Las alergias son un mundo. Su diagnóstico es complejo, sus causas se siguen investigando y los síntomas pueden variar mucho de un paciente a otro. Pero aunque hay distintos niveles, se pueden convertir en un auténtico problema si te afectan de manera diaria. Y es que te van robando calidad de vida hasta un punto que, en ocasiones, puede llegar a ser desesperante. Sobre todo porque tenerlas bajo control es realmente complicado.

"Las alergias, de por sí, son persistentes. Una persona que es alérgica a algo lo es toda su vida, salvo casos excepcionales. Pero cuando hablamos de alergias perennes nos referimos a las que afectan al paciente durante cualquier época del año, y no sólo en un determinado periodo de tiempo", explica Carmen Vidal, Jefa del Servicio de Alergología del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago y profesora de la Universidad de Santiago de Compostela.

Según explica, las alergias perennes suelen estar relacionadas con cuatro tipo de alérgenos: los ácaros, las cucarachas, los animales domésticos (como perros, gatos o cobayas) y los pólenes perennes. Los síntomas los conocemos todos: estornudos, picor de nariz, dificultad para respirar, lagrimeo, enrojecimiento de ojos, pérdida de olfato, sibilancias... Pero incluso aunque la alergia sea perenne es habitual que los síntomas se acentúen en una determinada época del año. Por ejemplo, el otoño y la primavera, cuando el tiempo es húmedo, son las peores estaciones para los alérgicos a los ácaros, que lo suelen pasar peor en interiores. Y al contrario: los alérgicos al polen sufren más cuando el clima es seco y en exteriores.

Irantzu Muerza es una experta en este tema. Además de tener asma y alergia, es coordinadora de la Federación Española de Asociaciones de Pacientes Alérgicos y con Enfermedades Respiratorias (Fenaer). Para ella, la clave para sobrellevarlo es conocer bien cuál es tu alergia y cómo te afecta. Y luego "ser un paciente activo". Sobre todo cuando estamos en nuestra propia casa, porque ahí sí podemos "controlar el entorno" para estar más seguros.

Ella limpia todos los días todos sus muebles para quitarles el polvo. Procura no abrir las ventanas, y ha desplegado filtros de aire por toda su vivienda. Cortinas no tiene, pero lava las sábanas y las mantas una vez a la semana con agua caliente. Las almohadas, de fibra sintética. Los animales, siempre en el exterior. Pero sabe que cuando sale de su casa la cosa se complica. Ahí no le queda otra que subir la guardia, porque tiene que evitar las alfombras y los ambientadores, entre otras cosas. Por eso recomienda reducir las actividades al aire libre, y utilizar gafas y mascarillas cuando sea necesario.

A eso hay que sumarle que toma corticosteroides por vía nasal y oral y Montelukast, un neutralizador. Su caso es complejo, pero sirve para ilustrar una problemática que muchos sufren a distintos niveles. "Tienes que hacer cambios en tu vida que pueden resultar traumáticos. Hay gente a la que le afecta y puede acabar con ansiedad o depresión, pero para eso también hay herramientas. A mí me costó al principio, pero me he adaptado bien. No obstante, es complicado. Es algo que te limita a nivel psicológico y social. Generalmente afecta mucho a los pacientes, pero si tomas las riendas vas a tener mejor calidad de vida", asegura.

Cumplir con todos estos hábitos un día ya es complicado. Hacerlo durante el resto de tu vida, otro nivel. Pero no hacerlo supone pagar un precio alto. "Cuesta mucho vivir así, con esa adherencia al tratamiento y todos estos cuidados personales. Pero mucha gente abandona estos hábitos porque se cansa, y luego acaba teniendo crisis alérgicas más graves. Ahí hay un problema a la hora de involucrar a los pacientes, pero el mensaje que hay que dar es que es una enfermedad con la que vas a convivir toda tu vida. No hay que darle más importancia que la que tiene, pero hay que controlarla", resume Muerza.

