A principios de octubre, Vox daba a conocer que en la segunda quincena de noviembre comunicaría todos los candidatos que encabezarán sus listas municipales y autonómicas de mayo. Por el momento, y al justiciarse su cese como secretario general y posterior nombramiento como vicepresidente para repetir como candidato a la alcaldía de Madrid, el único nombre que se ha adelantado es el de Javier Ortega Smith. Actualmente, la formación está sondeando los mejores perfiles entre sus más de 65.100 afiliados para afrontar el nuevo ciclo electoral, un reto importante en el que esperan desligarse por completo de los problemas internos atravesados por la salida de Macarena Olona. Ésta, aspira a poner en marcha un nuevo proyecto político si Vox no cumple las expectativas en esos comicios, lo que podría suponer la primera gran escisión -exmilitantes ya han puesto en marcha partidos como Tu Patria- de los de Santiago Abascal. "Tras las municipales decidiré si doy un paso al frente", trasladaba Olona hace un mes a este medio.

Precisamente, el último 'CIS andaluz' ha ahondado en el terremoto propiciado por las elecciones de junio en Andalucía que ha derivado en el primer cisma público de Vox. Según el Centro de Estudios Andaluces (CENTRA), en su última oleada del año, el actual presidente de la Junta y líder del PP, Juanma Moreno, sigue fortaleciendo la mayoría absoluta cosechada. Pasaría de los 58 a los 60 escaños y del 43,1% de apoyo a los 45,5 puntos. El partido verde, en cambio, tras no ver materializado el 'macarenazo' que pronosticaban algunos altos cargos -si bien es cierto que sumaron 97.325 nuevos votos y cuatro diputados-, retrocedería a niveles previos a los comicios. Volvería a tener una representación casi similar a la lograda en 2018, y se movería entre los diez y once parlamentarios y un 11,5% de sufragios; poco más de medio punto de lo alcanzado hace cuatro años tras el gran cónclave de Vistalegre en Madrid.

La progresión de Moreno Bonilla, al alza, refleja la tendencia que puede darse a nivel local el 28 de mayo y frente a Vox, cuando está fijada la primera gran prueba de fuego para los principales partidos. Sobre esa cita, el sociólogo y director de la demoscópica GAD3 afirma a El Independiente que se van a producir muchas "carambolas" en favor del PP, y que la mayoría de escaños naranjas que resisten van a tintarse de azul en Andalucía [en las municipales] y el resto de territorios que se someten a la renovación de liderazgos. Principalmente al contar con Cs desactivado y con el voto del centroderecha reorganizado en torno a los de Alberto Núñez Feijóo.

Otro pronóstico que hace Michavila, es el de que, debido a estos cambios electorales, para el PP no será crucial negociar una investidura con Vox, que "no votará a un candidato de izquierdas" ante hipotéticas alternativas de gestión y se resignará a ser aliado externo y puntual cuando así lo demande el PP. Ocurrirá, por ejemplo, en Madrid si a Isabel Díaz Ayuso se le vuelve a resistir la absoluta por la mínima. Aunque, pese a todo, el respaldo de los de Abascal será crucial en tres puntos geográficos al estar las proyecciones más ajustadas: en Castilla-La Mancha, la Comunidad Valenciana y en la Región de Murcia. En la formación lo saben y, por ello, el precio de evitar la repetición electoral dotando de mayoría a Paco Núñez, Carlos Mazón y Fernando López Miras será contar con representación en los Consejos de Gobierno para llegar con fuerza a las elecciones generales.

Vox exigirá la misma representación en Valencia que la que ostenta en Castilla y León, al calor de unas encuestas muy similares al resultado de febrero

Castilla-La Mancha

Las estimaciones que manejan en el PP castellano-manchego sitúan al socialista Emiliano García-Page, actual presidente, por delante en las urnas. La mayoría absoluta en el paramento, situado en el antiguo Convento de San Gil en Toledo, es de 17 diputados. El secretario general del PSOE se movería entre los 15 y 16 escaños como único representante de la izquierda ante el declive de Podemos en la autonomía. Frente a García-Page, el líder del PP-CLM, Núñez, iría de los 14 a 16 parlamentarios, con la posibilidad de sumar con Vox mayoría absoluta [17 sillones]. La diputada por Toledo en las Cortes y portavoz adjunta del Grupo, Inés Cañizares, es la que más suena para encabezar la lista.

