La escasez de vacunas para hacer frente al brote internacional de la viruela del mono - en el que España va a la cabeza por número de casos - ha llevado a un cambio de estrategia en la vacunación, cuyo objetivo es aumentar el número de dosis disponible.

Así, la Comisión de Salud Pública, que reúne a las comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad, ha aprobado hoy por unanimidad modificar la forma de vacunación. Se cambia la aplicación de vía subcutánea a intradérmica y se reduce así la dosis necesaria de 0,5 ml del fármaco a una quinta parte, solo 0,1ml. Este cambio no aplica a inmunodeprimidos ni mujeres embarazadas y sigue estando, como antes, restringido a mayores de 18 años.

La vía intradérmica es una inyección poco profunda que queda entre las capas de la piel, mientras que la subcutánea llega a la capa grasa que se encuentra bajo la piel. Esta vía ya había sido aprobada por la FDA (la Agencia sanitaria estadounidense).

La vacuna Jynneos (comercializada en Europa con el nombre comercial Imvanex) contiene un forma modificada del virus Ankara, un virus de la misma familia que la viruela y la viruela del mono que no causa enfermedad en humanos y no se puede reproducir en células humanas. Debido a estas similitudes, sin embargo, el cuerpo humano es capaz de generar anticuerpos contra estas enfermedades.

Este cambio se produce el mismo día en que Sanidad ha anunciado la llegada de otras 5.000 dosis de la vacuna Jynneos, de la que nuestro país ha recibido en total 17.000 dosis desde junio. Esta vacuna está indicada para contactos estrechos y personas de riesgo, el último dato de contagios en España es de 6.119 casos hasta el 19 de agosto.

Esta vacuna se ha recibido a través de la recién creada Autoridad de Preparación y Respuesta ante Emergencias Sanitarias (HERA) de la Unión Europea.

La viruela del mono se convirtió a finales de julio en una emergencia sanitaria internacional preocupante para la Organización Mundial de la Salud y desde entonces los casos han seguido aumentando tanto en Europa como en Estados Unidos. España nunca había tenido un caso de esta patología, que generó su primer caso detectado en humanos en 1971.