Por cuestiones como el relevo generacional del electorado, en Vox insisten que la apuesta del partido es de futuro, de "al menos diez años" para conseguir llegar a máximos. En los últimos años, los nuevos partidos, como Podemos o Ciudadanos arrastraron notable voto joven de una nueva hornada de electores que ahora superan la treintena. La nueva experiencia para el voto joven es Vox, ya no tan nuevo frente a otros experimentos de corte nacionalpopulista como Se acabó la fiesta, pero que al menos en el electorado más conservador, se ha consolidado como una herramienta más atractiva que el PP.
El dominio del lenguaje de las redes, los liderazgos cada vez más jóvenes en la primera fila y un discurso radical y directo -a veces cargado de desinformación o medias tintas- que encaja a la perfección en un ambiente polarizado y dicotómico, explican en parte este proceso.
Por otro lado, aunque algunos votantes jóvenes criados en ambientes conservadores buscan unas siglas diferente a la que apoyan sus padres, para el nuevo votante general lo revolucionario y punki es ir contra lo establecido, contra una izquierda que lleva tres legislaturas y siete años en el poder y sigue sin garantizar perspectivas de futuro en cuestiones como el acceso a vivienda o la seguridad laboral. Y Vox ha sabido capitalizar ese desafecto con respuestas más radicales, al mismo tiempo que incorpora contenido que cuestiona algunos avances sociales como el feminismo o la libertad sexual, en el caso del aborto. Todo bajo la idea de que los tiempos pasados fueron mejores o de que "el PP y el PSOE son lo mismo", dicen en Vox.
Según cálculos del INE, en las próximas generales habrá 1,7 millones de nuevos votantes respecto a las pasadas elecciones
Este relevo generacional preocupa al PP al menos desde diciembre del año pasado. En Génova saben que se juegan atraer a un cúmulo de votantes importantes para aumentar su peso en las próximas elecciones, sobre todo cuando el Instituto Nacional de Estadística estima que en 2027 habrá 1,7 millones de nuevos votantes. De momento, las encuestas aprecian un pulso directo entre Vox, primero, y el PSOE, por ese nuevo votante y por el que ahora se mueve entre los 18 y los 24 años. Pero el CIS de octubre, independientemente de la atribución de porcentaje de voto a cada partido y la famosa cocina, ofrece microdatos que van más allá sobre esa competencia y el punto en el que queda el PP de Feijóo.
En un mes, de septiembre a octubre, según datos del organismo público, los populares pasan de tener una atracción del voto en la franja más joven del 14,7 al 7,8% del total de ese público en España, de acuerdo a la muestra de más de 4.029 entrevistas. Y Vox, crece del 21,6% al 23,3%. Abascal triplica el impacto en ese sector juvenil respecto a lo que consigue Feijóo. Y solo compite directamente con Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno capitaliza el voto progresista más juvenil a diferencia de Sumar. Le ven la apuesta útil frente a Sumar -y antes Podemos-, que competía directamente antaño con el PSOE por ese sector. Sánchez pasa del 15,1% al 24,7% en apenas un mes. Sumar se mantiene en el 4,4% de ese público más joven, aunque se acerca con un 12,7% al PSOE entre los 25-34 años.
Las diferencias entre PP, PSOE y Vox se replican en la siguiente franja de edad, aunque de manera más moderada. Entre los 25 y los 34 años, Abascal duplica a Feijóo. Ahora bien, se ha resentido un poco. Baja del 18,3% al 17,7%, mientras que el popular se mantiene firme en un 9,9%. Sánchez sí crece ahí, del 13,6% a los 15 puntos. De los 35 a los 54 años las tres fuerzas reducen sus distancias, y es en adelante cuando Vox baja notablemente dejando en la tercera edad el predominio a socialistas y populares.
La 'inversión' de futuro por la que apuesta Vox coincide en un momento de crecimiento electoral después del batacazo de las últimas generales y un inicio de año trastocado por el respaldo a Trump pese a las políticas arancelarias que perjudican a España o a su sector primario. Abascal se mueve entre un 16% y un 18% de la intención de voto de media en todos los sondeos, lo que supone un incremento notable respecto a su techo, un 15,08% en las generales de 2019.
El PP, a por todo contra Vox
El CIS de octubre sitúa a Sánchez a quince puntos de un PP con Vox pisándole los talones, y establece a Feijóo en los 19,8 puntos, un 3,9% menos que en septiembre. En la exposición de microdatos, ambos sondeos muestran un ligero crecimiento en los indecisos con Feijóo y en las trasferencias a Vox. También una reducción del trasvase de votante de Vox al PP. Los indecisos con Feijóo ya suponen el 10,7% y las fugas a Vox un 16%, lo que virtualmente supondría casi una pérdida de 2,18 millones de electores del 23-J sin contar el saldo positivo para Feijóo después de robar electores terceros nichos.
De acuerdo a la cifras del CIS, Feijóo perdería 1,3 millones de votos que irían a Vox. 873.200 estarían en duda si los indecisos terminan por irse
Los populares reaccionaron ante esta previsión a través de su vicesecretaria de Política Sectorial, Alma Ezcurra, este lunes, que en una rueda de prensa en Génova desdeñó el sondeo del CIS apuntando que "todas las encuestas que no firma un socialista otorgan la victoria al PP". "Si Sánchez creyese en la encuesta del CIS, había convocado elecciones. Yo creo que ya no se la creen ni sus propios afiliados", dijo la también eurodiputada. Pero lo cierto es que independientemente de la estimación de votos, otros sondeos privados publicados apuntan del mismo modo esa diferenciación entre la incidencia de Abascal y Feijóo entre los más jóvenes.
