El escándalo del dieselgate tiene un nuevo protagonista. Daimler, el mayor fabricante europeo de vehículos por valor de mercado, está siendo investigados por haber falseado las emisiones de alrededor de un millón de vehículos con motores diésel a lo largo de la última década, según ha informado el medio alemán Süddeutsche Zeitung.

Según estas informaciones, las autoridades alemanas llevan tiempo investigando a la firma matriz de la marca Mercedes y, de hecho, ya realizaron una serie de redadas en sus instalaciones el pasado mes de marzo. Las sospechas recaen en los motores OM 642 y OM 651, que contarían, según dichas informaciones, con un dispositivo ilegal para falsear los datos de emisiones durante los test a los que son sometidos.

Este tipo de motores se encontrarían en alrededor de un millón de vehículos vendidos desde 2008 tanto en Europa como en Estados Unidos. Esto supone una notable amenaza para Daimler, ya que, hasta la fecha, las autoridades estadounidenses se han mostrado mucho más estrictas a la hora de castigar este tipo de infracciones. Sin ir más lejos, Volkswagen ha tenido que pagar más de 25.000 millones de dólares de multas en territorio estadounidense, desde que se descubrió el fraude de las emisiones diésel en septiembre de 2015.

Precisamente, en las últimas semanas la sombra de la sospecha ha recaído sobre algunas marcas del grupo Volkswagen, como Audi y Porsche, que también podrían haber falseado los datos de emisiones de algunos de sus motores diésel. Además, otras compañías como Fiat Chrysler y Renault también han sido investigadas por conductas similares.

Los inversores han recibido esta mañana las noticias sobre la implicación de Daimler en el escándalo con cierta cautela. Las acciones del fabricante alemán de automóviles con recortes en el entorno del 3% que posteriormente se han limitado a alrededor del 1%. Desde el inicio del año pierden algo más del 8%, lo que sitúa su capitalización ligeramente por encima de los 68.000 millones de euros.

Algunas primeras estimaciones citadas por Bloomberg, cifran en al menos 500 millones de euros el coste que tendría para la compañía actualizar los dispositivos instalados en los motores afectados. No obstante, el coste final para Daimler dependerá, en buena medida, de hasta que punto se considere que los dispositivos ilegales fueron instalados con propósito de engaño o si el caso responde a algún error de cálculo en su configuración.

Desde la compañía se han limitado a señalar su disposición a colaborar con la justicia.