Microbiólogos belgas llevaron el pasado julio a un Congreso Europeo de Microbiología el caso de una anciana de 90 años que murió infectada con dos variantes de coronavirus simultáneamente. La mujer se contagió al mismo tiempo con las variantes Alfa (británica) y Beta (la sudafricana).

Aunque son muy pocos, se han reportado otros casos de personas que han sufrido coinfecciones de SARS-CoV2. En los últimos días el Gobierno tailandés hizo público que había en Bangkok siete casos sospechosos de infección simultánea con las variantes Alfa y Delta, aunque no se ha publicado información científica al respecto. Los infectados eran parte de un macrobrote en un edificio donde había también infectados por ambas variantes.

Dos casos que sí se publicaron en la revista Microorganismos el pasado febrero fueron los de dos mujeres brasileñas jóvenes que se infectaron con dos variantes. Sus casos se enmarcaban en un estudio sobre la diseminación de una variante en Sao Paulo y los investigadores reconocían que era el primer caso así publicado hasta la fecha.

Aunque muy limitados, los datos muestran que las coinfecciones son posibles. "Es algo habitual en otros virus, como el del VIH, aunque tiene más importancia en infecciones crónicas cuando el paciente puede estar más tiempo infectado y sufrir otra variante. En las infecciones agudas como ésta, cuando el paciente suele tener el virus pocas semanas, es más improbable", apunta el virólogo Vicente Soriano.

El microbiólogo del Hospital 12 de Octubre de Madrid Rafael Delgado cree que es un fenómeno que, pese a darse más, "pasa muy desapercibido porque es muy difícil de confirmar puesto que requiere un análisis muy detallado". Delgado explica que "cuando se secuencia el genoma del coronavirus, que tiene unos 30.000 nucleótidos, no se hace de principio a fin sino en fragmentos pequeños que luego se reconstruyen en una secuencia consenso. Por tanto si se obtienen resultados no se sabe si pertenecen a una única secuencia o más, sería necesario que se encontraran mutaciones muy claras de dos variantes para que llamara la atención y se analizara más hasta llegar a comprobarlo".

¿Es la enfermedad más grave si hay coinfección?

Con los pocos casos estudiados, los expertos coinciden en que es difícil afirmar que las coinfecciones marquen el curso de la enfermedad. Como explica José Manuel Cisneros, microbiólogo y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), "la evidencia no muestra nada hasta ahora. Los casos de Brasil fueron leves y la mujer belga murió con 90 años. No podemos decir que infectarse simultáneamente con dos variantes del coronavirus reste o añada gravedad".

Tampoco parece que el SARS-CoV2 favorezca la entrada de otros virus y bacterias, como sí ocurre con la gripe. "Ese fue un error que cometimos al principio, queríamos evitarlo y dábamos antibióticos a todos los pacientes que llegaban pero luego se vio que no era siempre necesario", apunta Cisneros.

En estos casos, apunta Vicente Soriano, "cuando hay una variante predominante sobre otra la más grave o transmisible es la que se sufre pero no se suman sus efectos".

La incertidumbre, una recombinación de variantes

Mientras que no parece preocupar el efecto de estas coinfecciones a nivel individual, estos científicos sí consideran que puede ser trascendente a nivel de la evolución del virus.

"La trascendencia del fenómeno más que a nivel individual puede tener importancia a nivel evolutivo, ya que las coinfecciones son uno de los fenómenos conocidos a través de los cuales pueden surgir nuevas variantes o una recombinación del virus", afirma Delgado.

Si bien Cisneros reconoce que una recombinación podría llegar a ser preocupante, afirma "con todo el respeto a lo que no se conoce bien y con las sorpresas que ha dado este virus, que la coinfección es una cuestión muy marginal. Si fuera más importante habríamos tenido ya más pruebas". El portavoz de la SEIMC considera que no es un mecanismo probable ya que hasta ahora "las nuevas variantes que han surgido han ido desplazando a otras, esta amenaza no ha sido la génesis de las variantes que se conocen hasta ahora".

Soriano, que denomina este tipo de variantes o nuevos virus "monstruo, porque produce un salto inesperado en la especie", también lo ve poco probable: "Primero porque estas coinfecciones son mucho más infrecuentes en procesos agudos [como el Covid] que crónicos y segundo porque este virus muta poco en comparación con otros como aquellos en los que se han dado estos fenómenos".

Más que por su gravedad, a Delgado le preocupa este fenómeno por ser el efecto de una circunstancia. "Que haya mucha variabilidad es negativo. Primero porque es síntoma de que hay transmisión activa, las variantes de preocupación suelen surgir en momentos de pico de pandemia, como lo hicieron la Delta en India o la Alfa en Gran Bretaña. Por eso ver este tipo de casos no es tan negativo por lo que pueda causar sino por ser causa de una gran circulación del virus", concluye.