliminar los desechos del cuerpo, así como el exceso de agua (dando lugar a la orina). También mantienen el equilibrio químico del cuerpo, ayudan a controlar la presión arterial, y a producir hormonas.

“Cada riñón contiene aproximadamente un millón de diminutos filtros que pueden procesar alrededor de 150 litros de líquido todos los días; lo suficiente como para llenar el tanque de agua caliente de una casa. Cuando la sangre atraviesa el riñón, los filtros tamizan y retienen ciertas sustancias que el cuerpo puede necesitar, como algunos nutrientes y una gran parte del agua. Los desechos dañinos y los excesos de agua y de nutrientes se canalizan hacia la vejiga, que se encuentra cerca, y son expulsados como orina”, recuerda.

Así, al enfermar el riñón no filtran la sangre como deberían, un perjuicio que puede derivar en que los desechos se acumulen en el cuerpo de la persona y causen otros problemas que podría igualmente perjudicar la salud del paciente. “Las toxinas y los excesos de agua pueden acumularse en la sangre. El descenso de la producción de hormonas puede causar otros problemas”, advierte el NIH.

A su vez, cita que existen diferentes tipos de enfermedad renal y la mayor parte ataca a ambos riñones al mismo tiempo, dañando a los filtros pequeños, llamados ‘nefronas’, reduciendo su capacidad de filtración. “Cuando el daño a las nefronas sucede rápidamente, a menudo debido a lesiones o envenenamiento, se denomina ‘lesión renal aguda’. Es más común, sin embargo, que las nefronas empeoren lentamente y en silencio, durante años o incluso décadas. Esto se conoce como ‘enfermedad renal crónica’”, precisa la entidad.

Podría favorecer la fibrosis renal

Por eso es igualmente importante este hallazgo, porque creen que la proteína ‘Gremlin’ podría favorecer la aparición de la fibrosis renal, que provoca una degeneración paulatina del riñón. Y es que, según explican los investigadores, las células de los órganos están diseñadas para cumplir una serie de funciones muy específicas para mantener la normal funcionalidad del organismo. Éstas se comunican entre sí a través de la secreción y recepción de señales, provocando así una respuesta celular concreta.

Con ello, este equipo de especialistas ha descubierto que la proteína ‘Gremlin’, cuando se une a las células renales, provoca una transformación de la función y de la estructura celular, pasando de un fenotipo sano y normal, a uno patológico de secreción y formación de tejido conjuntivo (proceso denominado como ‘fibrosis’).

En un trabajo anterior, el equipo dirigido por la Dra. Ruiz-Ortega, en colaboración con la Dra. Lavoz; el Dr. Mezzano, de la Universidad Austral de Chile; y el Dr. Jesús Egido, del IIS-FJD y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (Ciberdem), ya vieron que ‘Gremlin’ se une a un receptor llamado ‘VEGFR2’ cuando existe un daño en el riñón. En la presente investigación describen cómo esta unión promueve que las células sanas renales que forman los túbulos de las nefronas, y que desempeñan un papel muy específico y necesario para la secreción de la orina, se transforman en células con capacidades migratorias, y de secreción de factores que producen fibrosis.

“Este cambio en las células provoca que se liberen factores también malignos para otras células, perdiendo así la capacidad de la función renal normal, y contribuyendo al proceso del daño renal crónico caracterizado por fibrosis”, señalan los investigadores.

Además, han conseguido que, mediante la utilización de fármacos experimentales que anulan la actividad de ‘Gremlin’ sobre las células, tenga lugar una disminución en los cambios funcionales y estructurales en las células renales, contribuyendo a mantener su estructura y función normal.

“Con este descubrimiento pretendemos entender un poco más cómo funcionan los procesos fisiopatológicos renales, y tratar de encontrar así una posible cura o tratamiento paliativo para el daño renal crónico”, celebran los expertos.

Como parte del trabajo, señalan que se testaron distintos inhibidores farmacológicos que modulan la actividad de ‘Gremlin’ y, para ello, se utilizaron tanto células renales en cultivo, como modelos animales experimentales de daño renal crónico en ratones.