Economía

La misión imposible de moverse por Barcelona: una hora para 10 kilómetros

Metro de Barcelona durante la huelga de este lunes. EFE

Como era de esperar, moverse por Barcelona durante el Mobile World Congress es una misión casi imposible. Los más de 110.000 visitantes que han llegado a la Ciudad Condal para la feria se han encontrado con que la movilidad es un verdadero caos que obliga a todo el mundo a armarse de paciencia a la hora de salir o volver a sus alojamientos.

Se ha juntado la tormenta perfecta: unos días en los que la ciudad está tomada por aquellos que van a participar en la mayor feria de tecnología del mundo, una huelga de metro que ya es tradicional, la salida de Uber y Cabify por la regulación de la Generalitat y unos taxis que, simplemente, no pueden cubrir la demanda.

Si a todo eso le sumamos que los Comités de Defensa de la República (CDR) hacen apariciones esporádicas cortando el tráfico, como este domingo cuando una veintena de personas colocó vallas en la calzada y colapsó la circulación en la Plaza de España, lugar obligado de paso entre el centro y el evento, el resultado es un quebradero de cabeza para todos.

El metro en huelga

En un día normal, la mejor forma de llegar a la Fira Gran Vía, donde se está celebrando el Mobile World Congress, es en metro. Es un recorrido que, dependiendo del lugar de salida, ronda los 30 minutos, algo bastante aceptable teniendo en cuenta además que el billete sencillo cuesta 2,20 euros.

El problema es que los trabajadores del suburbano están en huelga, en protesta por la gestión de la crisis del amianto que han hecho las administraciones. Así, los paros en las horas punta, tanto a primera hora de la mañana como a última hora de la tarde, han obligado este lunes a intervenir en dos paradas de la línea 5, por la gran cantidad de gente que se acumulaba en los andenes.

En esas horas de mayor afluencia los servicios mínimos apenas alcanzan el 50%, mientras que a última hora de la noche se quedan en un pírrico 30%. La propia organización del evento ha advertido en un email a todos los asistentes de que salgan con bastante tiempo si no quieren ver cómo sus agendas se descuadran.

Las carreteras, un caos

La alternativa, por tanto, consiste en circular por la superficie, una verdadera pesadilla para todos los que han -hemos- tenido que sufrirlo. El habitual tráfico de Barcelona se ha multiplicado hasta el punto de que recorrer pequeñas distancias se convierte en todo un desafío.

Así, en la mañana de este lunes había que invertir casi una hora y media para recorrer 10 kilómetros, un trayecto normal teniendo en cuenta que el Mobile está más cercana de la vecina Hospitalet de Llobregat que de la propia Barcelona.

Recorrer dicha distancia en un vehículo es desesperante, pero peor es no conseguir un coche en el que hacerlo. Los taxis de la ciudad están literalmente colapsados, por mucho que desde las agrupaciones se transmita el mensaje de que la demanda está cubierta.

Élite Taxi, una de las principales organizaciones de Cataluña, ha pedido a todos los taxistas que vayan al Mobile, pero está claro que los algo más de 12.000 taxis que hay en toda Cataluña no son suficientes.

De hecho, los asistentes están expresando sus quejas en redes sociales, sobre todo aludiendo a la ausencia de Uber y Cabify en un ciudad que durante estos días no deja de ser la capital mundial de la tecnología.

La aprobación de la normativa que obligaba a los vehículos con licencia VTC a operar con un periodo de precontratación de 15 minutos supuso el cierre de Uber y Cabify, dejando las calles huérfanas de un servicio que, estos días, haría mucha falta.

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