El verano de 2020 no está siendo normal, pero lo que hemos vivido tampoco es la nueva normalidad. Con la vuelta al colegio y a los trabajos, con el confinamiento ya en el pasado y con las vacaciones gastadas. los españoles retoman la vida y lo hacen conviviendo con la pandemia. La nueva normalidad empieza ahora. 

Los casos se han disparado en España desde mediados de julio y nos hemos puesto a la cabeza de Europa en nuevos contagios de Covid-19. Esto no es normal, pero así es la nueva normalidad. “Hasta hora hemos vivido en la vieja normalidad, pero con mascarilla”, asegura el epidemiólogo Pedro Gullón. “Esto es la nueva normalidad, que haya un aumento de contagios y que suponga que tengamos que aplicar algunas medidas y que cuando bajen se puedan relajar un poco. Vamos a estar en esa tensión constantemente, esto es lo que significaba la nueva normalidad, significa que tenemos que convivir con momentos en los que va a haber una serie de restricciones y que luego desaparecen”, añade.

Vamos a estar en esa tensión constantemente, esto es lo que significaba la nueva normalidad"

La nueva normalidad de la educación dejará fotos de profesores con EPI, niños con mascarillas en clase y patios divididos. Cuando empiece el curso académico empezaremos a ver cómo se cierran aulas y se confinan a alumnos. Los centros vivirán a pequeña escala lo que ocurre en las ciudades y países, vivirán con esa tensión que se convertirá en normal. 

“Tenemos que seguir conviviendo con el virus, no se había ido. Espero que si tomamos medidas tempranas tendremos oleadas, pero con menos incidencia. Ahora tenemos muchos contagios pero no es lo mismo que lo que teníamos en abril”, asegura Gullón.

Dos operarios repintan una valla en la escuela unitaria de la localidad coruñesa de Brión, donde se divide el patio. EFE/Óscar Corral Óscar Corral EFE

Aplanar la curva una y otra vez

Para hacer compatible nuestra vida con el coronavirus tenemos que aplanar las oleadas antes de que nos obliguen a medidas tan drásticas como la de marzo. Pero los expertos no creen que volvamos a confinamientos tan extremos

“No creo que volvamos a una situación como la de marzo porque ya sabemos que hay actividades que tienen menos riesgo. Creo que la subida de contagios va a continuar durante un tiempo, lo que hay que ver es cuándo conseguimos aplanar la subida, pero ya estamos viendo que el repunte no es sólo en España”, mantiene el epidemiólogo. 

Esta semana cayó como una bomba en la rueda de prensa de Fernando Simón cuando aseguró, hablando de Madrid, que si la incidencia seguía incrementándose tendrían que tomarse “medidas drásticas”. “No sé exactamente si tiene que ser un confinamiento como en un pueblo donde es relativamente sencillo o si tiene que ser otro tipo de medidas relacionadas con la movilidad interna de las personas sin llegar a restringir la movilidad perimetral”, añadió Simón.  No tiene claro Simón qué se puede hacer “exactamente”. La incertidumbre es el aire que se respira en la nueva normalidad. 

Una mujer realiza teletrabajo en su casa en marzo. EFE Enric Fontcuberta EFE/Enric Fontcuberta

Julián Ezquerra, secretario general del sindicato médico AMYTS, considera que si hay zonas de Madrid en las que sigue la transmisión habrá que hacer “confinamiento selectivos en determinados barrios donde la tasa de infección se dispare”.   

Para Gullón todavía hay margen para restringir actividades antes de llegar a confinamientos. “Se pueden tomar medidas con restricción de la movilidad pero que no implique un confinamiento extremo, algo parecido a lo que vivimos en una fase 1 o fase 2 en la que hay una actividad comercial; la gente puede salir y haber consumo”. En este sentido apunta a recuperar algunas medidas que hemos desescalado como ”recuperar la obligación de teletrabajar a aquellas empresas en las que se puede teletrabajar; esto reduce los contagios en el entorno laboral y en los transportes”. También apunta a evitar bodas de 180 personas o corridas de toros con miles de personas.  

Se pueden tomar medidas con restricción de la movilidad pero que no implique un confinamiento extremo"

La importancia de evitar estos eventos no radica solo en que se evitan contagios, sino que si producen contagios son mucho más difíciles de rastrear para Salud Pública: “No es lo mismo que haya un brote en un evento familiar de 15 personas que se puede rastrear fácil que investigar una boda de 180 personas”, asegura.

