Hace unos días, Amós García Rojas (Santa Cruz de Tenerife, 1954) escribió en su cuenta de Twitter: "Hoy temprano coincidí con un viejo amigo. Me alegró mucho saludarlo. Se trata de un fumador empedernido y, después de tirar el que me confesó que era su duodécimo cigarrillo mañanero, me dijo: 'Yo no me pondré la vacuna, no me gusta echarme porquerías".

Desde hace nueves meses, el epidemiólogo y vacunólogo canario lanza mensajes en esta red social que siempre arranca con tres palabras: calma, paciencia y prudencia. Es su particular diario de la pandemia. Un día maldice los fallecidos que se sigue cobrando la covid-19, otro se muestra alarmado por las imágenes de concentraciones de personas en las que no se guarda la distancia, al siguiente celebra el inicio de la vacunación en el Reino Unido... Hay otros en los que se muestra abiertamente descorazonado por lo que ve y lo que escucha: "Hasta la coronilla del coronavirus, de los del coronatimo que se creen coronados de conocimiento por coronación divina sin conocer las coronas del saber. De los que han fumado Coronas y necesitan muchas Coronitas, pero vacunar sólo a Corina".

Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología desde hace siete años y Jefe de Sección de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública de Canarias, considera que la reticencia que muestra un sector de la población a vacunarse en los inicios se puede vencer si se logra que cale el mensaje de que son seguras y de que no hay otra alternativa para frenar esta tragedia. "Si no nos vacunamos, ¿qué? ¿Seguimos como estamos? ¿Seguimos con los muertos? ¿Con los ingresos en UCI? ¿Profundizando en la dramática crisis económica que ha producido este problema?", se pregunta retóricamente.

De su padre, el reumatólogo Amós García Montelongo, no sólo heredó la pasión por la medicina. También la afición por la música, a la que se enganchó desde que siendo un niño cayó en sus manos un disco del grupo Los Pick-Ups. Devoto seguidor de la música de los Rolling Stones, dirige un programa de radio (La posada del blues) interrumpido por la pandemia.

Pregunta.-¿Por qué la Agencia Europea del Medicamento (EMA) va a tardar más que la estadounidense o la inglesa en autorizar la vacuna de Pfizer-BioNTeh contra el coronavirus?
Respuesta.-Tenía prevista la fecha del 29 de diciembre para realizar la evaluación, pero la han adelantado al 21.

P.-¿No se podía haber evaluado con algo más antelación?
R.-Empezar a vacunar el 24 o el 31 no va a tener ningún impacto inmediato sobre la pandemia. Da igual, no le doy mayor importancia. Posiblemente, puede tener más días para revisar el dosier y ver si avances en algún estudio.

No impondría en principio la vacunación obligatoria, puede ser contraproducente y armar al movimiento que está en contra"

P.-¿Achaca la decisión de adelantar la decisión al próximo lunes al avance de la transmisión del virus en países como Alemania?
R.-Es que empezar a vacunar no va a tener ningún impacto inmediato sobre la evolución de la pandemia. Sí tiene alguna influencia en otros países desde el punto de vista emocional.

P.-¿A qué se refiere?
R.-Querer empezar a vacunar antes de fin de año es lanzar a la ciudadanía un mensaje de optimismo. Objetivamente, insisto, comenzar a vacunar a finales de año o principios de 2021 no va a impactar sobre la evolución de la pandemia a corto plazo.

P.-¿Haber desarrollado vacunas en menos de un año era un hito de la ciencia imaginable antes de que se declarara la pandemia?
R.-Claramente es un hito de la ciencia, un logro científico absolutamente espectacular. Y eso hay que subrayarlo. La presión que ha supuesto convivir con una situación tan compleja desde el punto de vista de la salud pública como la pandemia ha sido un elemento clave que ha posibilitado que la ciencia haya hecho este esfuerzo poderoso. Es un hito histórico. Todos recordaremos la llegada de la vacuna frente a la covid-19 como uno de los grandes logros de los últimos años.

P.-O tal vez del siglo...
R.-No me atrevo a ir tan lejos pero el gran logro de los últimos años, seguro.

P.-Un sondeo del CIS cifra en el 55,2 el porcentaje de españoles que prefiere esperar a ponerse el antídoto. ¿Teme que la consecución de la inmunidad de rebaño se retrase por reticencias de la población a inyectarse?
R.-Hay que leer bien los resultados de esa encuesta. Ésta te dice que más de un 50 % de la ciudadanía es reticente a vacunarse inicialmente y en ese matiz está la clave. No son negacionistas de la vacuna, son personas que tienen dudas. ¿Es extraño que alguien tenga dudas en el mar de dudas en el que nos hemos desenvuelto por la pandemia? Lógicamente es razonable pensar que el ciudadano tenga dudas ante el único instrumento que nos va a permitir modular la misma. Somos un país que tiene muy interiorizadas las bondades de la vacunación como instrumento clave para mejorar el nivel de salud de la ciudadanía.

