El Instituto de Estudios Económicos (IEE) cree que no es momento de subir impuestos. Es más, sus economistas opinan que la reforma fiscal que plantea el Ministerio de Hacienda podría hacer caer el PIB hasta 10 puntos a medio y largo plazo y acabar con dos millones de empleos.

"No tiene ningún sentido aumentar impuestos cuando la economía está en una situación tan delicada como la actual. El aumento de la fiscalidad no siempre tiene un impacto positivo", ha recalcado el presidente del IEE, Íñigo Fernández de Mesa, en una rueda de prensa en la que ha presentado el estudio La competitividad fiscal de las comunidades autónomas. Condición necesaria para el desarrollo económico.

Así, el experto ha apuntado que la reforma fiscal debería ser "más amigable" y ha remarcado que las comunidades autónomas "deben tener la oportunidad de diseñar los sistemas fiscales que vean más oportunos", porque esa libertad creen que "también es buena".

"No tiene ningún sentido ir hacia una centralización solo del régimen común (...) es absolutamente contradictorio y muy pernicioso", ha insistido, subrayando la conclusión del estudio: que el Gobierno está tratando de armonizar el sistema fiscal autonómico poniendo énfasis en dos impuestos "absolutamente desfasados" y que en la mayoría de países de nuestro entorno "no existen" o "tienen una fiscalidad mucho más baja".

Este lunes se presentó el comité de expertos que analizará la reforma fiscal impulsada por el Gobierno y que busca subir el impuesto de Sociedades, pero también modificar de forma «prioritaria» los vinculados a la riqueza, como Patrimonio y Sucesiones y Donaciones, sobre todo con el objetivo de reducir las diferencias de recaudación entre España y la Unión Europea.

El comité tendrá hasta el final de febrero de 2022 para presentar sus propuestas y el Gobierno pretende que estas medidas puedan incorporarse a los presupuestos de 2022, de manera que puedan ponerse en marcha algunas subidas ya en ese año. El Ejecutivo pretende conseguir acercar la presión fiscal de España a la media europea, inferior entre 7 y 8 puntos del PIB.

En este contexto, el informe considera que el aumento de la recaudación se tiene que producir a través del aumento de la actividad económica y la competencia entre los distintos sistemas autonómicos, y no a través del plan del Gobierno, que tendría efectos fatídicos en la economía, por lo que insta a éste a llevar a cabo un análisis de los posibles costes en actividad y el empleo.

Es más, el IEE considera que el Ejecutivo basa su intento de equiparar la presión fiscal sobre premisas falsas, ya que cree que está basándose "en una variable muy simplista de ingresos recaudatorios frente al PIB", a lo que señala que si se descuenta la economía sumergida la presión fiscal real sería muy similar a la media de la UE. Además, cree que si se tiene en cuenta el nivel de renta en España el esfuerzo fiscal "ya se encuentra muy por encima de la media de la UE".