Santander ha concretado hoy las áreas que se verán afectadas por el ERE (Expendiente de Regulación de Empleo) que afectará en torno a 1.500 empleados de Santander y de Popular, entidad que adquirió el 7 de junio por un euro, tras ser rescatado por Europa antes de su colapso por falta de liquidez.

Hasta la fecha, el grupo que preside Ana Botín había señalado que las salidas afectarían a los Servicios Centrales. En una reunión celebrada hoy, Santander ha detallado a los sindicatos las áreas que se verán afectadas en ambas plantillas.

Los traslados afectarán a los empleados del área de Tecnología y Operaciones de Popular

Los despidos se articularán a través de dos ERE. En el caso de Popular, el ERE afectará a servicios centrales en Madrid y Cataluña, y a las áreas de Auditoría, Recuperaciones de mora, Servicios Centralizados y Prevención de Riesgos Laborales.

En Santander las bajas procederán de los Servicios Centrales en Madrid (Boadilla, Marpe y Mesena), Recuperaciones y UCR (Unidades de Control de Red), en diversas provincias de toda España.

Desde CCOO consideran que la salida de 1.500 empleados es una cifra demasiado elevada e insiste en el carácter voluntario de las salidas. Santander prevé que el ERE afecte a 2.000 empleados, de los que en torno a 575 procedentes de las áreas de Tecnología y Operaciones de Popular serán trasladados a otras áreas del grupo.

En la citada reunión, la empresas y los representantes sindicales han fijado el próximo 16 de noviembre para iniciar el periodo legal de consultas.

Bloqueo al bonus de la red

En medio de las negociaciones del ERE, Santander ha decidido bloquear el bonus de la red comercial de Popular. La medida afecta a alrededor de los 7.000 empleados que trabajan en las oficinas.

Santander ha eliminado de facto un complemento salarial que los trabajadores deberían haber cobrado ya por el cumplimiento de sus objetivos comerciales.

Aunque no hay cifras oficiales, se estima que los trabajadores de las oficinas que lograban alcanzar las métricas fijadas por la cúpula recibían al año entre 300 y 500 euros en concepto de bonus, mientras que los directores de las sucursales cobraban entre 600 y 1.000 euros.

En pleno proceso de integración de ambas plantillas y con un ERE (Expediente de Regulación de Empleo) en negociación, las unidades de auditoría del grupo están citando a trabajadores para comprobar ciertos apuntes contables que cuestionan el cobro del bonus.