Un día antes de que saliera el CIS, GESOP publicó su barómetro trimestral. Replica a Vox como primera fuerza en las edades más jóvenes con un 20% del voto de los que se encuadran en los 18-44 años, con Sánchez en segunda posición y Feijóo en tercera, aunque bastante distanciados. La semana pasada, 40dB incidió nuevamente en ese escenario, con Vox en el 24% (18-24) y 25,9% (25-34 años), el PSOE en 22,4% y 20,4% respectivamente, y el PP en 10,9% y 9,9% en cada franja.
Antes de conocerse el CIS, Feijóo fue preguntado por el reto de atraer a ese voto joven, destacó que frente a lo que dicen algunos sondeos, SigmaDos destacó el lunes pasado una situación completamente distinta: con el PP en el 30,3% entre 18 y 29 años, y el 29,3% entre los 30 y los 44, el PSOE en 19,3% y 22,1%, y Vox en tercer lugar con el 22,7% y el 17,5% en cada franja. Con cifras menores replicó ese escenario NC Report el mismo día. Sin entrar en materia, sí precisó que el reto es convencer a los electores de Vox de que "solo el PP puede conseguir un cambio" que termine con Sánchez. Volvió a la idea del voto útil. Además, reprochó a Abascal participar en "una pinza" con el PSOE para desgastarle.
Por ahora el PP se ve obligado a competir por algunas banderas con Vox en ese intento de resultar más atractivo a sus electores, principalmente hablando de vivienda, de campo y de inmigración, aunque desde una perspectiva razonable que rehúya el populismo o "el fanatismo", dicen fuentes nacionales del partido. De hecho, este martes el PP presenta en Cataluña su plan sobre inmigración. Ante ello, o la dureza del PP de Madrid respecto a "las listas negras" de objetores de conciencia, en Vox sostienen que cualquier movimiento que hagan en el PP ya "no tiene credibilidad" y que frente a su "compromiso", Génova solo atiende a lo que digan las encuestas para posicionarse.
En Bambú saben que estos asuntos son espinosos, por lo que endurecen mucho más sus posiciones para ver hasta dónde puede llegar el PP a sabiendas que por su parte, no se puede perder electorado, pero Feijóo por el centro sí.
En Vox, en parte por ese crecimiento entre los más jóvenes, tienen buenas perspectivas de cara a comicios como los de Andalucía. De hecho, internamente en el PP aprecian la posibilidad de que los de Abascal adelanten al PSOE en las próximas autonómicas en Huelva y Almería. El líder del PP-A, Juanma Moreno, reconoce que puede terminar dependiendo del apoyo o la coalición con Vox para seguir en el Gobierno.
Otro de los elementos que explica ese 'atractivo' de Vox frente al PP entre los jóvenes, es su alianza con los principales liderazgos internacionales. Desde Donald Trump en Estados Unidos a Giorgia Meloni, Marine Le Pen o Viktor Orbán en Europa. Son dirigentes medianamente reconocibles porque dominan las redes, algo que los socios del PP en Europa por ejemplo no consiguen del mismo modo. Fuera del continente, los aliados de Feijóo en el poder son mínimos.
Volatilidad y menor peso electoral
En los últimos meses el PP se ha movido para intentar seducir más a ese voto juvenil, entre otros, con más participación en redes, entrando en ellas en la batalla cultural o cambiando las fórmulas de comunicación bajo el asesoramiento de expertos en comunicación política como Aleix Sanmartín, que previamente ha trabajado con Sánchez. De hecho, se han hecho habituales los enfrentamientos directos con Vox en plataformas como X.
En el PP confían a que en un momento concreto haya un cambio, dado que entienden -también lo trasladan politólogos- que el voto joven es muy "volátil". Igualmente, aunque no quieren descuidar el foco de los segmentos más jóvenes del electorado, son conscientes que por ahora tienen un menor peso electoral y miran a la competencia directa con el PSOE por los mayores de 50 años. Ahí, dicen, se la juegan.
En tres meses el PSOE ha pasado de ser el menos votable en el CIS entre los jóvenes frente a Vox y PP, a ser antagonista de Abascal entre ese público
En el ámbito politológico también se destaca que el actual escenario de previsión de voto se da sin unas generales en el horizonte, y que dependerán de las perspectivas o de lo fuerte o no que estén los partidos del bloque de izquierdas que el voto juvenil de la derecha pueda variar hacia posiciones 'seguras' o para reafirmar las preferencias. Génova inició el curso convencido de que puede rearmarse. Entonces, en el CIS [con datos del previo, de julio] recortaba las distancias entre PP y Vox en ese tipo de voto.
De 18 a 24, Feijóo se llevaba al 14,1% mientras que Abascal lo hacía en un 25,1%. El popular superaba ligeramente a Sánchez (12,9%), en su peor momento, tras el caso Cerdán. Entre los 25-34 años, las distancias se acortaban, en un 16,6% para el PP y en un 20,2% para Vox, con Sánchez en un 9,9%. Entre los barómetros de julio, septiembre y octubre se percibe esa reconfiguración entre dos bloques para los jóvenes, con muchos indecisos de por medio y también personas que irán al voto en blanco o la abstención.
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