Los efectos secundarios de las vacunas contra el coronavirus están cada vez más identificados, a medida que avanza la inmunización general de la población. En el caso de Pfizer, la vacuna que están recibiendo la mayoría de jóvenes en España, los efectos más comunes son el dolor de brazo, el cansancio, los dolores de cabeza y en algunos casos la fiebre. Sin embargo, hay otro efecto común que provoca falsas alarmas e inquietud: la inflamación de ganglios linfáticos que provocan dolor en la axila, la clavícula o cerca del pecho.

Este tipo de dolencia sobresalta al paciente que puede confundirla con un tumor o un síntoma del cáncer de mama, advierten los oncólogos, que en las últimas semanas han recibido una importante cantidad de falsas alarmas en sus consultas. En realidad, la inflamación de los ganglios linfáticos, que produce dolor en la axila, es un efecto secundario común de la vacuna, que representa cerca del 10% de los efectos notificados, según datos recientes de la Junta de Andalucía.

Estos casos comenzaron a documentarse a finales de febrero en Estados Unidos y se han generalizado a medida que avanza el ritmo de vacunación en todo el mundo. No precisan de tratamiento y desaparecen en cuestión de semanas, aunque se recomienda consultar con el médico si pasadas seis semanas de la vacunación las molestias no han remitido.

Este efecto que provoca dolor en las axilas o en la zona cercana al pecho o la clavícula aparece varios días después de recibir las dosis y puede extenderse unos 10 días. Y su principal inconveniente es que esta inflamación de los ganglios linfáticos se detecta en mamografías, tomografías y resonancias, por lo que puede despertar alarmas innecesarias, que los oncólogos ya han aprendido a diagnosticar.

Consejos de los oncólogos para evitar sustos

"Estamos viendo cada vez con más frecuencia en las revisiones cuadros de pacientes con linfadenitis reactivas que refieren vacunación reciente", aseguraba a Telemadrid hace unos días Gabriela Torres, secretaria científica de Sociedad Española de Oncología Médica.

Los médicos oncólogos no recomiendan retrasar pruebas ya planificadas, aunque sí que el paciente informe de la vacunación reciente para evitar diagnósticos equívocos. Además, para evitar sobresaltos en este tipo de casos a pacientes con historial clínico oncológico, los profesionales recomiendan, entre otras cosas:

  • Administrar la vacuna en el lado contrario al que presente el cáncer
  • Informar previamente al paciente de que este puede ser un efecto común
  • Si han transcurrido menos de seis semanas desde la vacuna, asumir que el diagnóstico más probable es una linfadenitis reactiva por la vacuna
  • Si han transcurrido más de seis semanas, realizar pruebas complementarias

Qué son los ganglios linfáticos y por qué se inflaman

Los ganglios linfáticos son una de las principales defensas inmunes del cuerpo humano y están presentes en muchas zonas, entre ellas las axilas. Funcionan como filtros puesto que atrapan virus, bacterias y otras causas de enfermedades antes de que puedan infectar otras partes del cuerpo.

Al introducir en el cuerpo los componentes de las vacunas de ARN mensajero, como son Pfizer o Moderna, la reacción inmune del cuerpo es intensa, lo que puede provocar la especial activación e inflamación de estos ganglios, así como el dolor en la zona del brazo cercana a donde se administró el pinchazo y es por eso que a veces se produce dolor en la axila tras la vacuna.

La inflamación de los ganglios linfáticos, más allá de las vacunas contra el Covid, suele estar asociada a infecciones, comúnmente faringitis, infecciones de oído o en la boca, heridas, infecciones en la piel, sarampión o mononucleosis.