Una pregunta muy recurrente durante esta sexta ola ha sido cuánto dura la inmunidad contra el covid tras el contagio con ómicron.

Si me acabo de recuperar de una infección por ómicron, ¿tengo libertad para hacer lo que quiera sin riesgo de reinfección? Y si es así, ¿por durante cuánto tiempo me van a proteger los anticuerpos generados con ómicron?

Sobre la reinfección del covid y la reinfección con el propio ómicron, debemos tener en cuenta dos factores que afectan a la eficacia de la inmunidad adquirida.

Factores que influyen en la inmunidad de ómicron

Anticuerpos generados y gravedad de los síntomas

Primero, los niveles de anticuerpos. Si se adquieren altos niveles de anticuerpos neutralizantes contra ómicron después de la infección, esperaríamos ver cierta protección contra la reinfección por la misma variante, pero es probable que sea de corta duración tal y como recalca la profesora Gilda Tachedjian, viróloga del Instituto Burnet y expresidenta de la Sociedad Australiana de Virología, según un comunicado de Fundela (Fundación Española para el Fomento de la Investigación de la Esclerosis Lateral Amiotrófica).

En general, una infección más grave genera un nivel más alto de anticuerpos que una infección asintomática, explica el profesor Anthony Cunningham, médico de enfermedades infecciosas y virólogo clínico de la Universidad de Sydney. Pero cuando el nivel de anticuerpos neutralizantes comienza a disminuir, aumenta la probabilidad de reinfección. Simplemente es demasiado pronto para saber cuánto dura la inmunidad de ómicron.

A partir de los estudios de vacunas, sabemos que los niveles de anticuerpos comienzan a disminuir después de tres a seis meses. Un estudio reciente publicado en The Lancet estimó que la reinfección por SARS-CoV-2 en condiciones endémicas probablemente ocurriría entre tres meses y
cinco años después de la respuesta máxima de anticuerpos.

Es casi seguro, dice Cunningham, que habrá mucha variación individual, similar a lo que se ha observado con cepas anteriores. Esta variación depende de la gravedad de la enfermedad que experimentó y de si se ha vacunado.

El segundo factor: nuevas variantes emergentes

Es posible que nuestros anticuerpos menguantes no puedan atacar las nuevas variantes que se presenten. La variante ómicron, por ejemplo, evade en gran medida la inmunidad de infecciones y vacunas pasadas.

Un informe reciente del Imperial College London estima que el riesgo de reinfección con ómicron es 5,4 veces mayor que el de la variante delta.

"El resultado más probable es que no nos volvamos a infectar con ómicron porque la expectativa es que la ola de ómicron disminuya, pero entonces el mayor riesgo es que aparezca otra cepa. Todo depende de qué tipo de cepa venga después", comenta Cunningham.

Incluso si ha tenido una infección reciente por ómicron, no se deshaga de su mascarilla; cuanto más virus circulan en el mundo, más probable es que veamos nuevas cepas. Aunque la protección contra la reinfección podría no durar mucho, los expertos creen que las células T podrían acudir al rescate.

Mientras que los anticuerpos se unen directamente y neutralizan los virus, previniendo una infección, las células T se activan una vez que se establece la infección. Apuntan y matan a las células infectadas por el virus, lo que ayuda a eliminar la infección y reducir su gravedad.

Este tipo de respuesta inmune tiende a ser más amplio que los anticuerpos y, por lo tanto, es más probable que reconozca variantes y dure más.