P.-¿Cómo se puede vencer esa desconfianza?
R.-Tenemos que ser capaces de trasladarle a la ciudadanía de manera certera dos reflexiones fundamentales. La primera es que si las vacunas están es porque son claramente seguras al haber sido autorizadas por los órganos reguladores del medicamento, formados por profesionales de muy alta y relevante solvencia científica. Y, en segundo lugar, porque si no nos vacunamos, ¿qué? ¿Seguimos como estamos? ¿Seguimos con los muertos? ¿Con los ingresos en UCI? ¿Profundizando en la dramática crisis económica que ha producido este problema? Ésa es la alternativa. Por favor, llevamos más de un millón y medio de muertos como consecuencia de esta enfermedad. La relación coste-beneficio es clara frente al miedo a un posible efecto secundario, que sería leve en líneas generales.

P.-¿Es partidario de que sea obligatorio vacunarse?
R.-No.

Tenemos que ser conscientes de que, si bien se empieza a ver la luz, el túnel tiene muchísimos kilómetros de recorrido"

P.-¿Qué argumentos esgrime frente a quien defiende que sí lo sea?
R.-Somos un país fuertemente vacunador. En un contexto complicado como el de la pandemia, en el que las encuestas dicen que más de un 50 % de la ciudadanía es remisa a vacunarse inicialmente, hacer la medida obligatoria puede generar un efecto contraproducente y armar incluso al movimiento que está en contra de la vacuna. Yo creo que no hace falta. Somos muy vacunadores y la población acudirá. Solamente me replantearía la obligatoriedad si la cobertura [de vacunación] no es la adecuada y la pandemia sigue su curso una vez que llevemos un tiempo vacunando.

P.-No hay de momento alternativa. O la población se inmuniza o la pandemia seguirá su curso...
R.-Tenemos que ser conscientes de que estamos en una situación muy dura y compleja. Hemos visto demasiados muertos, demasiado sufrimiento, demasiado dolor... Hemos visto a personas que ni siquiera pueden enterrar a sus seres queridos como consecuencia de la pandemia y tenemos que hacer un esfuerzo para vacunarnos todos en su momento, porque es lo único que nos va a permitir parar esto. Y tenemos que ser conscientes de que, si bien se ve la luz al final del túnel, éste tiene muchísimos kilómetros de recorrido.

P.-¿Cuándo consideran que se puede alcanzar una inmunidad de rebaño del 70 %?
R.-Evidentemente hay factores que hacen que sea difícil establecer una fecha. Desconocemos el ritmo de llegada de vacunas, qué tiempo se puede tardar en ir venciendo esas reticencias de un sector de la ciudadanía a vacunarse inicialmente... En cualquier caso, teniendo en cuenta la magnitud de la campaña de vacunación, hasta después del próximo verano va a ser muy complicado. Posiblemente en el último trimestre del próximo año.

P.-Ese pronóstico es algo menos optimista del que ofrecen los políticos, que ven factible alcanzar ese porcentaje en verano...
R.-El ministro [de Sanidad] dijo que antes del verano podíamos llegar a tener un porcentaje elevado de ciudadanía vacunado, pero no dijo que fuera la inmunidad de grupo. Yo también creo que antes de verano vamos a tener un porcentaje amplio de la ciudadanía vacunada, pero el 70 % lo veo muy complicado.

P.-¿La exigencia de temperaturas de ultrafrío para el transporte va a dificultar excesivamente el proceso de vacunación?
R.-Evidentemente es una dificultad logística importante, porque no estamos acostumbrados a manejar políticas vacunales en este país que requieran esas temperaturas de conservación. En los países africanos vacunaron frente al ébola con una vacuna que requería esas temperaturas de conservación (-80 grados centígrados). Si no pinchó en África...

Somos un país que tiene muy interiorizadas las bondades de la vacunación como instrumento clave para mejorar el nivel de salud de la ciudadanía"

P.-¿Habrá que vacunarse cada año, como ocurre con la vacuna de la gripe?
R.-No se sabe porque se desconoce la duración de la respuesta protectora que tiene la vacuna. Eso no se puede saber porque no hay tiempo de experiencia con la vacuna. Hasta que no se vaya monitorizando a las personas vacunadas la presencia de protección no lo vamos a saber. ¿Es posible que haya que revacunar? Es posible.

P.-¿Le preocupan los episodios de reacción alérgica que se han registrado en personas vacunadas en el Reino Unido y Alaska?
R.-Si una persona es alérgica a los frutos secos, ¿debe comer frutos secos? Si una persona es alérgica a alguno de los componentes de la vacuna no debe ponerse la vacuna. Eso es una contraindicación básica que tienen las vacunas.

P.-¿Comparte los criterios anunciados por el Ministerio de Sanidad a la hora de establecer las prioridades en los grupos de vacunación?
R.-Totalmente, entre otras cosas porque nosotros participamos en ese documento.

P.-¿Puede decirme qué sociedades científicas o profesionales han colaborado en la elaboración del plan nacional de vacunación frente a la covid-19?
R.-Eso no se lo puedo decir. Tenemos firmado un compromiso de confidencialidad.

P.-¿Cuándo se volverá a recuperar la verdadera normalidad?
R.-Hasta que no lleguemos al 70 % de cobertura de rebaño, difícilmente se va a poder recuperar la normalidad. Cuando alcancemos ese porcentaje estaríamos en condiciones de poder empezar a decirle a la pandemia bye, bye...