Las placas de tres víctimas de ETA asesinadas en la localidad vizcaína de Durango han amanecido esta mañana vandalizadas. Dos de ellas con una pintada en la que se podía leer 'Gora ETA'. Las placas en su memoria habían sido instaladas el pasado jueves y formaban parte de una medida de memoria con la que se quiso recordar a las nueve víctimas que la banda terrorista provocó en el municipio.

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El concejal del PP, Carlos García, que había impulsado la medida, ha condenado los hecho y ha asegurado que "no vamos a a permitir que queden impunes". Ha anunciado que interpondrá una denuncia por delitos de odio y daños contra los autores de los ataques. García ha señalado que mientras las placas quedarán limpias hoy mismo, lo que "jamás" quedará limpia será "el alma sucia de quienes lo han perpetrado y de quienes les jalean".

Las tres víctimas cuyas placas han sido atacadas son las que recuerdan a Jesús María Pedrosa, concejal del PP en la localidad; Pedro Ruiz, policía municipal de Durango asesinado el 28 de abril de 1979 y el teniente coronel, José María Urquizu Goyoaga, asesinado por ETA el 13 de septiembre de 1980.

Jesús María Pedrosa Urquiza tenía 57 años cuando lo mataron. Volvía a su casa, después de acudir a misa, cuando un miembro de ETA a cara descubierta se le acercó por la espalda. Sólo disparó una vez, a la altura de la nuca. La muerte fue instantánea. Hacía tiempo que el concejal había renunciado a llevar escolta. Dos días después, una multitudinaria manifestación llenó las calles al grito de "¡libertad!". Por el momento se desconoce la autoría material del atentado.

El teniente coronel de Farmacia, José María Urquizu fue asesinado cuando se encontraba en la farmacia familiar. Aquel 13 de septiembre de 1980, dos miembros de ETA accedieron al local con la excusa de analizar una muestra de sangre. Cuando José María se encontraba inclinado analizando la muestra sobre el microscopio los terroristas le dispararon mortalmente.

Pedro Ruiz Rodríguez fue policía municipal de Durango. Cuando ETA la asesinó el 28 de abril de 1979 se encentraba regulando el tráfico en el Cruce de la Magdalena de Durango. Su mujer se encontraba embaraza.

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