Sanidad ha publicado un protocolo con las recomendaciones para la limpieza de calles, "considerando la limpieza viaria de especial importancia en la eliminación de la carga viral que puedan contener las vías públicas de los municipios".

El documento establece varios procedimientos secuenciados e incluye la desinfección con mochilas pulverizadoras (como acostumbrábamos a ver en China). Además, el documento recomienda esa realizar esa desinfección especialmente en los "espacios más sensibles en la actual situación decretada, tales como la proximidad de centros sanitarios, grandes supermercados y centros de distribución de alimentos, así como zonas de la ciudad con asentamientos urbanos fijos o de pernocta de personas sin hogar".

El documento, que ha sido elaborado de forma conjunta por el Ministerio de Sanidad a través de la Subdirección General de Sanidad Ambiental y Salud Laboral y el Ayuntamiento de Madrid, establece esa limpieza y desinfección viaria en tres fases.

En primer lugar, el barrido, que se recomienda que sea "húmedo" como mejor opción "para evitar la dispersión del virus". Después, el baldeo de calles que será con agua reforzada con "detergentes tensioactivos de arrastre". Además, indica que se valorará la sustitución de esos tensioactivos con "productos con actividad biocida, en cuyo caso el baldeo realizaría tanto la limpieza como la desinfección, siempre que esto no suponga un riesgo de corrosión que afecte al correcto funcionamiento de las baldeadoras".

Pero en caso de que no se desinfecte a través del baldeo, llegaría la fase de la desinfección con lejía aplicada mediante mochilas pulverizadoras (20 ml de lejía común por litro de agua). "Para la aplicación de esta pulverización los operarios deberían contar con los equipos de protección personal adecuados, siguiendo las indicaciones al respecto del servicio de prevención de riesgos laborales", indica el protocolo.