Economía

Guerra en la cúpula de Trabajo por los compromisos políticos con los pensionistas

Valerio abronca en público al secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, por plantear en público la vinculación de las pensiones de viudedad con las rentas familiares

La ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, acompañada del secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granados.
La ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, acompañada del secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granados. | Europa Press

Era un secreto a voces. En el Ministerio de Trabajo se vive desde que se inició la legislatura una situación recurrente de enfrentamiento entre la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, y el secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado. Entre el perfil político de la máxima responsable del empleo y las pensiones en el Gobierno y el carácter más académico y posibilista de su segundo de a bordo.

Este miércoles se ha explicitado este desencuentro durante un acto público en Guadalajara, en el que Valerio, como otras veces, ha salido al paso de su secretario de Estado para matizar o, como es el caso, desmentirle frontalmente.

Granado había aprovechado unas jornadas sobre el futuro de las pensiones celebrada el martes para hacer repaso de las reformas que, a su juicio, debería acometer el próximo Gobierno, ya no el de Pedro Sánchez. Decía que las pensiones de viudedad deberían vincularse más a las rentas familiares, lo que parecía sugerir una menor cuantía para las nuevas prestaciones en algunos supuestos, como el caso de que el cónyuge vivo ganara más dinero que el fallecido.

Preguntada por esta cuestión, Valerio ha sido rotunda: "Rectifico totalmente. No hay idea de que el Gobierno vaya a modificar en absoluto las pensiones de viudedad. Si acaso lo que nos tenemos que plantear es, como la pensión media de viudedad es un poquito más de 700 euros, seguir en la senda de subir un poquito más las mínimas".

Hasta ahí una matización, como otras. Sin embargo, como recoge la Cadena Ser, la cuestión ha ido más allá y Valerio ha abroncado a su secretario de Estado de Seguridad Social en público. "Opina en alto, va a conferencias, a charlas, él opina, opina... y a veces no se da cuenta de que forma parte de un Gobierno. Sabe mucho, es un buen técnico de la Seguridad Social... y de vez en cuando tengo que ir yo aclarando algunas cuestiones".

Más allá de la anécdota, lo que subyace de la bronca es que los criterios de Granado, el técnico de la Seguridad Social, han sido desoídos en más de una ocasión en el seno del Ministerio de Trabajo, en el que los compromiso político con los pensionistas, a los que se han prometido mejoras en sus condiciones antes de cerrar el déficit de la Seguridad Social, han pesado más. Es algo que fuentes del diálogo social han dejado caer en más de una ocasión.

El ejemplo más claro tuvo lugar el pasado 26 de septiembre de 2018. También en unas jornadas sobre pensiones, Granado explicó que volver a indexar las pensiones a un solo indicador, como podría ser el IPC, “causaría a largo plazo más efectos perversos”, lo que daba a entender que el Gobierno desistiría de hacerlo.

“Si reconocemos el hecho de que España tiene una esperanza de vida muy alta, hay que garantizar primero una pensión razonable y después abordar la revalorización”, dijo textualmente el secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado. Unas palabras que moduló en los días sucesivos.

Horas más tarde, el PSOE suscribía en el Pacto de Toledo un acuerdo para vincular las pensiones al IPC, tal y como se había comprometido el Ejecutivo de Pedro Sánchez al inicio de la legislatura.

 

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