La liberalización del transporte de viajeros por ferrocarril parece un hecho: a nivel de partidos estatales solo Podemos se opone, además de los sindicatos. Fomento y Adif tienen su propio plan presentado hace un mes para romper el monopolio de Renfe en los corredores del AVE a partir de diciembre de 2020. El IV Paquete Ferroviario de la Comisión Europea recomienda liberalizar pero no obliga, y las empresas españolas interesadas se están moviendo intensamente estos días.

Pero la liberalización no solo atañe a los trenes que desplazan viajeros: también al uso de las estaciones y hasta los talleres de mantenimiento y fabricación. Y en esa estrategia se enmarca el último movimiento por parte de Constru Rail, participada en un 49% por Renfe y 51% por ACS a través de su filial Continental Rail: solicitar la licencia de empresa ferroviaria.

La filial nació en 2007 y está participada al 49% por Renfe y 51% por ACS

La filial de la compañía que preside Florentino Pérez no ha dado explicaciones a este medio sobre la solicitud. La licencia atañe al mercado de las mercancías (liberalizado desde el 1 de enero de 2005), por lo que la filial participada no aspira a obtener permiso para operar trenes con viajeros. Continental Rail tiene aproximadamente el 8% de cuota de mercado del sector de las mercancías ferroviarias en España, un negocio en declive que sigue copando Renfe Mercancías a pesar de la liberalización.

"La licencia que se ha solicitado para Constru Rail es de operador de transporte de mercancías, dentro de una estrategia de diversificación y ampliación de actividades", informan portavoces de Renfe. En el operador añaden que esto "forma parte de la práctica habitual con este tipo de sociedades".

Según Renfe, la solicitud es para "diversificar y ampliar actividades"

Pero lo cierto es que la estrategia de la sociedad de ACS y Renfe no ha sido muy típica. Nació en 2007 con el ánimo de fletar vagones para transportar contenedores cuatro veces por semana entre Madrid y Valencia. Como no tenía licencia, recurrió a la de sus matrices (Renfe y ACS), que sí la tienen. El primer tren era una cabeza tractora de Continental y los contenedores de Renfe. Fue el primer operador de mercancías privado en España.

La sociedad participada desapareció del mapa y nunca se volvió a hablar de ella demasiado. El negocio de las mercancías ha ido perdiendo volumen de negocio desde la liberalización, y su peso es marginal con relación a las mercancías por carretera y barco.

Pero los tiros no van en transportar mercancías por tren, algo para lo cual ACS ya tenía licencia. Tiene más que ver con otro obstáculo que se dará tras la liberalización: la barrera de no tener talleres y cocheras por parte de las empresas privadas. La normativa comunitaria obliga a Renfe Operadora a ofrecer labores de mantenimiento para erradicar la discriminación. Y Continental Rail lo tendrá más fácil si su filial está participada por Renfe, la propietaria de casi todos los talleres ferroviarios en España.

Renfe está obligada a ceder espacios para el mantenimiento de trenes

Adif está de hecho por la labor de licitar suelo, probablemente por la via del arrendamiento. Este alquiler de terrenos que ya ha sido anunciado por el gestor ferroviario pretende habilitar espacios aledaños a las vías, tanto de ancho ibérico como de ancho UIC (alta velocidad). El objetivo de este Plan de Acción de Adif es que las privadas cuenten con sus propios talleres.

Ni el Gobierno ni el Ministerio de Fomento han presentado todavía un plan que encare este tipo de derivadas que dejará la liberalización. Razón por la cual la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha abroncado a finales de 2018 al Ejecutivo.