Pedro Sánchez empieza a rediseñar su dirección en el PSOE. Y su primer paso es el que muchos dirigentes esperaban. Que se deshiciera del círculo de confianza de Santos Cerdán, de su núcleo durísimo en Ferraz. De los hombres —porque eran todo hombres— que trabajaban con él en la poderosa quinta planta, al frente de Organización. El secretario general fulminó este jueves, dos días antes del decisivo comité federal que servirá de catarsis para un partido asustado y deprimido, a la mano derecha de Cerdán, el diputado jiennense Juanfran Serrano, y al parlamentario leonés Javier Alfonso Cendón. Ambos dejan su puesto el aparato, ambos formaban parte de su guardia de corps junto con Manuel Arribas, con escaño en la Cámara baja por Ávila y miembro de la cúpula del PSOE en Castilla y León. Además, también se confirma la salida de quien ha sido la portavoz de la dirección desde enero de 2024, Esther Peña.

Las piezas se mueven pero el nuevo organigrama socialista, el que emerja tras la caída de Cerdán, encarcelado desde el lunes por presunta corrupción, no está rematado. Es la reestructuración de la ejecutiva federal que Sánchez prometió el 12 de junio, cuando forzó la dimisión de su entonces número tres tras el demoledor informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sobre él. Para rehacer su equipo, el presidente emprendía este jueves dos movimientos. Por un lado, la separación o el castigo del núcleo duro de Cerdán. Por otro, la generación de vacantes en la dirección, aduciendo la incompatibilidad de cargos orgánicos. Una maniobra esta última que le permitirá refrescar la cúpula, incorporando nuevos nombres. Pero la figura clave para el partido, la Secretaría de Organización, aún no tiene nuevo titular. Sánchez, ya en Madrid tras clausurar este jueves por la tarde la IV Conferencia Internacional de Financiación para el Desarrollo de la ONU, se reserva sus cartas y no ha dado pistas de quién relevará a Cerdán y si incluirá contrapesos para recortar su poder. Quinielas hay muchas en el PSOE. Certezas, ninguna. Porque quien decide, el único que lo hace, es él. El secretario general y presidente del Gobierno.

Sánchez ha escuchado las últimas tres semanas el parecer de barones y dirigentes de su partido. Ha preguntado qué hacer, cómo salir de la crisis más importante de todo su mandato, y la de más compleja salida, si es que la tiene. Pero las decisiones comenzaron a atarse desde la tarde del miércoles. El presidente aprovechó que su número dos, María Jesús Montero, estaba también en Sevilla, para reunirse con ella y dibujar el nuevo equipo. Ya antes incluso de la publicación del informe de la UCO, cuando se preparaba el comité federal de 5 de julio, se sabía que eran obligados algunos ajustes en la ejecutiva porque había dirigentes que habían ganado peso en sus respectivos territorios. Pero la defenestración de Cerdán obliga al cambio mayor, el relevo en Organización, y a más cambios en cadena.

Sánchez se dispuso a rematar el nuevo organigrama desde Sevilla, en reunión con Montero, para acabar de cerrar los cambios ya este jueves por la tarde y el viernes desde Madrid

El artículo 3.10 de los estatutos ofrecía a Sánchez la pista de aterrizaje perfecta para abrir huecos. Lo que dice ese precepto es que un militante solo podrá tener un cargo orgánico ejecutivo, salvo que uno de ellos sea formar parte de la comisión ejecutiva municipal. "En todo caso", y aquí está la clave, "será incompatible simultanear un cargo en las comisiones ejecutivas provinciales, insulares, regionales, de nacionalidad o autonómicas con ser miembro de la comisión ejecutiva federal. El respectivo congreso, a propuesta de la secretaría general, podrá excepcionar el cumplimiento del presente artículo hasta en un 10% de sus miembros". En definitiva, el líder socialista quiere aplicar lo que prescriben las normas internas: limitar la duplicidad de cargos al máximo, con ese pequeño margen del 10% de miembros a los que sí se les permita.

A partir de ahí, Ferraz —Montero pilotó las llamadas—, como señalaban a este diario desde el cuartel general, comunicó a los afectados, siete de una dirección de 48 miembros (más los natos), que podían elegir entre uno de sus dos puestos orgánicos, y que debían de dar una respuesta antes de la reunión de la ejecutiva del sábado, convocada a las 9.30, previa al encuentro del comité federal (10.30 horas). Por eso no hay una comunicación oficial de las salidas. Porque ese capítulo no está cerrado del todo y porque Sánchez, recuerdan en la Moncloa, "aún tiene que encajar todo el puzle". El presidente volvió a Madrid el jueves por la tarde tras clausurar la cumbre de la ONU y tiene prácticamente despejado el viernes para atar todos los relevos.

