Los resultados de Sabadell y Popular se han cobrado una factura en bolsa de 658 millones de euros. Las dos entidades, cuyos destinos aparecen unidos en más de una quiniela sobre el futuro del sector, han sufrido este viernes severas caídas sobre el parqué, ante la mala acogida de sus cuentas por parte de los inversores. Hasta el punto de que en algunos momentos de la sesión han llegado a sufrir una pérdida de capitalización conjunta equivalente al valor en bolsa de Liberbank.

Popular fue el mayor damnificado, al retroceder un 8,42%, lo que se traduce en una caída de su valor bursátil de 390 millones de euros, hasta los 4.243 millones. El precio de sus acciones se sitúa, de este modo, en los 1,01 euros, el nivel más bajo de su historia, tras retroceder más del 60% en el ejercicio.

El tropiezo se produjo, asimismo, con un elevado volumen de negociación: se intercambiaron alrededor de 120 millones de acciones, el triple de la media reciente, representativas de un 3% de su capital.

Fuentes del mercado defienden que un volumen tan inusualmente alto puede corresponderse a movimientos de hedge fund tomando posiciones cortas sobre el valor. Popular cuenta, según los últimos datos de la CNMV, correspondientes al pasado 14 de octubre, con un 6,7% de su capital apostado a la baja, el mayor registro desde el pasado febrero. Sin embargo, desde entonces, los tres principales fondos con posiciones cortas sobre el valor (AQR, Marshall Wace y Oceanwood) han comunicado incrementos de sus apuestas bajistas.

Debilidad en los ingresos de Popular

En opinión de los analistas, el castigo por parte de los inversores responde, principalmente, a la debilidad en la generación de ingresos que evidencian las cuentas de la entidad. En medio de un profundo proceso de reestructuración, Popular presentó un beneficio neto cercano a cero, afectado por las elevadas provisiones por deterioro de activos, las pérdidas del negocio inmobiliario y el mal tono del negocio bancario.

En los nueve primeros meses del año, la entidad que preside Ángel Ron ha presentado un beneficio neto de 94 millones hasta septiembre, un 66,1% menos que el mismo periodo del año anterior, tras realizar provisiones netas por importe de 1.021 millones de euros. El objetivo de éstas es potenciar las fortalezas del negocio principal y acelerar el ritmo de desinversiones de activos no productivos.

En relación con esto último, Pedro Larena, consejero delegado de Popular, confirmó que la entidad tiene previsto tener constituida la estructura de su entidad especialista en gestión inmobiliaria en el primer trimestre de 2017. El banco planea crear una sociedad independiente para acoger un volumen de activos brutos cercano a los 6.000 millones de euros y tiene la intención de sacarla a bolsa.

Sabadell ve comprimirse sus márgenes

Por su parte, Sabadell ha visto esfumarse este viernes 268 millones de su capitalización en bolsa, que se sitúa ahora en los 6.801 millones de euros, tras retroceder un 3,78%, hasta los 1,22 euros por acción, cortando de forma brusca la remontada protagonizada en las últimas semanas.

Aunque las cuentas publicadas se asemejaron mucho a lo previsto por el mercado, Nuria Álvarez, analista de Renta 4, considera que el deterioro de los márgenes puede haber generado ciertas dudas sobre la capacidad de la entidad para reducir el coste del pasivo. Tras remontar más de un 14% en diez sesiones, los inversores pudieron verse tentados también a recoger beneficios ante unas cuentas carentes de sorpresas positivas. En el año aún pierde más del 20%.

El consejero delegado de Sabadell, Jaime Gortázar, hizo referencia a la severa caída en bolsa del banco, en paralelo a Popular, entidad con la que ha sido emparejada en las quinielas de posibles movimientos corporativos, señalando que “los mercados son inescrutables”. Aseguró que “nunca ha habido negociaciones con Popular”, aunque en el sector se da por hecho que ambas entidades han tenido números contactos al más alto nivel para analizar una posible operación.

El primer ejecutivo del banco catalán, sin embargo, no negó interés por la compañía que preside Ángel Ron. Preguntado por esta cuestión, señaló con evasivas que “nos interesa todo de la vida. Somos un banco muy vitalista”.

Durante la presentación de resultados del tercer trimestre, en línea con el consenso de mercado a pesar de la caída en Bolsa, el directivo arremetió contra la normativa que exige más capital a la banca, al considerar que penaliza al inversor. “Tenemos un ratio de capital de máxima calidad fully loaded  (completamente implementado en el escenario más adverso) del 12,03%, una cifra que hemos duplicado desde que llegué al banco. Este exceso de capital se traduce en menos rentabilidad para el accionista”.

Pese a a la reacción del mercado, Guardiola se mostró optimista con las cifras y aseguró, a apenas dos meses de cerrar su plan estratégico, que ha sido un “éxito total, en términos de parámetros relacionados con la gestión, aunque el entorno financiero de tipos de interés es diferente al que tenían previsto al inicio del plan, lo que ha afectado a los ingresos”. Aun así, ha asegurado que el banco “ha dado un triple salto de récord y está capturando gran valor para el futuro” que “espera reconozca el mercado”.

Sabadell cerró septiembre con un beneficio neto atribuido de 646,9 millones de euros, un 11,6% más que el año anterior. El margen de intereses mejora un 29% sin contar el británico TSB hasta los 2.890 millones, en un periodo en el que logra reducir los activos problemáticos en 634 millones. Sitúa la ratio de morosidad en el 6,6%.

Ajuste de plantilla

El directivo desveló que de aquí a final de año planea cerrar 90 oficinas y dar salida a 180 empleados, de los que 130 procederán de oficinas y el resto de servicios centrales.

Sobre el efecto del Brexit en la cuentas de su banco TSB, Guardiola reconoció que el grupo ha dejado de ingresar en torno a un 3% por la depreciación de la libra y de cara a futuro valora el impacto entre el 5% y el 10%. En cualquier caso, Sabadell mantiene su previsión de terminar 2016 con un beneficio cercano a los 800 millones de euros y asegura que la actividad del banco en Reino Unido está superando las expectativas, a pesar del efecto Brexit.