En todo el mundo, existen actualmente 198 proyectos de vacunas contra el Covid, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). 44 de ellos están ya probándose en humanos (ensayos clínicos) y 154 están aún en fase preclínica.

De todos ellos, destaca uno no por el grado de avance en su desarrollo sino por su complejidad. Es el proyecto español del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) liderado por Luis Enjuanes e Isabel Sola, dentro del laboratorio que lleva 35 años estudiando coronavirus. La investigadora de este equipo Sonia Zúñiga ha contado a El Independiente el estado de este proyecto, así como de los otros dos en que está trabajando el CSIC: "La nuestra es la más retrasada porque es la más compleja del mundo".

La complejidad del proyecto reside en que es la única que "está basada en el propio virus al que, mediante ingeniería genética, se ha editado para quitar todos los elementos que permiten que sea virulento y se disemine". "La vacuna se presenta al cuerpo como el propio virus pero sin todo aquello que lo hace malo, para entendernos", explica Zúñiga.

Aunque este proyecto aún está analizando candidatos vacunales y testándolo en cultivos celulares aunque cuenta con un precedente importante. El equipo de Zúñiga ya desarrolló y probó en animales una vacuna contra el MERS (enfermedad causada por otro coronavirus) con la misma tecnología y que demostró ser 100% eficaz en animales. "Ofrecía lo que llamamos una inmunidad esterilizante, que un animal vacunado no sólo no puede enfermar, sino que tampoco se infecta del virus", explica Zúñiga.

Por esta razón, el equipo de Enjuanes y Sola aspira a que su vacuna sea 100% eficaz. Algo que en el resto de candidatas se plantea muy alejado, ya que estudios en animales de las vacunas más avanzadas "están en torno al 55%", asegura Zúñiga. La OMS ha establecido un baremo mínimo de eficacia para las vacunas contra el Covid en el 50% y, para contextualizar, la media de eficacia de las vacunas contra la gripe estacional rondan el 50/60%.

Otra característica singular de la esta vacuna es su forma de administración. Es la primera que se planteó para su administración intranasal u oral (en un spray). "Por nuestra experiencia con otros coronavirus sabíamos que era la mejor manera de inmunizar contra este virus. Ahora, otras vacunas que se encuentran ya en ensayos clínicos han visto en modelos animales que la misma vacuna genera más inmunidad contra la infección si se administra por vía intranasal que intramuscular (inyección) y se están planteando empezar de nuevo ensayos clínicos con esta otra fórmula de administración".

La vacuna "más compleja del mundo" es la única en la que se utiliza una modificación genética del virus aunque no la única que se sirve del propio virus. Zúñiga explica las diferencias: "Algunas de los proyectos chinos más avanzados se basan en el virus pero sólo está tratado químicamente para inactivarlo, de forma que no se amplifica. La ventaja de la nuestra es que el virus, con la modificación genética, se autoamplifica y la dosis que habría que poner sería menor que las otras. También hay otras vacunas en fase preclínica en India que se basan en el propio virus atenuado, pero su virulencia y su carácter pandémico hacen poco probable que, por cuestiones de bioseguridad, vacunas así puedan ser aprobadas", afirma la investigadora del CSIC.

El proyecto de Zúñiga espera poder arrancar en noviembre con ensayos preclínicos de eficacia en animales y, si todo va bien, empezar a ensayarla en humanos el segundo trimestre de 2021. "Tanto la nuestra como las otras dos candidatas vacunales del CSIC tienen el apoyo necesario para arrancar con la fabricación y los ensayos clínicos en cuanto estén listas", avanza.

Más complicado es poner fecha a la llegada de esta vacuna para su utilización masiva. "Es muy complicado porque con las vacunas anteriores nunca llegamos a ensayos clínicos. Está muy fuera de nuestro alcance controlarlo, ero nuestra idea y esperanza es que si todo va bien, podríamos hablar de 2022", concluye Zúñiga.

Además de este proyecto, el CSIC trabaja en otras dos vacunas, la liderada por Vicente Lárraga y la de Mariano Esteban, también desde el Centro Nacional de Biotecnología. Ambas han superado ya ensayos de inmunogenicidad en humanos (que son capaces de activar la respuesta inmune) y están o van a empezar ensayos preclínicos de eficacia en animales. Esas vacunas, más avanzadas. podrían empezar los ensayos clínicos en la primera parte de 2021 y estar listas para su comercialización a lo largo del mismo año.