Cendón y Serrano eran dos de los hombres de máxima confianza de Cerdán, un club al que pertenecía el diputado abulense Manuel Arribas. Cendón se quedará como secretario provincial de León

La imposibilidad de ocupar dos cargos afecta de lleno a uno de los dos hombres de confianza de Cerdán en la dirección: el diputado Javier Alfonso Cendón. Él es, desde el 41º Congreso, el que se cerró en Sevilla el pasado 1 de diciembre, secretario de Ciencia, Innovación y Universidades —aunque realmente era inseparable de Cerdán—, pero también es el líder del partido en la provincia de León. Distintas fuentes de primer nivel confirmaron a este diario que Cendón sale de la cúpula para refugiarse en su territorio. "Hay que tener en cuenta que también forma parte de la dirección del Grupo Parlamentario en el Congreso. Y claro, si se va a ser más estricto con las compatibilidades, es lógico que salga de la cúpula. Se queda en León, claro", ratifica un dirigente muy cercano.

Javier Alfonso Cendón, diputado socialista por León y miembro hasta ahora de la cúpula federal, durante el pleno del Congreso del pasado 6 de mayo de 2025. | EUROPA PRESS / A. PÉREZ MECA

Pero Cendón estaba señalado por sus compañeros desde la caída de Cerdán. Igual que el secretario adjunto de Organización, el jiennense Juanfran Serrano. Este, según confirmaron a este periódico fuentes de Ferraz, dejará también su cartera. Serrano era la mano derecha de Cerdán, su hombre de total confianza, el encargado de hacer de poli malo en el partido. Él no compaginaba su puesto orgánico en Ferraz con ningún otro en Jaén o en Andalucía. A él le daña su cercanía absoluta con el exsecretario de Organización, el hecho de que formaba parte de su anillo de poder. Ni él ni Cendón están implicados en los presuntos amaños de su exjefe, ni aparecen por ningún lado en la investigación de los agentes. Ambos se han declarado en los últimos días impactados porque, como todos en el PSOE, no sabían nada de las presuntas corruptelas del exdirigente navarro.

Movimientos posibles hasta el último minuto

En el partido, se escuchaba como un clamor la petición de que Serrano y Cendón fueran apartados, porque ellos eran sus correas de transmisión, su extensión. Como lo era Manuel Arribas, pero él no será purgado por Sánchez porque forma parte de la dirección socialista de Castilla y León, que comanda Carlos Martínez. El presidente ha atendido ese ruego. La duda es si Serrano abandona la poderosa cartera que tenía en sus manos para ocupar otra área o bien sale por completo de la ejecutiva. "No tendría lógica que Juanfran asumiera otra responsabilidad, pero en todo caso puede que se le ofrezca esa salida y que él acepte", indican desde el PSOE-A. Aun quedándose en la cúpula, perdería poder, ya que ceder el control del aparato significa ser degradado. Desde la Moncloa insisten en que el cuadro no estará cerrado hasta el sábado, de manera que caben movimientos hasta el último minuto, y que Serrano perfectamente podría seguir en la cúpula, aunque con otra responsabilidad. Pero si eso ocurre, puede que se reproduzca el malestar en los territorios, que pedían purgar por completo el núcleo de Cerdán.

Es segura la salida de Serrano de Organización, pero en la Moncloa avisan de que podría continuar en la ejecutiva federal con otra responsabilidad

Que Serrano iba a dejar el aparato estaba claro desde el momento en que Sánchez propuso que se ocuparan interinamente de la maquinaria, hasta el comité del 5 de julio, cuatro personas —Cristina Narbona, Montse Mínguez, Borja Cabezón y Ana Fuentes—, más el presidente de la Fundación Avanza, el laboratorio de ideas del PSOE, Manu Escudero. Él ya estaba fuera. Y era una señal importante hacia el dirigente al que el número tres postuló para liderar el PSOE andaluz, una operación que se frustró porque al final a quien el presidente encargó la tarea fue a Montero.

Los otros seis responsables que podrían abandonar la ejecutiva no tienen relación directa con Cerdán, aunque obviamente él, como todopoderoso secretario de Organización, era quien conducía el día a día del partido y se encargaba de confeccionar equipos. De esos seis dirigentes, la de mayor peso político es Esther Peña, portavoz de la ejecutiva desde enero de 2024 y, a la vez secretaria provincial de Burgos. Ella ya ha trasladado que ha elegido mantener el liderazgo del partido en su territorio. Peña, diputada en el Congreso por Burgos, es valorada internamente por sus cualidades de comunicación, aunque no formaba parte del círculo de confianza de Sánchez y tiraba de continuo de argumentario, de un lenguaje de madera. Ya en el cónclave de Sevilla no estaba clara su permanencia en la dirección, pero el líder optó por confirmarla.

La hasta ahora portavoz del PSOE, Esther Peña, durante la rueda de prensa posterior a la reunión de la ejecutiva federal, el pasado 2 de septiembre de 2024 en Ferraz. | EUROPA PRESS / MARTA FERNÁNDEZ

También podrían abandonar la ejecutiva el secretario de Reforma Constitucional y Nuevos Derechos, Paco Lucas (secretario general del PSOE de la Región de Murcia); el responsable de Política Municipal, Alejandro Soler —presidente del PSPV en la provincia de Alicante—; la titular de Políticas Sociales, Mayores y Movimientos Sociales, Manuela Berges —secretaria de Organización del PSOE aragonés—, y a las vocales Tania Baños —primera vicesecretaria general de la federación valenciana— y Sabrina Moh —jefa del PSOE de Melilla—. Lo esperable es que en la mayoría de los casos secunden los pasos de Peña y hagan carrera en sus federaciones.

