La sexta ola de la epidemia ha sido explosiva en contagios, pero afortunadamente las vacunas han cambiado y mucho el panorama en los hospitales. El número total de infecciones en este último período desde octubre es ya similar al de toda la etapa anterior de la pandemia, pero hospitales y UCI no han seguido la misma dinámica. Si en la quinta ola del verano de 2021 la tasa de hospitalización fue del 3,9% de los casos, en esta sexta ola ha caído al 1,2%. El porcentaje de UCI y de fallecimientos también ha caído del 0,4 al 0,1%, según los informes epidemiológicos del Instituto de Salud Carlos III.

En este contexto y con la transmisión comunitaria disparada, un factor se ha ido incorporando al debate: cuántos de los hospitalizados son Covid positivo sin que el virus tenga que ver con su ingreso aunque su caso aparezca en las cifras oficiales.

La primera comunidad autónoma en lanzar este mensaje fue Madrid. El viceconsejero de Salud Pública, Antonio Zapatero, anunciaba a finales de enero los datos de un estudio en los hospitales: el 38% de los hospitalizados con Covid está por otras patologías, un porcentaje que se eleva al 46% en pediatría. En las UCI, el Covid incidental es del 37,7%. En Cantabria o Cataluña también se ha hablado de porcentajes similares al 30% y los intensivistas hablan de esa misma situación de forma generalizada en las UCI. La semana pasada fue la ministra de Sanidad, Carolina Darias, quien aseguró que el Gobierno está "avanzando y trabajando" para diferenciar entre hospitalizados con y por Covid en los informes diarios de datos.

Este trabajo de diferenciación hubiera sido difícilmente planteado en las primeras etapas de la pandemia pero ahora los expertos coinciden en la necesidad de abordar este cambio. "En algunos países están empezando a contar por separado los pacientes que ingresan debido al Covid y los que están ingresados por otros motivos pero también tienen Covid. Esta distinción es importante para saber qué número de personas tienen complicaciones serias por culpa del virus, una cifra necesaria para calcular la carga que representa esta enfermedad en el sistema sanitario y el riesgo de tener problemas según la edad o el estado vacunal", explica el investigador de la Universidad de Leicester (Reino Unido) Salvador Macip.

La suma en el informe diario del Ministerio de Sanidad sí ha tenido sentido en la vigilancia epidémica que se realiza hasta la fecha, explica la presidenta de la Sociedad Española de Epidemiología, Elena Vanessa Martín, "porque lo que se da es la ocupación hospitalaria, que abarca todo y que informa sobre la carga de trabajo en el sistema asistencial". Hay que tener en cuenta que, sea cual sea el motivo de ingreso, cualquier paciente Covid positivo debe ser aislado y tratado con unas medidas de protección especiales.

El doctor en Salud Pública e investigador Salvador Peiró cree que no tanto es necesario conocer estos datos en los informes diarios pero sí "analizar series semanales de hospitalizaciones con casos por o con covid y también Delta u ómicron, para ver si se favorece la idea de ir volviendo a la normalidad", explica. Sin embargo, Peiró advierte que tampoco se pueden desestimar esos otros casos "con": "También importan, porque una gripe, al igual que un Covid, puede complicar el ingreso por muchas cosas y además complica el manejo".

Desde esa perspectiva también lo valora Virginia Fraile, portavoz de la Sociedad Española de Medicina Intensiva Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc): "Vemos muchos pacientes con Covid porque a todos se les hace la PCR al ingreso. Para nosotros, sea cual sea el motivo del ingreso si son positivos necesitan aislamiento y por tanto los tratamos de forma diferente".

En cualquier caso, la situación con ómicron y la vista puesta en esa futura gripalización hacen que Sanidad este valorando esta diferenciación. Un cometido nada fácil, asegura Javier del Águila, médico residente en Medicina Preventiva y Salud Pública. "Saber si un paciente ingresa por una patología o no es un tema nada baladí, se aplica a otras enfermedades y trae de cabeza también en la determinación de las causas de mortalidad", afirma.

"Antes se solía poner parada cardiorrespiratoria pero eso realmente no dice mucho, porque todo el mundo acaba muriendo por esa parada. En el Covid las cifras de muertes han estado muy infraestimadas y sigue siendo así especialmente en países subdesarrollados. Por eso es muy importante si se piensa en distinguir hacerlo con criterios muy claros y que procedan del equipo médico del paciente. De las Autoridades Sanitarias depende el establecimiento de esos criterios", explica el epidemiólogo Joan Caylá.

España sustituyó en 2020 la antigua vigilancia de la gripe por un sistema conjunto de vigilancia de infecciones respiratorias agudas en el que se incluyen gripe, virus respiratorio sincitial y el Covid. Se trata de un sistema centinela en el que ya no se vigilan todos los casos sino una muestra poblacional, tanto de casos graves en atención primaria como de casos graves en hospitales. "Este sistema arrancó en 2020 y como todo lo que ha pasado se ha visto influido por el Covid, pero en este sistema se trabaja para determinar que el virus en cuestión sea la causa del ingreso o la consulta, y se hace a través del equipo médico que atiende al paciente", explica Del Águila. Sin embargo, esa distinción es compleja: "A veces distinguir no es fácil. En muchos casos son pacientes complejos con distintas patologías que se complican y en las que a veces es como averiguar qué fue antes, si el huevo o la gallina", añade.

La presidenta de la SEE coincide en que en ese sistema de vigilancia muestral requiere hacer esta diferenciación. "Se hace así con Covid y con todas las enfermedades porque lo que se controla no es el patógeno sino la enfermedad que causa", explica Martín. Por ejemplo cuando alguien ingresa por un accidente de tráfico pero tiene, por poner un ejemplo, VIH positivo. Su caso no contará en las estadísticas como un ingreso por VIH.

Sin embargo a veces la distinción es compleja cuando alguien ingresa por un problema de corazón pero tiene una infección respiratoria, en la que cuesta determinar el desencadenante del ingreso. Lograr esa diferenciación en una enfermedad como el Covid "no es sencillo, requiere una buena automatización y una buena revisión, hasta la pandemia la vigilancia epidemiológica era prácticamente manual, sobre todo en lo referido a seguimiento de los casos", afirma la presidenta de la SEE.

Trabajar en este modelo hace necesario invertir tiempo y dotaciones. "En vigilancia epidemiológica ha ocurrido lo mismo desde el inicio de la pandemia, es necesario desarrollar sistemas fuertes y con recursos suficientes", afirma del Águila. "Los sistemas de vigilancia especialmente en algunas comunidades autónomas no están siendo capaces ahora de diferenciar entre los casos porque no dan abasto. Recopilar esta información en un sistema centinela requiere equipos que revisen y sistemas capaces de controlar los casos", concluye Martín.

En lo que coinciden los expertos consultados es en que avanzar en esta diferenciación es clave para el análisis de una enfermedad que ha llegado para quedarse y que compartirá, según las previsiones, espacio junto al resto de virus respiratorios que circulan regularmente en el entorno.