La idea de la participación de Albert Rivera en la Convención Nacional que el PP celebrará en Valencia los días 2 y 3 de octubre llevaba tiempo sobrevolando el cuartel general de los populares, en el marco de la fluida relación que mantiene el que fuera presidente de Ciudadanos con Pablo Casado que, por el momento, se ha fraguado más en lo privado que en lo público. No se descartaba, por tanto, la posibilidad de que el abogado tuviese voz en una de las mesas temáticas que se desplegarán en el acto y que abordarán muy diversas cuestiones, desde el feminismo hasta la regeneración democrática.

No obstante, cuando restan menos de dos meses para que arranque la Convención Nacional del partido, el PP se plantea prescindir de la presencia del ex dirigente naranja en Valencia por un motivo que responde más a estrategia política que a problemas de agenda, según confirman fuentes populares encargadas de la organización del evento. La tesis que ahora maneja la dirección nacional, y en la que coinciden diferentes cargos del partido, es la de no 'quemar' antes de tiempo el efecto que puede tener para el electorado de centroderecha una foto entre Pablo Casado y Albert Rivera, y guardar ese 'as' cuando el horizonte de las elecciones generales esté más cercano. "Aún es pronto", ratifican las fuentes consultadas.

El jefe de la oposición se ha marcado un objetivo, ahora mucho más nítido por el buen pulso del PP en las encuestas: desbancar a Pedro Sánchez en las próximas generales, que no se esperan, salvo sorpresa, hasta 2023. Aunque no es una posibilidad que despierte temores en las filas populares, sí se maneja el escenario de que el jefe del Ejecutivo dé un volantazo hacia la moderación cuando se acerque la nueva apertura de urnas, valiéndose de la remodelación gubernamental que ejecutó Sánchez en el mes de julio. "Ya lo vimos en la última campaña (...), mintió entonces y lo volverá a hacer. Sánchez hace de la mentira su forma de hacer política", comenta un cargo popular.

Se cumpla o no ese escenario, la flagrante incorporación de Albert Rivera a las filas del PP durante la campaña electoral podría servir de dique de contención para evitar fugas de electores hacia un PSOE que mire al centro. Y no sólo. La idea que manejan en el partido es que el nombre del que fuera presidente de Ciudadanos hasta la debacle de noviembre de 2019 atraiga también a un buen pellizco de votantes que se fueron a Vox en las dos últimas afrentas electorales y termine por consolidar la "alternativa" que defiende Pablo Casado. Para las fuentes consultadas, invitar a Rivera a la Convención del PP cuando aún restan prácticamente dos años para las generales implicaría quemar antes de tiempo el último cartucho.

Tal y como pudo saber este medio, la relación entre Casado y Rivera se ha ido estrechando en los últimos meses, hasta el punto de que el líder del PP consulta y escucha al que fuera presidente de Ciudadanos en muy distintas cuestiones, con el frente a Sánchez como principal nexo que une a ambos dirigentes. Sin embargo, el fichaje del abogado catalán, además de ser una decisión que conlleva riesgos, no es una operación que esté cerrada y tampoco se pretende abordarla en el corto plazo.

Sin embargo, los guiños y los gestos, siempre guiados por la mesura y la discreción, se han sucedido a lo largo de los últimos meses con el objetivo de allanar el terreno a la posibilidad para muchos tangible de que Albert Rivera acabe uniéndose a las filas del PP cuando el horizonte de las generales se acerque, como ha pasado con parte de su personal de confianza cuando seguía en política, como Fran Hervías o Toni Cantó. También José Manuel Villegas, ex número dos de Rivera en Ciudadanos, fichó por la Fundación Propósito, un think tank vinculado al PP.

El acto más importante para Pablo Casado

La Convención Nacional de octubre no es una cita más en el calendario de Pablo Casado, sino el acto de mayor relevancia para su liderazgo desde que se hizo con las riendas del partido en 2018. Allí, todos los cargos del partido, los barones y figuras internacionales acudirán para arropar al presidente del PP y cerrar filas con un Pablo Casado que no se presentará como jefe de la oposición, sino como el posible próximo presidente del Gobierno de España.

El despliegue del PP se hará por todo lo alto, porque de Valencia debe salir nada menos que un borrador del programa que llevará Casado a las próximas generales, y en el que quedará definida la posición del partido en cuestiones tan delicadas como el aborto, los populismos o el patriotismo. "Nos vamos a meter en todos los charcos", avanzaban desde la dirección nacional.

Las fuentes consultadas avalan que uno de los puntos en que se van a volcar los populares es en la materia de derechos sociales y, sobre todo, en la del medio ambiente y cambio climático. Y la postura será la de una defensa férrea de la 'agenda verde' como parte prioritaria de la hoja de ruta del PP para los próximos años, lo que ampliará aún más la brecha que les separa del "negacionismo" de Vox, no sólo en este ámbito, sino también en cuestiones con un profundo calado social, como ocurre con la violencia de género.