Economía

El Tesoro descarta que las medidas del nuevo Gobierno puedan generar tensión en la deuda

El organismo eleva hasta 32.500 millones de euros las necesidades de financiación neta en 2020, frente a los 20.000 millones del año anterior

El secretario general del Tesoro, Carlos San Basilio. EFE

Agencias de rating y analistas se apresuraron este martes, nada más constituirse el nuevo Gobierno de España, a lanzar sus advertencias. El previsible incremento del gasto y, sobre todo, la pretensión de retocar algunas reformas del pasado -en especial, la reforma laboral- generan algunas dudas sobre la senda futura de la economía española, que podrían llegar a afectar a la confianza del mercado.

Sin embargo, el secretario general del Tesoro, Carlos San Basilio, rechaza que la llegada del nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez pueda desatar tensiones en los mercados de deuda.

"No contemplamos tensiones en la deuda por las medidas del nuevo Gobierno", ha señalado San Basilio, quien ha explicado que las pautas económicas pactadas por PSOE y Unidas Podemos están, precisamente, en línea con las reclamaciones del mercado.

El organismo espera que la formación de Gobierno ayude a una reducción de la prima de riesgo

"Las medidas planteadas están siguen profundizando en la corrección de desequilibrios macroeconómicos pero también sociales, que son aún más importantes para que el crecimiento a medio plazo sea sostenible", ha señalado el experto.

Así, frente a los recelos de algunos agentes, San Basilio ha insistido en su convicción de que la formación de un nuevo Gobierno se traducirá en una rebaja de los diferenciales que debe asumir España para colocar su deuda y que será un factor positivo para que las agencias de rating puedan plantearse nuevas mejoras de la calificación que otorgan al país.

"Los inversores nos van a ir valorando paso a paso. Lo primero era superar el bloqueo político, que es algo positivo. Lo siguiente, que es muy importante, serán los presupuestos. Y luego las reformas que se puedan ir abordando", ha señalado, reiterando su convencimiento en que las cuentas del Ejecutivo seguirán ajustándose a los compromisos de estabilidad financiera pactados con Bruselas.

Con todo, el Tesoro prevé este año elevar de forma muy significativa los niveles de financiación neta respecto a los del ejercicio anterior. Si en 2019, el endeudamiento del organismo se elevó ligeramente por encima de los 20.000 millones de euros, este año, la estimación es de unos 32.500 millones.

San Basilio ha explicado que este incremento responde únicamente a que el dato de 2019 estuvo influido por una serie de factores extraordinarios (preamortizaciones de las Comunidades Autónomas o la evolución del saldo de la cuenta del Tesoro), que no es seguro que se vayan a repetir en el presente ejercicio.

No obstante, también ha señalado que la previsión de necesidades es bastante conservadora y que es mayor la probabilidad de que se pueda reducir a lo largo del ejercicio que de que haya que aumentarla.

Aún así, el Tesoro confía en seguir manteniendo la confianza de los inversores, incluso en un entorno de reducción de los diferenciales, después de que en 2019 los costes de financiación registraran nuevos mínimos históricos.

Primer bono verde

Para incrementar la base de inversores, el Tesoro tiene previsto emitir en 2020 su primer bono verde, sumándose a la tendencia de inversiones enfocadas a la protección del medio ambiente.

La intención de la institución que dirige San Basilio es colocar este bono en el mercado en el segundo semestre del año, cuando ya haya unos presupuestos que permitan identificar unas partidas a las que destinar la financiación obtenida con estos títulos, que, previsiblemente, se colocarán a un plazo de 20 años.

El Tesoro prevé emitir un bono verde a 20 años en la segunda mitad del año

Tras una primera colocación sindicada, la intención del Tesoro es ir reabriendo este bono en los próximos años a través de una serie de colocaciones sucesivas, hasta alcanzar una cantidad mínima de 10.000 millones de euros, que lo convierta en referencia no sólo para el mercado de bonos verdes públicos, sino también para posibles emisores privados.

Con este paso, el Tesoro espera cumplir tres objetivos: reforzar el compromiso en la defensa del medio ambiente del Gobierno, ampliar la base de inversores complementando su oferta con un tipo de productos que hoy en día están consiguiendo diferenciales incluso inferiores a los de los bonos tradicionales, y servir de incentivo para la creación de un mercado de emisiones verdes en España de calado.

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