En conversaciones con El Independiente, fuentes populares de la región indican que el entendimiento, de darse el caso y al no reeditar el PSOE la actual mayoría, sería más que posible. Sería una asociación "natural", la forma de "recuperar de nuevo el gran centroderecha impulsado por Aznar". Ese sería "el primer paso" para "reunificar" nuestro espacio. Aunque matizan: prefieren llegar acuerdos con el alma más técnica de Vox, la que solo busca gestión y condicionar políticas ideológicas al PP tras la "renuncia" hecha durante la etapa Rajoy.

Comunidad Valenciana

Si hay algo que tienen claro los de Abascal, es que el PP anhela recuperar el feudo valenciano después de dos legislaturas de gestión de Ximo Puig. Al igual que el escenario castellano-manchego, y con mucho más margen, los sondeos en la Comunidad Valenciana prevén una pugna muy ajustada por el control de la Generalitat Valenciana. Tan solo uno o dos escaños decidirán el próximo Govern: o el mantenimiento del Pacto del Botánico entre socialistas, nacionalistas y morados; o una coalición entre PP y Vox. A Mazón se le otorgan entre 33 y 35 parlamentarios, mientras que a Vox de 16 a 18. Esas horquillas, dan a populares y verdes entre los 50 escaños necesarios para la mayoría, y 51 frente a los 48-49 que sumaría Puig y sus socios.

Vox sabe que el PP anhela recuperar el feudo valenciano dos legislaturas después. Será en ese escenario donde se planteen más exigencias

En Génova, una de las concepciones es que, si gana el PP en el territorio, a ello le seguirá la entrada directa a La Moncloa. "La derrota de Sánchez en Andalucía y Valencia serían desastrosas", indican fuentes del partido. Es por ello, que de los tres bastiones donde Vox tiene más posibilidades, el valenciano será donde se planteen más exigencias, caso de una vicepresidencia y, al menos, tres consejerías. El reparto de escaños, en comparación con Castilla y León, es prácticamente similar: 31 para el PP y 13 para su aliado de gobierno.

Región de Murcia

En Murcia, entre 2019 y 2022, se ha producido un transvase de voto entre PP, Cs y Vox, en el que los de Abascal han salido beneficiados en prejuicio de los naranjas. La candidatura del actual presidente, López Miras, conseguiría exactamente los 16 escaños logrados en la pasada convocatoria electoral, en la que el PP se vio obligado a tejer una asociación de legislatura con los de Inés Arrimadas, algo que dinamitó en 2021 y dio lugar al terremoto territorial que acabó tumbando su representación en Madrid, Castilla y León y, ahora, Andalucía. Bajo ese mismo marco, López Miras se vería obligado a incorporar a la formación ultraconservadora al Consejo.

El líder de Vox Murcia, José Ángel Antelo, ya ha dejado clara cuál será una de las condiciones esenciales para dar la mano a López Miras: derogar la ley del Mar Menor. Sobre esta petición, los populares murcianos, a través del consejero de Presidencia, Turismo, Cultura y Deporte, Marcos Ortuño, ya han dejado clara su posición al respecto: la protección del Mar Menor "no es negociable".

Las "diferencias ideológicas" con Ortuzar acercan a PP y Vox

Feijóo sorprendía a finales de septiembre anunciando -conjuntamente con Vox- que días previos había mantenido una reunión con Abascal. En el hotel Eurostarts Madrid Tower, según pudo conocer El Independiente. Para rebajar el impacto del encuentro, el PP también dio a conocer que el dirigente gallego se había encontrado con la vicepresidenta y ministra de Trabajo Yolanda Díaz, en calidad de líder de Sumar. El encuentro con el presidente de Vox -así como conversaciones previas entre equipos designados, según fuentes del partido- ha servido para volver a restablecer relaciones "después de que Pablo Casado las interrumpiese", reprochaba posteriormente el propio Abascal.

Vox, ante el anuncio del PP de querer citarse con el PNV y su presidente Andoni Ortuzar, algo que ya hizo Feijóo el pasado miércoles en Madrid, expresó su disconformidad con un ultimátum de cara al futuro: o pactos con ellos o con el nacionalismo, pero no con ambos. Desde País Vasco, el mismo mensaje les ha sido transmitido a Génova, pero a la inversa. No obstante, las "diferencias ideológicas" que reseñaron tanto el PP como el PNV dejan a los populares ante una situación más limitada en la que solo cabría Vox o intentar alcanzar una mayoría suficiente para garantizarse independencia de gestión.

Movimientos como la suspensión de las negociaciones con el Gobierno tras recibir presiones de la derecha sociológica a diferentes escalas -judicial, política e interna, y mediática- avistan que ante la posibilidad de dar un vuelco electoral en distintos feudos controlados por el PSOE y sus socios, el PP terminará teniendo que entenderse con los de Abascal.