Mathieu Van der Poel se proclamó campeón del mundo de ciclismo en ruta tras una carrera que se interrumpió durante casi una hora por culpa de unos manifestantes. El neerlandés aprovechó el parón y pidió permiso a los dueños de una granja cercana para utilizar su baño. Y así es como Van der Poel podría haber ganado el maillot arcoíris, y es que defecar mejora el rendimiento de los atletas en un 17 por ciento según un estudio del ‘Journal of the International Society of Sports Nutrition’.

En dicho estudio, 15 triatletas experimentados, divididos en dos grupos, se sometieron a una prueba de esfuerzo incrementar que comenzó con 100 vatios y que se elevaba 25 vatios cada 3 minutos. Uno grupo había defecado antes y otro no.

Según determinó la investigación, «la defecación reduce la presión arterial sistólica de 115 a 111 mmHg y la diastólica de 65 a 61, mientras que el tiempo de esfuerzo hasta el agotamiento mejora de 1624 segundos (27 minutos) a 1902 (casi 32)». Además, «La defecación aumentó la sangre en la región prefrontal del cerebro y provocó una mejor oxigenación subombligo. De este modo se logra un mejor reclutamiento de unidades motoras a nivel cerebral».

La exhibición de Van der Poel tras defecar

El ciclista neerlandés Mathieu Van der Poel se proclamó este domingo campeón del mundo de ciclismo en ruta en los Mundiales que se están disputando en Glasgow, después de marcharse en solitario a 22 kilómetros del final del técnico recorrido urbano de 271,1 kilómetros.

El nieto del mítico Raymond Poulidor, de 28 años, completó una de las gestas más gloriosas de la historia de los Campeonatos del Mundo; saltó de entre los favoritos (el belga Wout Van Aert, el esloveno Tadej Pogacar y el danés Mads Pedersen) en pleno repecho, a 22 kilómetros para meta, después de que los cuatro diesen caza al italiano Alberto Bettiol, que se había escapado unos kilómetros antes, imprimiendo un ritmo endiablado que no pudieron reproducir sus perseguidores.

Ni siquiera una caída a 16 kilómetros lastró su ambición. Con un tiempo de 6:07:27, el del Alpecin-Deceuninck cruzó la línea de meta y aventajó en 1:37 al belga Wout Van Aert, plata este domingo, y en 1:45 al esloveno Tadej Pogacar, segundo clasificado del pasado Tour de Francia y que entró justo por delante del danés Mads Pedersen, con el mismo tiempo, para llevarse la medalla de bronce.

De esta manera, Van der Poel, cinco veces campeón del mundo de ciclocross, toma el relevo del belga Remco Evenepoel, ganador de la prueba en 2022, y confirma su gran año, en el que también se ha adjudicado las clásicas Milán-San Remo y París-Roubaix. Todo un homenaje a su abuelo 'Pou Pou'. Todo en una carrera que tuvo que ser detenida durante casi una hora después de que un grupo de manifestantes contra la explotación indiscriminada de petróleo interrumpiese a los corredores a falta de 190 kilómetros para la llegada; los individuos se pegaron con pegamento a la carretera en torno al valle de Carron, entre Edimburgo y Glasgow, y la acción se paró, momento que aprovechó Mathieu Van der Poel para defecar.

Antes, una decena de ciclistas había protagonizado la primera escapada del día. En la reanudación, el ritmo subió decididamente y fueron muchos los que presentaron su candidatura, como Evenepoel, el propio Van der Poel o outsiders como el estadounidense Neilson Powless. La caída del ecuatoriano Jonathan Narváez, con algo más de 42 kilómetros por delante, provocó un corte en el pelotón que dejó a los cuatro protagonistas del día solos, y solo a 22 kilómetros de meta se dictó sentencia, con Van der Poel como juez.