Las incertidumbres en torno al proceso secesionista catalán han espantado a los inversores internacionales. Así se desprende de los datos de inversión directa extranjera en España en el tercer trimestre de 2017. Según las cifras que maneja el Ministerio de Economía, las entradas de flujos de inversión con origen fuera de las fronteras españolas se desplomaron en Cataluña hasta los 519 millones de euros entre los meses de julio y septiembre, un 74,94% menos que en el mismo periodo del año anterior, cuando alcanzaron los 2.071 millones.

El descenso experimentado por la inversión extranjera en Cataluña no es el más elevado entre las regiones españolas en este periodo, pero sí marca un claro contraste con la evolución de las comunidades de más peso económico. Así, durante el tercer trimestre del presente ejercicio las inversiones en Madrid se elevaron un 20%, hasta los 2.870 millones de euros; en País Vasco repuntaron un 122%, hasta los 374 millones; y en la Comunidad Valenciana alcanzaron los 465 millones, un 594% más que en el año previo.

Las malas cifras de Cataluña explican, según una nota interna del Ministerio, el mal desempeño de la inversión extranjera en el conjunto del país, donde se redujo un 42,91%, hasta los 4.673 millones de euros.

Cataluña ya es la tercera región que más inversiones extranjeras ha recibido en 2017, superada por País Vasco

Durante los primeros nueve meses del año, Cataluña ha recibido flujos de inversores foráneos por valor de 2.113 millones de euros, lo que le relega a la tercer posición entre las regiones españolas, superado por País Vasco. Madrid sigue ostentando la primera posición en este ránking.

Aunque estos datos no recogen el impacto de los acontecido a partir del referéndum del 1 de octubre, puede entenderse en parte como reflejo de cómo la incertidumbre generada por todo el proceso secesionista ha provocado una retracción de la inversión extranjera. Ya durante el tercer trimestre el Gobierno catalán fue perfilando todo el entramado legislativo que permitió la celebración de la votación independentista.

Las organizaciones empresariales vienen advirtiendo desde hace varios meses de la necesidad de que la certidumbre jurídica volviera a implantarse en Cataluña para volver a captar fondos de inversión extranjeros. Las agencias de ráting e inversión también han puesto sobre la mesa el impacto negativo en las inversiones en la región que podría devenir de las incertidumbres generadas por el movimiento independentista y que podrían conducir a Cataluña a la recesión.

A la espera de datos que muestren la evolución de la economía catalana en el último trimestre de 2017, el ministro de Economía Luis de Guindos anunciaba recientemente que los ritmos de crecimiento de la región habían descendido a la mitad en los últimos meses.

La huida masiva de empresas de Cataluña y distintos datos de actividad en sectores como el hotelero o el del alquiler de oficinas también parecen reflejar el impacto negativo del desafío soberanista en la economía catalana.