Economía

El Gobierno fuerza a Telefónica a seguir con las cabinas y las guías de teléfonos hasta 2019

Cabina telefónica en la Gran Vía de Madrid.

Cabina telefónica en la Gran Vía de Madrid. GIULIO M. PIANTADOSI

Telefónica estará obligada a mantener la red de cabinas públicas y el servicio de listín de números de teléfono al menos otro año más. El Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital ha comunicado ya a la compañía su decisión de prorrogar hasta el final de este año su obligación de seguir gestionando las cabinas y la elaboración de las guías.

La anterior concesión de ambos servicios expiró el 31 de diciembre de 2016, y el Gobierno tenía que encontrar una solución e imponer la prestación de ambos a una empresa después de que los concursos públicos convocados para adjudicarlos quedaran desiertos.

La elegida fue Telefónica, que ya se encargaba de todo el paquete de servicios garantizados en el denominado servicio universal de telecomunicaciones. En un principio, la intencisón del Ministerio comandado por Álvaro Nadal era endosar a Telefónica la obligación de seguir con las cabinas y los listines durante tres años más, hasta finales de 2019.

Tras la queja de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC), que denunció que no se podía forzar a una empresa a cargar con un servicio de obligación pública durante tres años cuando los concursos que quedaron desiertos sólo tendrían vigencia durante uno, el Gobierno optó por una solución intermedia.

Telefónica pierde cada año 5 millones con una red de 18.000 cabinas, de las que la mitad no se usa nunca

La Secretaría de Estado de Sociedad de la Información y Agenda Digital obligó a Telefónica a seguir con ambos servicios durante el año 2017, pero con opción de prorrogar la concesión otro año más si ambas prestaciones siguen entonces formando parte del servicio universal. Y es a esta última opción a la que se ha agarrado el Ministerio ahora para alargar la vida de las cabinas públicas y de continuar con los listines.

La Comisión Europea considera la obligación de servicio pública obsoleta y recomienda a los estados comunitarios su eliminación. Y la propia CNMC ha solicitado formalmente al Gobierno que se replantee el mantenimiento de ambos servicios dentro del servicio universal dado su escasa utilización. El uso de cabinas ha caído en picado en un país con más de 51 millones de líneas de teléfono móvil  y es un servicio claramente deficitario.

La mitad de las cabinas no se usa nunca

El actual servicio universal garantiza que tiene que haber como mínimo un teléfono público en cada municipio de 1.000 o más habitantes, a los que se sumaría uno más por cada 3.000 habitantes. En caso de localidades menores, habla de una cabina cuando esté justificado.

La compañía sólo repartió 50 guías en papel por encargo en todo 2017

En España, según los datos de Telefónica, actualmente quedan 18.000 cabinas, apenas un tercio del máximo histórico de 55.000 teléfonos en la vía pública que se alcanzó en 1999. De ellas, de acuerdo con fuentes del sector, 12.000 ya no son rentables y las que lo son no cubren la rentabilidad del conjunto del servicio. Telefónica pierde unos 5 millones de euros al año por ellas, según fuentes del mercado.

Alrededor de la mitad de las cabinas repartidas por España no cursan ni una sola llamada. Ninguna. En total, en las cabinas ubicadas en la vía pública se realizan unas 750.000 llamadas al mes, esto es, poco más de una llamada por cada teléfono y día.

En paralelo la utilidad de los listines está en entredicho en la era de internet y cada vez son menos demandadas. La compañía está obligada a mantener la base de datos de números, y sólo reparte guías en papel si un usuario lo solicita: el año pasado sólo entregó unas cincuenta guías impresas en toda España.

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