La deuda española está experimentando un arranque de 2018 muy positivo. Los inversores parecen haber dejado atrás cualquier recelo sobre las incertidumbres políticas que agitaron al país en el último tramo del año anterior y redoblan su apuesta por los bonos españoles.

De este modo, la prima de riesgo mantiene en las últimas semanas una progresiva marcha descendente que le ha llevado a situarse a un paso de su mejor nivel desde 2009, antes de que se desencadenara la crisis del euro que situó a España al filo del rescate financiero.

El diferencial entre el interés del bono español y el alemán se ha situado al cierre de este jueves en los 92 puntos básicos, una cota que en los últimos nueve años sólo llegó a mejorar en marzo de 2015, cuando se inició el programa de compra de deuda pública por parte del Banco Central Europeo (BCE).

Los expertos explican esta reducción de la prima de riesgo por la creciente convicción en el mercado de que, a pesar de las tensiones generadas por la crisis catalana, la economía española sigue dando muestras de solidez que le permitirán mantener en 2018 unas elevadas tasas de crecimiento. La agencia Fitch pronosticaba recientemente que el país seguirá creciendo por encima de la media este año y el siguiente.

La confianza en la fortaleza de la economía sigue respaldando el apetito por los bonos españoles

Precisamente Fitch se pronunciará este viernes sobre la calificación de la deuda española. La agencia, que otorga a España un rating de BBB+, revisó el pasado mes de julio la perspectiva de esta nota a positiva, resaltando la fortaleza de la recuperación de la economía. Desde entonces, sin embargo, la crisis secesionista catalana ha llevado a las distintas agencias a posponer cualquier mejora de la calificación del país.

La mejora de la prima de riesgo española se produce en un contexto de repunte casi generalizado de los tipos de la deuda global, más notorio en los bonos que ofrecían un menor rendimiento, ante la expectativa de que los bancos centrales aceleren en los próximos trimestres el proceso de normalización de la política monetaria, tras años de estímulos extraordinarios.

De hecho, la reducción del diferencia responde, en buena medida, al repunte del interés del bono alemán a 10 años, que ha alcanzado el 0,57%, veinte puntos básicos más que hace un mes. En ese plazo, la rentabilidad de los títulos españoles también se ha incrementado, pero en mucha menor cuantía: sólo seis puntos básicos. En este periodo, sólo Grecia y Portugal han tenido un desempeño mejor.

El interés de los inversores por la deuda española también ha quedado refrendado este jueves en la subasta de deuda que celebró el Tesoro. La institución que preside Emma Navarro ha captado 4.093 millones de euros, en títulos a 5, 15 y 30 años. La demanda de bonos duplicó lo adjudicado, lo que favoreció una rebaja de los intereses asumidos respecto a la última subasta de estas referencias.