Los problemas organizativos de Ryanair van a dejar en tierra miles de sus vuelos. El gigante del bajo coste ya ha confirmado la suspensión de casi 2.100 vuelos en apenas mes y medio por la falta de plantilla, fundamentalmente de pilotos. La compañía asegura que se debe simplemente a que se “ha hecho un lío” con la organización de sus vacaciones, pero algunos no volverán de sus libranzas por que 140 de ellos han sido fichados por su rival Norwegian.

De los dos millares de los vuelos suprimidos, 514 se trata de conexiones desde o hacia aeropuertos españoles desde el pasado sábado hasta el próximo 28 de octubre. España, el segundo mayor mercado en el negocio de la aerolínea de bajo coste por detrás de Reino Unido, concentra así una cuarta parte de todas las cancelaciones, a razón de unas 12 cada día.

El Ministerio de Fomento ha abierto un expediente informativo a la aerolínea irlandesa para verificar el “estricto cumplimiento” de los derechos de los pasajeros ante la reprogramación de operaciones de la compañía. La sanción a la que se expone Ryanair por la cancelación masiva puede ascender como máximo a 4,5 millones de euros, según ha confirmado el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, en una entrevista con RNE.

De la Serna ha remitido una carta al consejero delegado de Ryanair, Michael O'Leary, para “dar cuenta de la gravedad de la situación y de la apertura del correspondiente expediente”. La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) es la encargada de establecer el gravedad de las infracciones. Y según la normativa vigente, las sanciones para los comportamientos más graves pueden ascender a esos 4,5 millones.

En paralelo, la propia Ryanair que deberá pagar compensaciones económicas a los clientes de los 2.100 vuelos cancelados por un importe cercano a los 20 millones de euros, confirmando las cifras que había anticipado la Comisión Reguladora de Aviación irlandesa (CAR). A esas indemnizaciones deberán sumarse otros 5 millones en tasas perdidas.

Los aeropuertos españolas más afectados son los de Madrid y de Barcelona, pero también habrá vuelos que no se operarán en Alicante, Valencia, Ibiza, Menorca, Palma de Mallorca, Sevilla, Jerez de la Frontera, Málaga, Santiago o Vigo, entre otros centros. Las suspensiones de vuelos en España afectarán a unos 80.000 pasajeros, y el total de cancelaciones a unos 315.000 viajeros en toda Europa.