Estos días de pleno invierno los pacientes como ella tienen que llevar, si cabe, más cuidado. Porque cualquier virus respiratorio, como la tripledemia que ha saturado últimamente los hospitales españoles, puede suponer complicaciones extra. La propia Muerza relata que hace un mes cogió un virus respiratorio sincitial (VRS) y llegó a estar 10 días ingresada en la UCI. Su marido, que no es alérgico a nada, también lo tuvo, pero en su caso fue como un "constipado normal". "Cualquier enfermedad que cojas se suma a lo que tu ya tienes de base. Por eso siempre hay que recomendar vacunarse. Es muy importante protegernos, porque ya tenemos una enfermedad crónica que nos condiciona por completo y nos pone en más riesgo", señala Muerza.

La complejidad de las alergias

En su experiencia Vidal ha podido comprobar de primera mano que muchos pacientes no entienden las alergias. La propia experta lo explica: "Los epitelios del gato o del perro, por ejemplo, tienen muchas proteínas diferentes. Y con los ácaros sucede lo mismo, tienen 35 o 36 moléculas distintas, y todas pueden producir alergias. Por eso una alergia no se limita a realizar una prueba cutánea que salga positiva. La clave es hacer un desglose molecular en cada paciente para ver cuál es el componente exacto que le causa la alergia".

Esto explica, por ejemplo, que algunas personas que son alérgicas a los perros lo sean también a otros animales. Dependerá de si la proteína que le causa la alergia es exclusiva de los canes o también se puede encontrar en otros animales. Y también sirve para entender por qué algunos pacientes sufren sólo picores cuando se exponen a los alérgenos y otros pueden sufrir un shock anafiláctico. Los dos pueden ser alérgicos, pero en función de cuál sea la proteína o molécula responsable la gravedad será distinta.

Sobre el origen de las alergias hay varias teorías. "La que está vigente a día de hoy es que se producen por fallos en nuestros epitelios, piel y mucosas, que cuando están dañados permiten que los alérgenos que están en el ambiente puedan acceder al interior de nuestro organismo y desencadenen esa sensibilización. Por eso, aunque hay gente que tiene predisposición genética, siempre nos hacemos alérgicos a aquello que tenemos en nuestro entorno", detalla Vidal.

Precisamente por esto la experta señala que técnicamente no se puede hablar de que las alergias perennes estén siendo cada vez más frecuentes. Y es que aunque no hay dudas de que, en general, las alergias de todo tipo son cada vez más comunes, dependerá del ambiente. En las zonas con alérgenos perennes, habrá más alergias perennes. Y en aquellas con más alérgenos estacionales, habrá más alergias estacionales.

Tratamiento

De acuerdo con Vidal, el tratamiento de las alergias respiratorias se basa en tres pilares. El primero es evitar la exposición al alérgeno, que como ya hemos visto es algo muy difícil y tampoco es que sea efectivo al 100%. El segundo son los medicamentos, y aquí encontramos desde inhaladores a gotas o antihistamínicos, que conforman el botiquín básico de cualquier alérgico. Y luego está el tercer nivel. El más prometedor, pero también el más complejo.

Se trata de las conocidas vacunas contra la alergia, que son capaces de cambiar la respuesta que el paciente tiene a la exposición del alérgeno, haciendo que lo tolere mejor e incluso consiguiendo que desaparezcan los síntomas. Se pueden administrar por vía subcutánea -pinchazos- o sublingual, en forma de gotas o pastillas. Pero el problema es que sólo funcionan en pacientes muy concretos. En palabras de Vidal, aquellos que "tengan una relación correcta con los síntomas y se les haya realizado una identificación correcta de la alergia".

Si se reúnen esas condiciones las vacunas les pueden "cambiar la vida a los pacientes". Aunque el tratamiento dura años y, en ocasiones, hay que administrarles dosis de refuerzo al cabo del tiempo. "Hay que hacer un llamamiento a los organismos públicos para que tomen medidas y reduzcan los contaminantes en las zonas urbanas, porque ya tenemos un problema con el aumento de las alergias, pero de aquí en unos años puede ser más grave. Y luego hay que seguir investigando las vacunas, porque son el futuro. Es lo único que ha conseguido revertir totalmente los síntomas", zanja Muerza.