Marruecos decidió la semana pasada excluir a España de suspender el llamado Paso del Estrecho. Es decir, las personas que decidan viajar al país africano en barco no lo podrán hacer desde cualquier puerto de nuestra geografía. 

Rabat explicó en un comunicado que se debe a la situación que atraviesa España en materia sanitaria. Si bien es cierto que el año pasado ambos países llegaron a un acuerdo para cancelar este acuerdo por el coronavirus, este verano la crisis diplomática entre ambas naciones ha propiciado que se repita la misma historia.

Además de incrementarse la tensión política entre España y Marruecos, la prohibición de acceder a ambos países a través de los puertos españoles va a dejar un agujero económico que ascenderá a 500 millones de euros, de acuerdo a FRS Naviera.

La importancia de viajeros marroquíes que circulan por las carreteras españolas que llegan a España vía a Europa o viceversa es vital. Según las cifras ofrecidas por el Ministerio de Interior de 2019 (último año en el que hubo flujo de turistas), hubo más de 3,5 millones de personas que utilizaron el Paso del Estrecho para realizar su ruta en España. 

El mismo Ministerio, en su informe, habla de que por las carreteras de toda la geografía española circularon alrededor de 750.000 vehículos durante el verano de hace dos años, suponiendo un récord hasta esa misma fecha. 

Con todo, la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio ha puesto cifras a lo que supondrá que millones de personas dejen de realizar sus trayectos por el asfalto español. CEES asegura que, a pesar de que no hay datos oficiales de los puntos de entrada y salida, Irún (Euskadi) y la Jonquera (Cataluña) son las dos grandes puertas españolas con destino a Europa o a Algeciras (principal puerto de salidas de personas a Marruecos).

De hecho, la gestora portuaria de esta ciudad ya ha hecho cálculos de la pérdida millonaria que la economía local sufrirá y se estima que Algeciras dejará de ingresar hasta 11 millones de euros y se destruirán 300 empleos.

El organismo narra que desde ambos lugares hasta Algeciras hay alrededor de 1.200 kilómetros. “Si esos 760.000 coches realizan esos trayectos, se necesitan dos repostajes de media dependiendo del vehículo que se tenga. Tal y como están los precios este junio en España, el agujero es de casi 100 millones de euros”, aseguran desde la confederación.

Impuestos perdidos

Además recuerdan desde la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio una pérdida de unos 40 millones de euros para las arcas del Estado, pues casi la mitad del precio de los combustibles son impuestos.

Desde la asociación también explican que casi todas las Comunidades Autónomas van a pagar las consecuencias de la decisión adoptada por Marruecos. “Andalucía, País Vasco y Cataluña son las que más sufrirán el revés del cierre de los puertos hacia Marruecos. Luego, dependiendo de la ruta que sigan los viajeros también afecta. La costa levantina es muy utilizada cuando los turistas entran desde la Jonquera y las dos Castillas, Madrid y Extremadura cuando lo hacen a través de Irún”, explican.

Julián tiene una estación de servicio en la provincia de Ciudad Real, lugar donde existen varios puntos específicos para que la comunidad musulmana realice sus paradas. “Es un palo muy grande porque desde julio hasta septiembre el flujo de viajeros es muy grande que van para Andalucía. Vamos a reducir nuestra facturación casi un 30% y muchas de las contrataciones que se realizaban no las vamos a hacer porque son camareros y cocineros que atienden específicamente a marroquíes o de otros países que comen menús diferentes por sus creencias”, asegura.

No obstante, desde Hostelería de España recuerdan que estos viajeros no suelen hacer un "excesivo gasto en los establecimientos de comida y bebida" aunque recuerdan que el "impacto será notable".

En este sentido, CCOO ha pedido al Gobierno de España y al marroquí que intenten llegar a un acuerdo para salvar miles de empleos y de ingresos. "España y la Unión Europea deben de interceder ante la administración marroquí, ya que es un problema de asuntos pendientes de política internacional y no de salud pública", explica el sindicato.

"Esta medida alarga la situación agónica que viven cientos de empresas y pone en peligro el presente y futuro de miles de puestos de trabajo en puertos, entre ellos personal de flota y tierra de las navieras, de apoyo al pasaje, autoridades portuarias, agencias de viajes, transportes por carretera, amarradores, hostelería, gasolineras y así una larga lista de familias que temen por su futuro", afirmó esta semana el responsable de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO en el Campo de Gibraltar, Miguel Alberto Díaz.