Varios padres del colegio Highlands El Encinar de La Moraleja (Madrid), afectados por un caso de abusos a menores, han pedido que no se imparta un curso de prevención de ese tipo de delitos porque podría afectar a la declaración que las víctimas tienen que prestar en el juzgado en dos semanas.

El Juzgado de Instrucción número 7 de Madrid investiga seis denuncias de agresión sexual a menores presuntamente cometidas por el capellán de la escuela, Marcelino A.N., quien fue arrestado el pasado 6 de marzo.

En el marco de este proceso está previsto que presten testimonio en el juzgado, a principios de junio, las niñas cuyas familias denunciaron los hechos, en lo que se denomina prueba preconstituida: su relato queda grabado de cara al resto de proceso, para que no tengan que volver a revivir los hechos.

En el escrito enviado ayer miércoles a la inspección educativa por algunos de los padres del centro, al que ha tenido acceso EFE, solicitan que se anule el taller denominado "Escudo de la dignidad" que comenzaría este jueves y tendría lugar hasta el próximo 2 de junio, y que el centro ha convocado con carácter voluntario con el objetivo de "la prevención de cualquier tipo de abuso infantil".

Explican que el taller comenzaría este jueves en la clase en la que "varias alumnas son víctimas del agresor", y en el mismo "se va a generar un debate donde las alumnas previsiblemente van a dar una información valiosísima para el proceso judicial".

Los padres expresan su preocupación por el hecho de que "se pueden manipular los testimonios que se puedan dar".

Añaden que las personas que impartirán el curso "no son imparciales y van a velar en beneficio del colegio", ya que según aseguran "han sesgado la realidad y han dado a las familias una información poco clara y contraria a la realidad" desde que se conoció el caso.

Por eso piden que se anule el taller y que, en caso de que se realice, que se grabe en vídeo o al menos en audio "para aportarlos a la investigación, y que esté presente personal imparcial en el caso", como integrantes de la Inspección Educativa.

El padre Marcelino, de 58 años, fue arrestado el pasado 6 de marzo tras la denuncia de una de las madres de las niñas a las que presuntamente agredió sexualmente en el centro, a la que siguieron otras cinco por hechos similares.

En un primer informe policial, las denunciantes describían que el sacerdote realizaba tocamientos directos en la vagina y les hacía bajar los pantalones parcialmente y la ropa interior a las menores o, de lo contrario, él lo hacía "con cierta agresividad".

Según figura en un segundo documento policial, algunos padres de alumnos del centro educativo transmitieron a la dirección su “inquietud” por el hecho de que el sacerdote estuviera en contacto con menores tras su relación con el fundador de los Legionarios de Cristo, a lo que la subdirectora respondió que en el colegio "asumían el riesgo de que pudiera pasar algo".