Economía | Transporte

Alemania se lanza a crear un imperio de transporte de tren y bus entre España y Portugal

Deutsche Bahn, a través de Arriva, quiere combinar una nueva línea de tren entre A Coruña y Oporto con sus redes de autobús en la zona para controlar las conexiones en el norte de ambos países. El siguiente paso, ampliar la conexión hasta Lisboa.

Un tren de CP (Portugal) y otro de Renfe parados en una estación, en andenes contiguos.

Un tren de CP (Portugal) y otro de Renfe parados en una estación, en andenes contiguos. WIKIMEDIA

La alemana Deutsche Bahn quiere entrar de lleno a competir con Renfe en el mercado español de tren. El grupo público germano, a través de su filial Arriva, ha enviado ya la solicitud a la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) para abrir el próximo año una ruta ferroviaria internacional entre A Coruña y Oporto.

Pero el plan de Deutsche Bahn (DB) va más allá de aprovechar simplemente la liberalización de las conexiones internacionales de tren en Europa. Su objetivo es combinar la nueva conexión ferroviaria con su ya amplia presencia en el negocio del transporte por carretera tanto en Galicia como en el norte y centro de Portugal para crear un nuevo imperio intermodal en ambas regiones, según se recoge en la documentación elaborada por el grupo alemán y a la que ha tenido acceso El Independiente.

A Coruña-Oporto… y a medio plazo Lisboa

Los planes de Arriva Spain Rail, la filial ferroviaria española de DB, pasan por abrir la ruta entre A Coruña y Oporto el 17 de julio de 2019. Una conexión que contaría con paradas en otras ciudades gallegas (Santiago de Compostela, Vilagarcía de Arousa, Pontevedra, Vigo) y portuguesas (Valença do Minho y Nine), a las que se podrían sumar otros destinos intermedios.

Las estimaciones de DB prevén 800.000 pasajeros y expandirse hacia Lisboa

Las estimaciones del grupo contemplan que la conexión entre ambos países concentrará una demanda que puede alcanzar los 800.000 pasajeros al año (con un suelo mínimo de unos 360.000 viajeros previstos).

La duración de cada trayecto sería de 2 horas y 48 minutos para cubrir los 342 kilómetros entre ambos extremos, y contaría con cuatro frecuencias diarias, dos por cada sentido. Las conexiones, en principio, se operarán con dos trenes tipo Talgo Pendular, con capacidad para 220 pasajeros.

Arriva quiere operar con un Talgo Pendular con capacidad para 220 pasajeros

Actualmente la operadora pública portuguesa Comboios de Portugal (compartiendo los costes de explotación con Renfe) opera la ruta entre Oporto y Vigo, con dos frecuencias diarias y un tiempo de 2 horas y 20 minutos para recorrer 185 kilómetros.

El proyecto de Deutsche Bahn va más allá y pasa por extender desde un primer momento esa conexión hasta A Coruña. Pero, además, la compañía alemana pretende a medio plazo acabar extendiendo la conexión hasta la misma Lisboa.

Integración con el bus

Deutsche Bahn no se conforma con explotar la nueva ruta de tren. Sus planes pasan por aprovechar la amplia presencia en el negocio del autobús del grupo Arriva tanto en Galicia como en el norte y el centro de Portugal para integrar comercialmente ambos medios de transporte y crear un negocio intermodal a ambos lados de la frontera.

Arriva, de origen británico pero ahora controlado por la germana DB, es un grupo precisamente volcado como actividad princiapl en el transporte terrestre por carretera y que cuenta con presencia en España desde 1999.

La firma tiene ya 500 autobuses en Galicia y Portugal

La compañía cuenta con una potente presencia en el negocio del autobús en Galicia, con una flota de 224 autobuses que transporta 5 millones de viajeros al año, en rutas que conectan Santiago de Compostela, A Coruña, Lugo, Orense, Ferrol y numerosas localidades de mediano y pequeño tamaño. Además, Arriva tiene basados otros 230 autobuses en el centro y norte de Portugal, donde cuenta con un negocio de 16 millones de viajeros.

“La nueva línea internacional A Couruña-Oporto diseñada por Arriva pretende no sólo competir con los modos actuales (tren, autobús y automóvil), sino crear su propia demanda (…) y, por otro lado, integrar la oferta en una amplia oferta de transporte local en autobús en las áreas de A Coruña, Santiago de Compostela y Grande Porto”, explica Arriva en la documentación remitida a la CNMC.

En Galicia desde 1999

Fundada en los años 30 del siglo pasado en Sunderland (Inglaterra), en 2010 Arriva pasa de ser una empresa privada del Reino Unido a ser absorbida por dinero público; y no por el de un estado miembro cualquiera, sino por el del país motor de la UE, Alemania, a través de su operadora ferroviaria Deutsche Bahn. DB-Arriva entra en España en 1999 y se hace fuerte en Galicia al adquirir tres compañías medianas (Ideal Auto, Transportes Finisterre y Rutabús).

En 2008 Arriva despega definitivamente en las carreteras españolas al comprar la empresa De Blas y Cia, muy importante en el eje Madrid-Alcorcón-Móstoles. "Muchos en el sector pensábamos que iban a crecer mucho antes, pero no: Arriva avanza lentamente pero con seguridad en mercados muy cerrados", explica una fuente del gremio del transporte por carretera. También tienen concesiones de autobús en Palma de Mallorca.

"El interés de DB es indudablemente el AVE, pero quieren ir poco a poco"

"Su interés es indudablemente el AVE", indica otra persona más relacionada con los entresijos ferroviarios. En lugar de optar por la alta velocidad para penetrar en la red ferroviaria española, como intenta Air Nostrum, "la estrategia de Deutsche Bahn pasa por adquirir experiencia y know-how en la red convencional", agrega la misma fuente. El futuro AVE privado no pivotará en torno a una empresa, sino que lo más probable es que se base en alianzas entre empresas. Y DB quiere estar en el mercado cuando esto ocurra.

Los trayectos internacionales están liberalizados desde 2010 en la UE, aunque no hay ninguna firma privada (sí pública, SNCF o CP Comboios) que compita con Renfe en España. Con 55.000 empleados y una flota de 19.500 buses, según la web de la filial, Arriva es un rival peligroso para Renfe. "Intentarán que Renfe les alquile trenes", señala un tercero, "y si no lo consiguen, que es bastante probable, comprarán ellos mismos su propia flota. Dinero no les falta".

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