El imperial espejo de la entrada deja claro al visitante lo que encontrará en la muestra: la confrontación con nosotros mismos, nuestro reflejo. La imagen humana. Arte, identidades y simbolismo, habla de "nuestra imagen, de quién soy yo, de como nos mostramos y de cómo lo han hecho personas de diferentes lugares del mundo". El ser humano es el centro de la exposición, que pone en diálogo por primera vez los fondos del British Museum con la colección de Fundación ”la Caixa”.

La figura humana destaca como una temática crucial en el arte. Desde los inicios de la especie, el ser humano ha sentido la necesidad de representar el cuerpo para definir su posición en el mundo. La imagen humana. Arte, identidades y simbolismo recoge ideas y conceptos comunes a todas las sociedades y pueblos: la belleza ideal, la expresión de la personalidad, el cuerpo divino, la encarnación del poder y el cuerpo transformado.

155 piezas que van desde el 2.000 a.c. hasta el 2016 forman una secuencia de 10.000 años que permite analizar sus similitudes y diferencias. Elisa Durán, directora general adjunta de Fundación ”la Caixa” ha explicado que la unión del British Museum y la colección de la Caixa permite "descubrir constantes que se han mantenido a lo largo del tiempo". La disposición de la muestra sitúa al público en el centro, en un recorrido abierto pero ordenado.

Belleza ideal

Esculturas, cuadros, paredes... Estos medios han sido testigos de la expresiones de belleza de los artistas. Cada autor y cada etapa ha dado lugar a un tipo de cuerpo, en los que se plasman unos ideales de belleza determinados. Los ideales y patrones de belleza son muy variados, aunque también presentan algunos rasgos en común. Uno de los más evidentes es la importancia que se otorga a la simetría, el equilibrio y la armonía de las proporciones, así como a la juventud.

Retratos

El retrato es una reconstrucción poliédrica de una identidad, por lo que puede adoptar múltiples formas y servir a propósitos diversos. Bredan Moore, conservador del Departamento de Exposiciones Internacionales del British Museum y comisario de la muestra, ha señalado que el retrato "habla de la vida que hay detrás de la persona, de su carácter más que de su apariencia física".

El cuerpo divino

"Deidades encarnadas en forma humana que ofrecen ese centro de admiración". Así explica Moore cómo las imágenes votivas que muestran a seres sagrados con forma humana son una referencia para los creyentes de muchas religiones. Contemplar estas figuras fortalece la conexión emocional con la divinidad y acerca su presencia.

Los iconos religiosos siguen unos patrones cuidadosamente elaborados. Todo está concebido para transmitir la naturaleza divina, desde la representación del rostro y el cuerpo, hasta la pose, el gesto y el atuendo. Hay alguna religión en la que los iconos de divinidades son una ofensa y están prohibidos.

El cuerpo político

Los líderes políticos han ensalzado su imagen para obtener mayor notoriedad y poder: desde estatuas colosales a pinturas, monedas y carteles producidos en masa. En estas representaciones no se pretende retratar al dirigente, sino evocar al ideal de un ser todopoderoso. Los gobernantes asocian su imagen a la de grande líderes del pasado gracias a una serie de papeles arquetípicos clásicos como el jefe militar invencible, el monarca infalible y casi divino, el sabio hombre de Estado y el maestro divino.

La transformación corporal

La transformación del cuerpo humano es uno de los motivos más presentes tanto en el arte como en gran cantidad de creencias culturales. Varias de las imágenes que se muestran aquí abordan la fragilidad y las limitaciones del cuerpo, mientras que otras reflejan experiencias psicológicas intensas. La muerte es uno de estos procesos tan representados en el arte, ya que que es algo seguro para todos los seres humanos.

También ha habido artistas que han recurrido a la imagen del cuerpo traumatizado para expresar trastornos y angustias, en particular respecto a los efectos violentos y transformadores de la guerra.