Desde la habitación del Hospital Fundación San José (Madrid), Francisco Javier Antón tiene que mirar más de nueve meses atrás para recordar el día que se encontró mal: "No sé dónde lo pude coger. Fui al médico porque me encontraba mal y me mandó a casa con paracetamol. Pero me encontré peor, fui al hospital y allí me quedé". Era noviembre y durante algo más de ocho meses Antón estuvo en el Hospital Infanta Leonor de su ciudad, Valdemoro.

Cuatro meses y medio intubado, algunas semanas más en la UCI. Cuando pasó a planta había pasado la fase más aguda de la enfermedad, pero su camino no había hecho más que empezar. "Me quedé sin movimiento en los brazos y piernas, pero eso estoy recuperando poco a poco. El problema son los pulmones, que fallaron y prácticamente no me funcionan", reconoce desde la habitación desde la que es su casa desde que salió del Hospital Infanta Elena.

Dolores y Elena, dos fisioterapeutas, preparan a Francisco José para su rehabilitación respiratoria. Cristina Castro

El Hospital Fundación San José es un centro especializado en rehabilitación neurológica donde en estos momentos hay cerca de un centenar de pacientes con secuelas Covid y un equipo de fisioterapeutas y médicos rehabilitadores les ayudan a recuperar poco a poco la que era su vida. "Los pacientes que nos llegan tienen mucha debilidad y fatiga, algunos no pueden literalmente levantarse de la silla. Nuestro objetivo es mejorar su patrón respiratorio y ayudarles a que mejoren funcionalmente", explica Elena Alonso, fisioterapeuta con más de cinco años de experiencia en rehabilitación respiratoria.

Antón tiene 62 años y aunque había fumado muchos años, cuando se contagió de Covid llevaba cinco o seis años sin coger un cigarrillo. "Yo no sé si tuvo que ver o no", comenta resignado este paciente que en un mes en este centro ha conseguido dar algunos pasos de mejora. "Cuando llegó aquí necesitaba 10 litros de oxígeno cuando hacíamos actividades en la sesión, ahora lo hemos bajado a seis", comenta María Dolores Alcántara, la fisioterapeuta que lleva a Antón.

"Al principio con Francisco José todas las actividades tenían que ser tumbado. Ahora también las hacemos sentados, ha mejorado", explica Alcántara. La fisioterapeuta asegura que los pacientes ven mejoras ya desde la primera sesión: "Se les ayuda a manejar la fatiga, ver a dónde llevar el aire. Porque muchos pacientes llegan con lo que llamamos una respiración paradójica en la que gastan mucha energía. Han olvidado cómo respirar".

Francisco José recibe rehabilitación respiratoria tras haber superado el Covid en el Hospital Fundación San José. Cristina Castro

Por eso una de las labores de las fisioterapeutas, que hoy ocho de septiembre celebran su Día Mundial, es la de que sus pacientes "reaprendan a respirar". "Lo han olvidado porque han estado en la UCI, intubados, con máquinas que han respirado por ellos y con medicación que muchas veces les ha afectado", explica Alonso.

Los pacientes que ingresan en la Fundación Hospital San José (concertada con la Comunidad de Madrid y con mutuas, así como plazas privadas) están una media de tres meses y las sesiones de fisioterapia son diarias. "Se comienza una rehabilitación respiratoria y después se complementa con terapias motoras y sensitivas". Los pacientes han perdido movilidad y a veces también sensibilidad en el cuerpo que dificulta sus posturas y movimientos y que se relacionan con la dificultad para respirar.

El perfil de paciente de estas características es variado pero, en general, tienen más de 60 años y alguna comorbilidad. Para recuperarse, las manos de sus fisioterapeutas son esenciales, junto con las máscaras de oxígeno y aparatos de uso personal como espirómetros "que sirven al paciente para ver su propia capacidad y cómo avanzan; ver cómo progresan es muy positivo para ellos", afirma Alonso.

Antón no quiere hablar de expectativas: "Tengo asumido que esto va para largo y no vale de nada desesperarse". Sus fisioterapeutas le animan a ir paso a paso. De momento tiene otros dos meses por delante para avanzar su recuperación. "En algunos casos quienes se van del centro luego vienen a sesiones de terapia que les sirven para seguir avanzando". En caminos como el de Antón la mano de los fisioterapeutas, aunque su labor no haya sido tan visible en la pandemia, es esencial.