Peña ya ha trasladado que prefiere continuar como líder provincial del partido en Burgos. Otros miembros de la ejecutiva con otros cargos son Paco Lucas, Alejandro Soler, Manuela Berges, Tania Baños y Sabrina Moh. Los ministros Pilar Alegría y Óscar Puente no han sido llamados para elegir puesto

La norma de limitar al máximo la compaginación de cargos también afectaría a dos ministros vocales en Ferraz: Pilar Alegría, líder de los socialistas aragoneses, y Óscar Puente, secretario provincial en Valladolid. Pero ninguno ha sido contactado para elegir cargo, según indicaron fuentes próximas a ambos a este diario, lo que hace suponer su continuidad. María Jesús Montero, vicesecretaria general del PSOE y, desde el pasado enero, jefa de los socialistas andaluces, también seguirá en la cúpula. A ellos tres se les aplicaría la excepción de la regla.

Quien no queda concernida por el artículo 3.10 de los estatutos es Pilar Bernabé, responsable federal de Igualdad, porque es a la vez responsable local (no provincial ni regional): es secretaria general del PSOE de la ciudad de Valencia. El nombre de la delegada del Gobierno en la Comunitat es uno de los que ha circulado con más fuerza en estas semanas como una de las posibles sustitutas de Cerdán en Organización.

En Ferraz alegan que muchos cambios no tienen que ver con Cerdán, sino que algunos integrantes de la cúpula han sido elegidos o ratificados como barones o mandos en sus territorios y había que hacerles optar

Fuentes de Ferraz insisten en que la salida de aquellos con doble cargo es lógica y que no obedece a un capricho, ni porque se les quiera ligar a Cerdán, sino porque varios de los integrantes de la cúpula fueron elegidos secretarios generales o mandos regionales de peso después del congreso federal de Sevilla, caso de Paco Lucas, Manuela Berges, Tania Baños o la propia Pilar Alegría. Así que ahora podría aplicárseles una norma que en diciembre pasado no les afectaba. Otros, en cambio, ya sí que eran líderes en sus territorios, como Sabrina Moh en Melilla o el ministro Óscar Puente en Valladolid y fueron ratificados.

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, preside la última reunión de la ejecutiva federal, ya sin Santos Cerdán en Organización, el pasado 16 de junio de 2025. | FLICK PSOE / EVA ERCOLANESE

A los primeros movimientos orgánicos se sumó otro de carácter político: el acto con mujeres, convocado a la carrera, este viernes en Ferraz, a las 16.30. Están citadas las secretarias de Igualdad de los territorios y las portavoces del ramo en las Cortes a un encuentro en el que participarán Sánchez, Montero, Narbona y Bernabé. Se celebrará a puerta cerrada, y el objetivo es analizar las medidas que se presentarán la mañana siguiente en el comité. En realidad, es un intento de la dirección de contener la profunda irritación que han dejado en el partido las vomitivas grabaciones del exministro José Luis Ábalos y su exasesor Koldo García en las que se les oye hablando de citas con prostitutas.

El presidente está convencido de que hay que endurecer el código ético y una de las propuestas que le han elevado es la expulsión directa de cualquier militante o dirigente que consuma prostitución. Habrá que ver la redacción final y cómo quedan los controles internos.

Sánchez protagoniza este viernes un acto de desagravio hacia las mujeres del partido tras las vergonzosas grabaciones de Ábalos y Koldo hablando de prostitutas. Se presentarán las medidas de endurecimiento del código ético que serán aprobadas por el comité al día siguiente

El comité federal del 5 de julio solo es la primera estación para Sánchez en menos de una semana. Ese día, él tendrá que examinarse ante los suyos, ante un partido que está sufriendo lo indecible tras el shock por el caso Cerdán y la vergüenza por la presunta corrupción y las expresiones machistas de Ábalos y Koldo. Pero el guion es el previsto: cambios en la dirección y revisión del código ético, sin volantazos, al menos por ahora.

El miércoles 9 será la siguiente pantalla, la de la comparecencia ante el Congreso, la más complicada. El jefe del Ejecutivo tiene a sus aliados parlamentarios muy revueltos, aunque no tienen intención de abandonarlo. Su socio de coalición, Sumar, no amenaza con romper el Gobierno, pero sí eleva el tono y pide reaccionar ya. Lo dijo este jueves la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz: la reunión de la víspera con el PSOE había ido "mal", y exigió a Sánchez que salga del "inmovilismo" y lance "señales" de que asume medidas de regeneración democrática antes incluso del comité, porque así "no se puede seguir". Díaz insistió en que los socialistas no son "conscientes de la gravedad" de la crisis que padecen. El presidente sabe que el enfado va a más y que el tiempo y la paciencia de sus socios no es infinito. Pero en su entorno no hablan por ahora de grandes giros sorpresivos, así que la duda es si la batería de gestos y medidas que se anunciarán desde el comité servirán para aplacar la ansiedad de su partido y del bloque de investidura.