Durante las semanas álgidas de la pandemia, Madrid sufrió el peor azote. La pandemia se extendió silenciosa en el metro, llegó en aviones y trenes. El coronavirus circuló rápidamente por las estructuras propias de las grandes ciudades con mecanismos, con efectos similares a los de otras grandes ciudades como Milán, Londres o Nueva York. Por eso ahora resulta sorprendente ver cómo la Comunidad de Madrid tiene "sólo" tres brotes activos y una incidencia menor a la de otras muchas ciudades.

Unos datos que, sin embargo, despiertan la inquietud de algunos epidemiólogos: "Lo que nos preocupa no es encontrar rebrotes. Es no encontrarlos en lugares donde a priori se dan condiciones. Más que los brotes, en esta fase de la epidemia nos preocupan los casos ciegos, aquellos de los que no podemos reportar los contactos", explica Salvador Peiró, doctor especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública.

Según ha informado en los últimos días el portavoz técnico del coronavirus, Fernando Simón, España ya es capaz de trazar el origen del 60% de los nuevos casos que se detectan, es decir, que tienen al menos un contacto conocido. Para que sea considerado brote, según las últimas directrices del Ministerio de Sanidad, se necesitan tres casos conectados o uno solo si se da en un centro sociosanitario.

906 PCR positivas en la última semana

Según los datos que ofrece diariamente la Consejería de Sanidad (que no siempre coinciden con los del Ministerio), la Comunidad de Madrid ha registrado 906 PCR positivas en la última semana, mientras los brotes activos suman 18 contagiados y 32 contactos en seguimiento o aislamiento domiciliario. Son los datos de la Consejería de Sanidad, desde donde afirman también que hay "muchos otros casos asociados a brotes familiares que no se notifican a Sanidad". Cuando se producen brotes dentro del mismo hogar no es necesario notificarlos al Ministerio. Dos de los brotes tienen origen empresarial, uno de ellos con ramificaciones familiares, y el otro es de origen familiar.

Fuentes de la Consejería defienden que la situación está controlada y denuncian que Simón dijera el pasado jueves que le parecía "extraño" que Madrid sólo notificara este tipo de brotes.

Seroprevalencia, teletrabajo y confinamiento tardío

La situación en Madrid es de "calma tensa" para David Andina, pediatra intensivista en un hospital madrileño que a través de un hilo de twitter exponía las posibles causas por las que la región parece ahora contener los contagios mejor que otras.

Entre ellas, la mayor inmunidad que tiene la región. Con más del 11% de personas que han pasado el coronavirus, la Comunidad de Madrid es una de las provincias donde más población tiene anticuerpos, según el Estudio Nacional de Seroprevalencia, cifras que suponen el doble o incluso ocho veces más que en otros lugares como Huelva o Murcia, así como el doble que a nivel nacional. Eso supone que el doble de personas que ya no son susceptibles de contagiarse.

Por otro lado, Andina subrayaba el mayor respeto a los hábitos de higiene y en especial las mascarillas que tienen los habitantes de una región donde se ha producido la mayor cantidad de muertes por COVID-19. Es cierto, además, que reconoce usar las mascarillas más del 95% de la población frente al 55% de los guipuzcoanos, que son quienes menos las usan. De momento, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha descartado el uso obligatorio de mascarilla aunque haya distancia interpersonal, que ya han impuesto otras comunidades.

El teletrabajo que mantiene a mucha población trabajadora en sus casas también ha movilizado a muchos madrileños a segundas residencias fuera de la región, además que aquellos que ya se están yendo de vacaciones. Una hipótesis a la que da crédito este médico intensivista que trabaja en el Hospital Niño Jesús de Madrid: "Podría ser. En las Urgencias de Pediatría estamos viendo menos niños incluso que un mes de agosto. Al menos los niños han desaparecido. Y es probable que con ellos muchos adultos", afirmaba en su hilo de twitter.

Otra de las razones aducidas por el pediatra es la escasez en Madrid de grupos de empleados de riesgo, como los temporeros donde se originó el brote de Lleida.

Y una razón más, que daba a El Independiente la enfermera de la Sociedad Española de Enfermedades Respiratorias y Cirugía Torácica (SEPAR), María Enríquez, es que "Madrid ha salido más tarde del confinamiento, eso puede también ralentizar la aparición de rebrotes, habrá que esperar".

En septiembre es donde se pone ahora la mirada, con la vuelta de las vacaciones y el inicio de la temporada escolar. "Lo importante es que se detecten los brotes al inicio. Si se tarda, en una zona limitada te puede valer con un confinamiento local, pero si hablamos de zonas urbanas grandes como Madrid o Barcelona, confinar a esa cantidad de población ya supone un problema. Habrá que ver en invierno si se nos complican las cosas, pero nos espera un largo tiempo así", concluye Peiró.