Si el anuncio de Pfizer hace una semana fue una gran noticia, los avances de Moderna comunicados este lunes impulsan todavía más el optimismo entre la comunidad científica. "No por el hecho de que tenga una eficacia mayor, sino porque hay dos proyectos similares que tienen resultados concordantes. Eso implica que estamos muy cerca", celebra el doctor Jaime Jesús Pérez, de la Asociación Española de Vacunología.

Justo siete días después del anuncio de Pfizer, Moderna ha comunicado los esperanzadores resultados de su proyecto de vacuna: una eficacia del 94,5% y la promesa de que habrá cerca de 20 millones de dosis listas para Estados Unidos antes de que termine el 2020. El año que viene podría producir entre 500 y 1000 millones de dosis más.

"Que dos proyectos lleguen a una conclusión y resultados similares es algo muy prometedor", añade Jaime Jesús Pérez. En otras palabras, que los estudios de Moderna y Pfizer se avalan mutuamente.

Dos vacunas de ARN

Y es que tanto la vacuna de Pfizer como la de Moderna tienen el mismo tipo de tecnología. Ambas son vacunas de ARN, nunca antes utilizadas en humanos. "Esto significa que lo que contiene la vacuna es un ácido nucleico que, cuando se vacuna una persona, entra en la célula y se traduce dando lugar a la proteína de la espícula del virus SARS-CoV2. El sistema inmune lo reconoce y genera anticuerpos y una respuesta inmune", explicaba hace unos días a El Independiente Sonia Zúñiga, investigadora del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y colaboradora del proyecto vacunal de Luis Enjuanes.

Una eficacia muy alta

Los dos proyectos presentan una efectividad muy alta. Tras ensayar con 43.500 personas en su Fase 3, Pfizer concluyó que su vacuna es "eficaz en un 90%", mientras que Moderna eleva un poco el dato, hasta el 94,5% con una muestra de 30.000 pacientes. "La diferencia de eficacia no es muy importante cuando estamos hablando de estos umbrales tan altos", argumenta el doctor Jaime Jesús Pérez.

Lo que sí ha especificado Moderna es el perfil de las personas que han participado en sus ensayos: 7.000 pacientes tenían más de 65 años y otras 5.000 personas eran menores de 65 pero estaba dentro de grupos de riesgo. "Esto es muy importante porque se va a ver si en la población de riesgo las vacunas van a ser completamente seguras", indicó Sonia Zúñiga el lunes en el Telediario de TVE.

La temperatura: una ventaja para Moderna

La logística sí será una gran diferencia a la hora de repartir las vacunas de Pfizer y Moderna. La primera necesita transportarse a una temperatura de -70 grados y no aguanta más de una semana en una nevera corriente, entre los 2 y los 8 grados. Eso implica un aparato logístico detrás enorme, con aviones, maletines, hielo seco y sensores térmicos.

La de Moderna, en cambio, "puede permanecer activa y viable hasta seis meses en un congelador estándar", precisó Sonia Zúñiga en TVE. Eso facilita enormemente su distribución. El doctor Jaime Jesús Pérez añade: "Y en una nevera normal aguantara cerca de un mes de una forma estable. La logística será mucho más sencilla".

"Esto da una facilidad y una flexibilidad a la hora de llegar con la vacuna a todos los sitios y que la vacuna esté lista para usarse", ha señalado el director de calidad de Moderna, Juan Andrés.

La producción: una ventaja para Pfizer

Sin embargo, hay un aspecto que sonríe más al proyecto de Pfizer: la producción. Las dos vacunas constan de dos dosis, pero la de Pfizer tiene una carga tres veces inferior a la de Moderna.

"La de Moderna tiene una carga de 100 microgramos cada dosis, mientras que la carga de Pfizer es de 30 microgramos. Esto no parece que vaya a tener una repercusión en cuanto a ala eficacia, pero sí puede ser un hándicap sobre la producción", explica Jaime Jesús Pérez. "Moderna podría tener problemas a la hora de producir suficiente cantidad de la vacuna", coincide Zúñiga.