“Ya sabemos que hay actividades que generan poco riesgo como las terrazas, pasear al aire libre, entrar en pequeños comercios con poca gente. Si empezamos con estas medidas pronto podremos reducir el número de casos y aplanar un poco el número de contagios”, mantiene el epidemiólogo. 

Miembros de los servicios de salud realizan pruebas PCR en Asturias
Miembros de los servicios de salud realizan pruebas PCR en Asturias. EFE/Alberto Morante

El rastreo, la responsabilidad de las autoridades

La necesidad de rastreadores es la única certeza en la que todos los expertos consultados coinciden. Más rastreo de contactos y lo más exhaustivo posibles.  

“Los responsables sanitarios tienen que implementar los estudios de contacto evaluando la cobertura porque, a veces, sólo se hace estudio de los convivientes, los más allegados; si lo hacemos a más gente la prevalencia bajará pero captaremos a más infectados”, asegura el epidemiólogo Joan Caylà. Es un punto clave, “la OMS dice que los países tienen que invertir más en PCRs, en estudios de contactos y en aislamientos”, añade.

Para los expertos no es tan importante hacer muchas PCR como hacerlas bien

“Llegar a un confinamiento es un fracaso económico y sanitario”, asegura Miguel Ángel Sánchez Chillón, presidente del Colegio de Médicos de Madrid. “Con la capacidad de detección de PCR, se necesita un trabajo de campo que haga seguimiento para encapsular toda la población portadora del virus. Esto es lo más efectivo y eficiente”. 

Esta semana hemos escuchado muchos días cómo el ministro de Sanidad, Salvador Illa, repetía que se baten los récord de PCR practicadas en España, pero para los expertos no es tan importante hacer muchas PCR como hacerlas bien. “Hay que hacer estudios de contacto buenos; si se hubieran hecho al salir del confinamiento no estaríamos en esta situación. En aquel momento era un trabajo muy asumible en todas partes porque había pocos casos y se podía hacer seguimiento con poco personal”, explica Joan Caylá. Para este epidemiólogo ”los cribajes masivos no tienen sentido si no se hace después seguimiento de los contactos y control del cumplimiento de las cuarentenas”.

, una empleada de una residencia de Vitoria toma la temperatura a un hombre que va a visitar a su familiar
Una empleada de una residencia de Vitoria toma la temperatura a un hombre que va a visitar a su familiar. David Aguilar EFE

Cumplir las cuarentenas, la responsabilidad ciudadana 

El papel de los ciudadanos es clave en la nueva normalidad, su responsabilidad debe ser máxima según los médicos y epidemiólogos. “La población ya sabe lo de las tres emes: manos, mascarillas y metros. Las autoridades sanitarias deberían supervisar que esto se cumpla, y si hay incumplimiento de cuarentenas hay que peseguirlo. Hay que vigilar las cuarentenas, hay que poner en cuarentena a contactos estrechos que son PCR negativos, esto es difícil de explicar, pero es necesario, porque pueden positivizar igualmente tras la PCR”, mantiene Caylà.

“Hay que hacer autocrítica. La población tiene que ser responsable y si el médico te dice que te tienes que quedar en casa hay que cumplirlo. En Cataluña el 87% asegura que ha seguido las cuarentenas, pero sigue habiendo un 13% que no”, añade. 

Si hubiera un tuberculoso suelto se le obligaría a aislarse, esto es lo mismo, una enfermedad potencialmente mortal”

Una idea que apoya, desde el sindicato de médicos AMYTS, Julián Ezquerra: “La población tiene que ser consciente de que tiene que ser ella la que colabore en parar la pandemia. No puede ser que estemos llamando a pacientes y que cuando les dices que tienen que aislarse porque son PCR positivos o porque han estado en contacto estrecho te los encuentres con que están de vacaciones o no se aíslan. Salen y entran porque se encuentran bien porque no están afectados desde el punto de vista físico. Hace falta una campaña de publicidad masiva instando  a la población a que tiene que aislarse en caso de que tenga que aislarse”.

Pero no sólo apunta a la comunicación, este médico reclama sanciones. "Habría que hacer una legislación sobre Salud Pública más punitiva, a nadie se le escapa que si hubiera un tuberculoso suelto se le obligaría a aislarse, esto es lo mismo, una enfermedad potencialmente mortal”. 

Este es el papel de la gente en la nueva normalidad “no sólo lavarse, no sólo llevar mascarillas, también cumplir las normas de aislamiento para evitar la transmisión comunitaria”, asegura Ezquerra.