Las líneas de créditos ICO, con las que el Estado va a avalar hasta 140.000 millones de euros en préstamos a empresas afectadas por el Covid-19, han sido una de las medidas más alabadas por los banqueros españoles, que han visto en ellas una forma de mantener su negocio y aupar a sus clientes corporativos tras el deterioro de la actividad económica por la pandemia.

También lo han sido para BBVA, que lamenta que el apoyo gubernamental en México, su mercado estrella, ha sido muy inferior al de otros Estados. Según explicó su consejero delegado, Onur Genç, el jueves durante su presentación de resultados, mientras en países como España las ayudas del Gobierno se han situado en torno al 15% del Producto Interior Bruto (PIB), en México no han alcanzado el 1%, algo que "evidentemente genera mayor carga para algunos clientes y la actividad económica y el tejido empresarial se pueden ver lastrados".

Es por eso que Genç ha echado de menos en México más medidas de apoyo a la economía y a las empresas, como las líneas de avales que se pusieron en marcha en España desde el inicio de la crisis sanitaria y que ascenderán a 140.000 millones de euros. "Un programa como los [créditos] ICO habría funcionado muy bien en México", afirmó.

"Esta es una crisis que no es culpa de un sector empresarial, es una crisis sanitaria que afecta a todos por igual. En este entorno, si no hay un problema de falta de productividad hay que apoyar a las empresas, a los bancos y a la economía en la medida de lo posible", apuntó sobre la necesidad de mayor apoyo gubernamental en México, donde la pandemia aún no está controlada.

"Es una crisis sistémica de corta duración que todos debemos contribuir a superar", añadió el segundo ejecutivo de BBVA.

Perú y México, la mayor incertidumbre

México es, actualmente, el mercado más importante de BBVA. Lo es por su mayor aportación al beneficio del grupo (la filial ganó 654 millones hasta junio, frente a los 88 millones de España) y al margen de intereses (31% del total en el último semestre).

Es por eso que todo lo que allí ocurre tiene implicaciones para la entidad, como el control de la crisis sanitaria, que todavía no ha tenido lugar. "La situación de Perú y México, donde la pandemia aún no esta controlada, es el elemento de incertidumbre mayor que tenemos en estos momentos", reconocía Jaime Sáenz de Tejada, director financiero del banco, también durante la presentación de resultados.

"En México tenemos moratorias que vencen en agosto, en línea con nuestras previsiones. Habrá que esperar a ver en agosto cuál es la evolución de la pandemia. En México aún no está bajo control esa curva [de contagios por el virus], no se ha aplanado como en España", añadió, por su parte, Genç.

Con todo, sería difícil que cualquier complicación en el país obligara al banco a declarar un gran deterioro en su fondo de comercio. "Los fondos de comercio cambian todos los meses en función de los tipos de cambio, pero en México apenas es de 450 millones de euros cuando el valor en libros es de 900 millones de euros, muy superior", explicó Sáenz de Tejada.

El banco, en todo caso, confía en la fortaleza de su negocio en el país, pues para Genç México es un país "muy resiliente", al que beneficia su "proximidad con Estados Unidos".

Precisamente, su filial tiene una gran cuota de mercado en remesas que se envían desde Estados Unidos a México, unas transferencias que han marcado niveles récord en mayo y junio. "Hay importantes flujos de fondos que ayudan a la economía. Aunque haya menos apoyo gubernamental, hay otros factores que están ayudando a mantener la actividad", apuntó Genç.

La previsión de BBVA Research es que la economía mexicana se contraiga un 10% este año, pero se recupere parcialmente en 2021, con un crecimiento del 3,7%. Y no solo eso. Como reconoce el propio banco, "la recuperación será lenta y no exenta de riesgos. La crisis habrá afectado fuertemente al empleo y el ingreso de los hogares".