La crisis provocada por la epidemia del Covid-19 está teniendo en el sector aéreo una de sus grandes damnificados. La aviación vive en una situación de paralización casi total por las restricciones a la movilidad y por el punto muerto en que se encuentra la industria turística y la actividad empresarial en general.

Países europeos como Francia, Alemania u Holanda ultiman préstamos públicos directos a sus compañías aéreas para evitar su colapso (en algunos casos previsiblemente con una entrada en el capital por parte del Estado como contrapartida). Y en el seno de la Unión Europea se aborda ya abiertamente una revisión de la normativa de ayudas de estado para hacer viable planes de sostenimiento de las aerolíneas en todo el continente.

El Gobierno español de momento sólo ha habilitado las líneas del ICO de avales público para garantizar los créditos que consiguen las aerolíneas de la banca. La semana pasada Iberia y Vueling, ambas del grupo IAG, confirmaron haber suscrito acuerdos sindicados con bancos para obtener créditos por 1.010 millones de euros, cuya obtención está condicionada a conseguir el aval del ICO.

El Gobierno ahora se plantea dar un paso más. El ministro de Transporte, José Luis Ábalos, ha abierto la puerta a un “refuerzo de las ayudas financieras” a las aerolíneas. “Ahora estamos interviniendo desde el Ministerio para que las compañías tengan acceso a estas líneas de crédito con las líneas del ICO. Pero es posible que necesite un refuerzo de esas líneas. Seguramente harán falta ayudas de tesorería a futuro”, ha explicado en rueda de prensa.

Un refuerzo de las ayudas financieras que el Gobierno anticipa que será necesario si las aerolíneas no pueden recuperar su actividad “por razones de fuerza mayor”, esto es, las restricciones impuestas desde la propia Administración para frenar la propagación de la epidemia.

En paralelo, Ábalos ha confirmado que el Gobierno busca establecer condiciones comunes con Europa para que las compañías retomen su actividad y garantizar la conectividad aérea. La opción por la que apuesta es la de un marco comunitario que establezca las mismas condiciones sanitarias y de seguridad en todos los países. Pero el ministro también ha advertido de que, “si Europa no lo hace con la debida prontitud, España tendrá que adoptar sus propias condiciones” para garantizar la seguridad.