Economía

Saracho exigió silencio a Ron para vender Popular un mes antes de la intervención

Miguel Ángel Moral, entonces secretario general técnico de Popular, y Ron se reunieron en secreto en casa de un ex ministro, en un encuentro orquestado por Saracho

Saracho exigió silencio a Ron para vender Popular un mes antes de la intervención
Emilio Saracho (izquierda) sustituirá a Ángel Ron al frente del Popular.

Las últimas semanas antes de su resolución de Banco Popular por parte de Europa y su venta exprés a Santander por un euro estuvieron plagadas de intrigas. Un episodio significativo que pone de relieve las posturas encontradas para gestionar la crisis de la entidad fue una reunión secreta que mantuvieron Miguel Ángel Moral, entonces secretario general técnico de Popular, y Ángel Ron, ex presidente, en casa de un ex ministro.

Fue el 11 de mayo. El lugar del encuentro fue definido como "zona neutral" y el artífice del encuentro, aunque no asistió, fue Emilio Saracho, presidente del extinto banco.

Según ha podido saber El Independiente, Saracho pidió a Moral que organizase la reunión con Ron y su esposa para "exigirles silencio". Moral trasladó al ex primer ejecutivo del banco "la determinación de Saracho de vender la entidad". Ese mismo día, El Confidencial publicó que había encargado la venta urgente del grupo por riesgo de quiebra, noticia que precipitó la salida de pasivo.

Saracho quería silencio para ejecutar su plan, que consistía en hacer una operación barata. La venta se complicó con la caída de la liquidez"

"Saracho quería silencio para ejecutar su plan, que consistía en hacer una operación barata. Sin embargo, vio que la venta se complicaba con la caída de la liquidez. Y eso generaba otro problema adicional, ya que para realizar la ampliación necesitaba bajar el precio de la acción. Pero con la caída del valor en Bolsa, los depósitos peligraban", explican fuentes conocedoras de las conversaciones.

"Cuando vio que la venta se frustraba, la ampliación se convirtió en el plan central. De hecho, Barclays y Deustche Bank llegaron a garantizar 2.000 millones de euros, cada uno, al tiempo que Antonio del Valle y otros amigos inversores se prepararon para respaldar la operación. Sin embargo, la liquidez agotó los plazos que barajaba Saracho y la liquidación se precipitó", aseguran las mismas fuentes. "Estaba previsto anunciar una ampliación del día 12 de junio, pero la noche del 6 el banco fue liquidado", añaden.

Popular cayó el 6 de junio. El 12 de ese mes estaba previsto que se anunciase una ampliación de capital apoyada por Del Valle y otros inversores

Fuentes próximas a Popular, que siguieron de cerca las negociaciones durante esos días, aseguran que "Santander, que días antes de la intervención había manifestado de modo informal su interés en hacerse con Popular por pocos miles de millones, retiró su oferta. La sangría de las cuentas de Popular, dada la masiva salida de depósitos, se convirtió en su mejor baza. Ana Botín sólo tuvo que esperar a que el banco colapsase falta de liquidez para quedarse con el banco por un euro simbólico".

Entretanto, BBVA había llegado a ofrecer 5.500 millones de euros en noviembre de 2016, cuando la valoración del grupo rondaba los 6.500 millones, según manifestó Ron en una entrevista en exclusiva concedida a El Independiente.

En la reunión mantenida entre Ron y Moral, éste dio un toque de atención a Ron, al insinuar que estaba alentando las denuncias de los minoritarios ante la CNMV.

El propio Ron, explicó que "cuando Saracho entró en el banco comentó a los directivos que él era banquero de inversión y que desconocía, por tanto, la gestión de un banco comercial. De hecho, repetía que no estaba entre sus objetivos gestionar la entidad. Él mismo señalaba que era experto en creación de valor, algo que pensaba conseguir con la venta del banco o una ampliación de capital. Personalmente, creo que se inclinaba más por lo primero. Días después, decía que la acción estaba cara, que había que hacerla caer, aunque fuese a costa de asustar al mercado y a las instituciones. Desde el principio, manifestó su voluntad de meter presión a los supervisores y al poder político para que le facilitasen una operación corporativa. Yo le advertí que esa estrategia era muy peligrosa".

Y añadió.: "Saracho conseguía tirar sistemáticamene la acción con sus comunicaciones. Descarto que quisiese que la acción valiese cero, pero claramente quería bajar su precio".

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