La situación de la llegada del AVE a Murcia es técnicamente tan compleja que hay que hacer un máster para entenderla: tras los disturbios de otoño pasado, el anterior ministro de Fomento Íñigo de la Serna aceptó soterrar los accesos de la alta velocidad como exigen los vecinos del sur desde 30 años. Sin embargo el PP murciano, que gobierna la región desde 1995, exigía por su parte que el AVE llegase antes de las elecciones municipales y autonómicas de 2019, así que De la Serna transigió también: para ello se acopló un muro hecho de pantallas de metacrilato que suprime los pasos a nivel que cruzan las vías y aísla a siete barrios del sur; un muro que se instaló asimismo a centímetros de muchas viviendas. Todo ello mientras durasen las obras del soterramiento, un mínimo de dos años.

"El AVE no entrará en superficie"

La situación era un polvorín, porque la llegada del AVE en superficie también implicaba alteraciones en los trenes de Cercanías entre Murcia y Alicante, muy transitados. El cambio de Gobierno en Madrid y la llegada del PSOE ha trastocado completamente los planes: Fomento estudia ahora una propuesta de conectar Murcia con Madrid a través de Albacete (la vía histórica de comunicación entre ambas capitales) acelerando las obras de la Variante de Camarillas para permitir trenes híbridos que tardarían incluso 10 minutos menos que el AVE por Alicante. Y la llegada del tren soterrada.

En esta tesitura, este viernes se reunió el delegado del Gobierno en Murcia y todavía líder del PSOE murciano, Diego Conesa, con la combativa Plataforma Pro-Soterramiento. Y aunque Conesa no se comprometió del todo con las reivindicaciones de la plataforma al llevar el equipo de Fomento apenas una semana en funcionamiento, el espíritu de la reunión fue radicalmente diferente. "Ha marcado una nueva línea de trabajo y unas nuevas expectativas", aseguró a la salida el líder espiritual de los vecinos, Joaquín Contreras. "El AVE no va a entrar en superficie. Las expectativas que le hemos planteado las ha aceptado para que la vía provisional no vaya a ir electrificada", remachó Contreras.

Mediados de julio, decisivo

Conesa se mostró más cauto, pero sí dejó caer ideas que estudia el equipo del ministro José Luis Ábalos. Habló de restablecer "la normalidad en las vías, ya no hay Policía Nacional y no ha pasado nada hasta ahora", tras meses de continuos disturbios; declaró su preocupación por el cierre del paso a nivel de Santiago El Mayor, que con el anterior Gobierno era de dos o tres años. Apostó por "acelerar al máximo las dos fases de licitación de las obras de soterramiento". No se refirió a Camarillas ni a Albacete, y garantizó "una nueva línea de trabajo está basada en los citados acuerdos institucionales".

Conesa finalmente se refirió a una reunión a mediados de julio que mantendrá a con el secretario de Estado de Infraestructuras, el también murciano Pedro Saura, en la que probablemente se decidirá todo. Afirmó estar "expectante" ante ese evento. Los vecinos no aceptarán otra fórmula que no sea la del soterramiento sin vía provisional de AVE, que es la que implica colocar un muro. El conflicto ferroviario en la localidad huertana parece despejarse poco a poco.