Han pasado dos años y medio desde que el mundo empezara a vivir bajo la amenaza del Covid. Desde entonces han nacido más de 780.000 niños y este septiembre arrancará ya el tercer curso escolar en pandemia. A falta de saber cuál será el comportamiento del virus el próximo otoño e invierno, este es la primera vuelta al cole en la que los niños disponen de vacunas, pues el fármaco pediátrico se aprobó el pasado diciembre.

En España, la cobertura vacunal de los niños de cinco a 11 años se ha quedado muy lejos de la de los adolescentes y adultos. Hasta ahora - los últimos datos del 26 de agosto -, el 55,4% de los niños se ha puesto una dosis de la vacuna y un 45,5% tiene la pauta completa. En el caso de los adolescentes de 12 a 19 años, esos datos se sitúan en el 92% y 96%.

De hecho, la vacunación de los pequeños de cinco a 11 años (la de menores de cinco años aún no está autorizada en Europa a diferencia de Estados Unidos) está prácticamente estancada desde finales de marzo. De las 2.115.474 inyecciones administradas hasta la fecha, más del 95% se puso en tres meses y en los restantes cinco meses apenas se han administrado el 4,5%.

Las cifras de España, aunque muy bajas comparadas con otros grupos de edad, están entre las mejores del entorno. Con datos de las últimas semanas, la cifra en Italia es del 35%, en Alemania del 22,6% o del 37% en Estados Unidos.

En el Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC) utiliza datos de niños de cinco a nueve años y en los países con datos disponibles se sitúan España y Portugal con un 31,3% de niños con al menos una dosis, por delante del resto de países entre los que destacan Dinamarca o Islandia, con ratios del 28%.

Pese a estas comparativas, desde el Comité de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP), Ángel Hernández califica la respuesta de "muy mala". "La responsabilidad es de las autoridades sanitarias y los pediatras que no hemos sabido trasladar la importancia de la vacunación a los padres", argumenta.

¿Por qué no se han vacunado más niños?

Varios factores han confluido para que la altísima respuesta a la vacuna por parte de los adultos y los adolescentes en España no se haya replicado en los niños. Hernández cree que son fundamentalmente tres: el temor a los efectos secundarios, la evolución de la pandemia y las dudas entre los propios profesionales.

"Los padres han tenido temor por los posibles efectos secundarios a la vacunación de un grupo al que la enfermedad le afecta muy poco, a lo que se ha sumado la evolución de la pandemia y la gestión, que ha favorecido la percepción subjetiva de que ya no hay peligro, algo que no es cierto en su totalidad. Por último, los propios profesionales han tenido y manifestado dudas que han incidido negativamente en la cobertura", explica el portavoz de la AEP.

El momento en que a los pequeños les llegó la vacuna fue el de un punto de inflexión de la pandemia. En España la campaña arrancó el 15 de diciembre, justo cuando ómicron empezaba su rapidísima expansión y cambiaba la forma de entender la pandemia. "Fue una fase muy peculiar de la evolución de la pandemia. En aquel momento muchos niños se infectaron y además se empezó a ver cómo comprometía de alguna manera la efectividad vacunal", explica Hernández.

A los niños infectados se les planteaba una espera de ocho semanas hasta la vacunación y en muchos casos, como no había pruebas, los padres tampoco tenían un diagnóstico certero.

¿Es ahora el momento con el inicio del curso 2022-23?

El inicio del nuevo curso, con los niños compartiendo espacios y cercano el frío del otoño invierno con más actividades de interior, es un momento adecuado para vacunar a los niños a juicio del portavoz de los pediatras: "Creemos que para los niños no vacunados continúa siendo favorable su vacunación. No conviene esperar, puesto que si les vacunamos estaremos reduciendo la posibilidad de enfermedad grave o muerte, que es baja pero existe".

El pediatra subraya que si bien la mitad de los casos graves se dan en niños que padecen de antemano enfermedades importantes, en otro 50% se trata de niños previamente sanos. "El caso de la vacuna del Covid lo podemos comparar ya con otras como el tétanos, la polio o la difteria. Enfermedades que ahora no están porque hay vacunas. Si queremos reducir ya al máximo los casos, tenemos que tener buenas coberturas de vacunación".

No es por tanto conveniente, a juicio de Hernández, esperar a que lleguen las vacunas adaptadas a nuevas variantes, previstas para este otoño. "Las adaptadas llegarán en un principio solo para adultos y además servirán de refuerzo, pues se autorizarán para eso y no para primovacunación", explica.

Además, dos aspectos positivos sobre cómo afecta la pandemia a los niños se han visto también en los últimos meses. Uno de ellos es la disminución de casos de SIM (síndrome inflamatorio multisistémico agudo) que tanta incertidumbre generó al inicio y primeros meses de pandemia. Provocaba, entre tres y seis semanas después de la infección, un cuadro agudo que acababa en hospitalización en la mitad de los casos. "Afortunadamente lo vimos el primer año y parte del segundo pero los últimos datos nos dicen que con ómicron se ha reducido muchísimo", apunta Hernández.

Respecto a otro de los asuntos que preocupan a los padres, el Covid persistente, Hernández muestra cautela. "El Covid persistente sigue siendo un enigma, los datos en niños son muy poco sólidos. Sabemos que es muy poco frecuente y creemos que parte de los síntomas se deben no solo a la enfermedad sino a las condiciones sociales y psicológicas que rodearon la pandemia, en ese caso son familias desfavorecidas las que más se han podido ver afectadas".

¿Dosis de refuerzo para los niños?

Aunque en países como Estados Unidos ya se está debatiendo la idoneidad de ofrecer a los niños una dosis de refuerzo, en España esa cuestión no se ha debatido. "Con la información que tenemos se podría decir que los niños menores de 12 no la necesitan, aunque obviamente esto puede cambiar según la evolución del virus".

De momento en Europa esto no está sobre la mesa con las ratios actuales de vacunación. Tampoco está indicada para los adolescentes de 12 a 17 años, aunque en este caso el pediatra cree que "podría plantearse este otoño, puesto que la actividad que mantienen y sus condiciones epidemiológicas han sido muy similares a las de los adultos".

Los inmunólogos: la vacunación infantil no es "una prioridad"

El presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), Marcos López Hoyos, plantea un matiz respecto a la posición de los pediatras. "A nivel de respuesta inmunitaria, el nivel de los niños no es el de los adultos pero por sus condiciones propias, de cómo les afecta la enfermedad, para nosotros nunca han sido una prioridad en la vacunación".

López Hoyos no ve por tanto necesario priorizar esa administración y cree que podría ser oportuno esperar a esas nuevas vacunas tipo esterilizantes (que bloquean la transmisión) o pancoronavirus (que actúen contra todos los coronavirus y variantes) para administrarlas a toda la población infantil.

"Es cierto que cuanto más vacunados estén habrá un nivel de inmunidad colectivo mayor, pero a pesar de ello no lo vemos una prioridad en este punto de la pandemia", concluye.

En cualquier caso, las vacunas de Covid han mostrado un elevado nivel de seguridad en todas las edades y son una herramienta importante en la lucha contra el Covid que, aunque no de forma importante, continúa circulando en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud subrayaba esta semana que el SARS-CoV2 ha provocado un millón de muertes en lo que va de año en el mundo. En España, la cifra es de casi 23.000 fallecidos en 2022.