Los incendios en vehículos eléctricos, aunque menos frecuentes que en los de combustión, presentan desafíos únicos debido a la naturaleza de las baterías de litio. Estas pueden entrar en fuga térmica, liberando gases inflamables y alcanzando temperaturas superiores a 1.000°C, lo que dificulta su extinción con métodos tradicionales.

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Ante este escenario, Ecofire Fighting, un desarrollo español liderado por César Sallen y la empresa aragonesa Simontrack, emerge como una solución innovadora.

Este agente extintor, compuesto por fibra de celulosa y almidón, es orgánico, biodegradable y no tóxico. Su eficacia radica en su capacidad para formar una barrera térmica que encapsula las llamas, reduciendo la temperatura y evitando la propagación del fuego.

Según pruebas realizadas en colaboración con bomberos y empresas como SEAT y Transportes Metropolitanos de Barcelona, Ecofire extingue incendios de baterías entre 40 y 100 veces más rápido que el agua, requiriendo hasta 20 veces menos volumen líquido. Además, su aplicación mediante sistemas convencionales —como extintores o mangueras— facilita su adopción en entornos críticos, como parkings o estaciones de carga.

La tecnología no solo mitiga el riesgo de explosiones en cadena —un peligro común en incendios de litio—, sino que también protege a los equipos de emergencia al permitirles operar más cerca del foco.

Esto contrasta con métodos como el de Renault Fireman Access, que, aunque útil, depende de perforar la batería para inyectar agua, un proceso que aún consume tiempo y recursos.

Con validaciones de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y demostraciones públicas —como la realizada en el programa El Hormiguero—, Ecofire se posiciona como una herramienta esencial para la seguridad en la movilidad eléctrica.

Su implementación podría transformar los protocolos de extinción, ofreciendo una respuesta rápida, ecológica y eficaz frente a uno de los riesgos más complejos de la transición energética.

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