El doctor José María Molero, experto en Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, considera que la "cartilla covid-19" anunciada este martes por la Comunidad de Madrid "no está aconsejada" ni por la OMS ni ninguna entidad científica por "los riesgos que conlleva" y pide al gobierno madrileño que "explique para qué la quiere".

Según este especialista, equivaldría a "un pasaporte inmunológico" que, de acuerdo con algunos estudios, tiene "más riesgos que beneficios", entre ellos una "falsa sensación de seguridad", además de problemas de "índole ética y moral", profesionales y legales "al diferenciar la equidad en función de que se tenga o no anticuerpos", ha dicho a la agencia Efe.

"Entiendo que sería el pasaporte inmunológico. En función de si tienes o no anticuerpos de haber pasado la infección, puedes tener o no derecho a determinados tipos de privilegios en cuanto a movilidad o acceso a diferentes lugares o servicios. Pero eso no está avalado a nivel nacional ni internacional", explica el responsable de la citada Sociedad médica (SEMFYC).

"La Comunidad debería explicar para qué quiere esta cartilla. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) en sus documentos de pruebas diagnósticas no lo recomienda", y todavía no está implantada en ningún país de la UE, asegura.

La Comunidad debería explicar para qué quiere esta cartilla. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) en sus documentos de pruebas diagnósticas no lo recomienda", asegura

Se supone que "si una persona tiene una serología positiva, de infección pasada, con anticuerpos IgG positivo frente al coronavirus, se registra en un documento" que supuestamente le daría "acceso a unos servicios, funciones o unas características diferenciadoras de aquellos que sean negativos, pueden ser laborales, personales, profesionales, de ocio".

En primer lugar, "la mayoría de sociedades, organizaciones, entidades son contrarias a ese tipo de segregación entre un tipo de población y otra, tiene muchos riesgos", detalla.

"El primero es el inmunológico. Llevamos siete meses de infección, conocemos que no hay reinfecciones, aquellos que la han pasado parece que no se reinfectan, pero no sabemos nada más, ni cuánto tiempo dura la inmunidad ni qué tipo de protección genera. Puede ser que en el octavo, noveno mes deje de ser eficaz y, por lo tanto, la persona se contagie y pueda contagiar", explica.

"Desconocemos si una persona, aunque tenga anticuerpos, no pueda en algún momento, al tener contacto con un enfermo, estar replicando durante uno, dos, tres días el virus dentro de sus vías respiratorias y estar contagiando aunque ella misma no desarrolle la infección", añade.

Puede haber "una sensación de falsa seguridad: como tengo este pasaporte que dice que estoy protegido, puedo relajarme en otro tipo de medidas", como mascarillas, lavado de manos, distanciamiento social, evitar eventos sociales y aglomeraciones.

Puede haber "una sensación de falsa seguridad: como tengo este pasaporte que dice que estoy protegido, puedo relajarme en otro tipo de medidas"

Además de problemas "éticos y morales", al diferenciar "la equidad en los servicios en función de que se tenga o no anticuerpos", plantea un conflicto "jurídico y legal al limitar libertades y derechos fundamentales por esta condición", advierte.

"Se puede pervertir ese tipo de pruebas a nivel laboral, discriminar a alguien por haber tenido una infección, privándole de un puesto de trabajo o actividad laboral a la que tiene derecho para progresar", según Molero.

Según la literatura científica publicada, "no aporta nada de cara al control o transmisibilidad de la infección, porque a la persona con pasaporte hay que indicarle que continúe con las medidas de protección como si no hubiese tenido la infección. Hay que mantenerlas independientemente de tener inmunidad o no".