Sanidad acaba de publicar un documento de consenso sobre el consumo de tabaco durante la pandemia del COVID-19 y concluye que "debe evitarse su consumo en ambientes comunitarios y sociales" por los nuevos riesgos asociados al acto de fumar y vapear.

El "Posicionamiento en relación al consumo de tabaco y relacionados durante la pandemia por la COVID-19", aprobado por la Comisión de Salud Pública del Sistema Nacional de Salud, advierte de los riesgos que conlleva para la salud el tabaco, la manipulación de la mascarilla y el contacto de los dedos con la boca tras tocar los cigarrillos podrían actuar como transmisores del COVID-19. Además, el texto subraya que dicho acto lleva consigo la expulsión de gotitas respiratorias y que estas “pueden contener carga viral y ser altamente contagiosas” junto con “el factor de relajación de la distancia social de seguridad”.

Por ello, recomienda seguir medidas especiales de higiene en relación al consumo de productos del tabaco y relacionados. Así, en general, indica que “debe evitarse su consumo en ambientes comunitarios y sociales” especificando que “en caso de realizarse, sea en espacios separados abiertos, extremándose las medidas de higiene personal de quien consume, con lavado de manos previo y posterior a la manipulación de los productos y utensilios empleados”.

El documento se refiere de manera específica a las pipas de agua “cuya utilización compartida se encontraba prohibida durante las fases 1, 2 y 3 del Plan para la Transición hacia una Nueva Normalidad en función a lo establecido en la letra f) de los artículos 16 y 19 de las respectivas órdenes ministeriales”.
Esto resulta también indicado en la actualidad teniendo cuenta las recomendaciones generales de higiene para evitar la transmisión de la COVID-19

Sobre este consumo ya hay algunas comunidades autónomas que están desarrollando, de forma complementaria, su propia normativa.

Factor de riesgo

El documento recuerda que está demostrado que el consumo de tabaco, en cualquiera de sus formas, empeora el curso de las enfermedades respiratorias y es, por tanto, un importante factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares, oncológicas, así como para la diabetes, entre otras patologías.

En cuanto a la relación entre fumar y la progresión de la COVID-19, “la evidencia actual nos indica que fumar se asocia con su progresión negativa y con resultados adversos”.

En esta misma línea, el texto informa de que la OMS advierte de que “hay una creciente evidencia de que el consumo de cigarrillos electrónicos produce efectos secundarios en los pulmones, corazón y vasos sanguíneos, y ello podría aumentar el riesgo de complicaciones severas por la COVID-19”.